Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

Veneno del bueno

Prohibido desde hace décadas, el persistente DDT podría relacionarse con el autismo

Si bien se trata de un pesticida en desuso, continúa presente en la tierra y sus frutos en los lugares donde se empleó.

21.08.2018 07:25

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2018-08-21T07:25:00-03:00
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Montevideo Portal

Unos niveles altos de exposición al insecticida DDT en las mujeres parecen multiplicar por más de dos el riesgo de autismo en sus hijos, sugiere una investigación reciente llevada a cabo en Estados Unidos.

El estudio buscaba un vínculo entre el desarrollo del autismo y dos sustancias comunes en el ambiente, el DDT y los PCB. Los PCB son sustancias que se usaban en muchos productos, sobre todo en los transformadores y en el equipo eléctrico. En este estudio, no se vincularon con el autismo.

Tanto el DDT como los PCB han estado prohibidos en Estados Unidos y muchos países más durante más de tres décadas, incluido Uruguay. Pese a ello siguen presentes en la tierra, las aguas subterráneas y los alimentos.

"Se descomponen lentamente con el tiempo. Aunque ya no se producen en el mundo occidental, casi todo el mundo se expone a algunos de ellos", señaló el autor del estudio, el Dr. Alan Brown, profesor de epidemiología en el Centro Médico de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.

"En nuestra muestra basada en la población finlandesa de más de 1 millón de embarazos, casi todas las mujeres tenían exposición al DDT y a los PCB", añadió Brown en declaraciones recogiudas por la reportera especializada Serena Gordon, y publicadas por HealthDay.

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a las habilidades sociales y a la comunicación no verbal, y que también puede provocar conductas repetitivas. Las señales incluyen la evitación del contacto visual, retrasos en el habla, conductas como aleteos de las manos o balanceo, y reacciones intensas a estímulos como los sonidos o las luces.

No se conoce la causa exacta, pero se cree que el trastorno implica factores tanto genéticos como ambientales. Algunos estudios han encontrado vínculos entre el autismo y ciertas toxinas.

Como el DDT y los PCB son omnipresentes en el ambiente tanto en Estados Unidos como en Finlandia, los investigadores deseaban ver si había una conexión entre la exposición a los mismos y el desarrollo del autismo.

Pudieron emparejar casi 800 casos de autismo en niños nacidos entre 1987 y 2005 con mujeres de Finlandia que habían provisto muestras de sangre. Se evaluaron los PCB y el DDE, una sustancia que se forma cuando el DDT se descompone, en su sangre.

"El DDE, pero no los PCB, se relacionaron con el autismo en los hijos, sobre todo el autismo con discapacidad intelectual", apuntó Brown.

Las probabilidades generales de autismo fueron casi un tercio más altas en los niños nacidos de madres con unos niveles elevados de DDE, encontró el estudio. En las mujeres con los niveles más altos de DDE, el riesgo de autismo con una discapacidad intelectual era de más del doble.

Aunque el estudio encontró un vínculo entre el autismo y la exposición al DDT, no probó una relación causal.

Brown dijo que los investigadores no saben cómo la exposición al DDT podría conducir al autismo, aunque sospechan que la sustancia podría alterar la función de ciertos genes.

Comentó que a su grupo le gustaría asociarse con investigadores de ciencias básicas para averiguar cómo las sustancias podrían conducir al aumento en el riesgo.

Thomas Frazier, director de ciencias de Autism Speaks, un grupo de defensoría del autismo, también sospecha que el DDT podría influir en la función de los genes, pero no está claro exactamente de qué forma.

"No tenemos suficientes datos sobre cómo esto podría suceder", apuntó Frazier, que no participó en la investigación. "Este es el primer estudio en observar el DDT y el riesgo de autismo de forma rigurosa. Es una pista de que ciertos tipos de procesos ambientales podrían interactuar con la biología y aumentar el riesgo de autismo".

Y, dijo, aunque el aumento en el riesgo no fue "trivial", este estudio tampoco encontró un "aumento masivo".

Frazier anotó que fue tranquilizador ver que no había una asociación entre los PCB y el riesgo de autismo, lo que otros estudios han sugerido. Pero añadió que es demasiado pronto para decir que no hay un riesgo de forma absoluta.

"El tema de los PCB y el autismo aún no se ha zanjado", apuntó Frazier.

El estudio aparece en la edición del 16 de agosto de la revista American Journal of Psychiatry.

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