Gastronomia

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Prudencio Bar abrió sus puertas el pasado 7 de julio. Andrés Senges y su pareja Mariana Risso estudiaron gastronomía y se dedican a esto desde los 18 años. Ahora, con 25, se animaron a concretar el sueño de tener su propio restaurante.

En la esquina de Luis Alberto de Herrera y Chiavari ofrecen una propuesta pensada para toda la familia a lo largo del día, con toques de diferentes países y precios accesibles. “La idea es apostar al barrio, a que la gente que está trabajando pueda pararse a comer al mediodía y seguir, o merendar; de noche tenemos una propuesta de tapas para picar, fugazzetas, vermut y tragos”, cuenta Andrés a Montevideo Portal.

De martes a viernes, a partir de las 12 horas, proponen un menú ejecutivo con entrada, plato principal, bebida y postre por 360 pesos. Consideran que el pollo tiene que estar fijo uno de los días de la semana, porque forma parte de la dieta habitual de la mayoría de las personas.

“Deshuesamos el muslo de pollo. Lo rellenamos con provolone, un poco de panceta y salsa pesto. Primero se hace una cocción blanqueada, en agua hirviendo, y después se sella del lado de la piel para que quede crocante. Se acompaña de ensalada verde y papines rotos, que también tienen una primera cocción para que estén blandos dentro, luego se rompen y los trozos se fríen y quedan crujientes por afuera”, explica a Montevideo Portal Andrés, demostrando mucha pasión y entusiasmo por lo que hace.

Para la entrada aprovechan los huesos de los muslos de pollo para elaborar el consomé de verduras, de cocción lenta, y darle un sabor gustoso, acompañado de pan y una limonada casera a la que le añaden almíbar, azúcar o edulcorante, a gusto del consumidor.

Otra de las opciones novedosas para picar es el escabeche de pollo, una de las sugerencias de la carta. “Cortamos el pollo entero en trozos, lo cocinamos. En ese mismo caldo le agregamos el vinagre y la azúcar para hacer el escabeche. Luego se cocina con zanahoria, cebolla, morrón, hojas de laurel y granos de pimienta. Se agrega el pollo, con una precocción, y se envasa en caliente en los frascos que son el método de conservación. Lo servimos en una cazuela acompañado de pan con aceite”, dice Andrés mientras deja el plato en la mesa, cuidando los detalles y la presentación.

El tercer socio de Prudencio Bar, Roque, es venezolano y desde su llegada a Uruguay comenzó a dar a conocer uno de los platos callejeros característicos de su país: los pepitos. Se trata de un pan de 30 centímetros relleno de carne, pollo o mixto, con salsa y queso, sellado a la plancha y acompañado de papas fritas. “Es un diferencial que tenemos. Vienen venezolanos buscándolo y uruguayos que lo conocieron y les gustó”, añade Andrés Senges.

El postre del día esta vez es flan casero con dulce de leche y trozos de galleta. También en la carta tienen opciones novedosas, como la crema catalana.

Para los amantes de los dulces tienen la opción de merienda con rolls de canela, alfajores y galletas. Toda la repostería artesanal está a cargo de Mariana.

Los sábados al mediodía ofrecen una sugerencia e invitan a probar otro tipo de platos, como pasta rellena de butiá y queso de cabra y distintos cortes de carne.

Prudencio Bar se encuentra en Luis Alberto de Herrera 2992. Abre de martes a jueves de 12:00 horas hasta la medianoche. Viernes y sábado la apertura es a la misma hora, pero el cierre se extiende hasta las 2:00. Los domingos y lunes, de 17 a 1:00.

Su cuenta de Instagram es @prudenciobaruy