Hartos de la crisis económica, miles de cubanos se manifestaron en varias regiones al grito de "¡libertad!" y "¡abajo la dictadura!" el pasado domingo 11 de julio, mientras que el presidente Miguel Díaz-Canel convocó a sus partidarios a tomar las calles.
"Tengo pruebas irrebatibles de que la mayoría de los usuarios que participaron en esta campaña (contra el gobierno) se encontraban en Estados Unidos y que utilizaron sistemas automatizados para la viralización de los contenidos, sin ser penalizados por la red social Twitter", aseguró posteriormente el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez.
Las inéditas protestas trajeron consecuencias positivas y negativas. Positivas porque se logró que los viajeros puedan ingresar el gobierno cubano autorizó a los viajeros que lleguen a la isla traer comida, productos de aseo y medicamentos sin límites en un momento de extrema escasez y malestar social que detonó una inédita ola de protestas en todo el país. Y negativas porque hubo hechos de importante violencia que terminó con cientos de encarcelados y heridos.
En el programa En Perspectiva de Radiomundo dialogaron con Junior García Aguilera -dramaturgo, director de teatro y vocero de un movimiento cultural que milita por más apertura y diálogo- para conocer la experiencia en primera persona de lo que ocurrió desde ese domingo hasta este martes en la isla del Caribe.
El dramaturgo contó en primer lugar que este martes en La Habana amaneció soleado y con tres personas de la seguridad del Estado vigilando su casa 24 horas. "Enfrente de mi casa tengo un auto y una moto con tres agentes de la seguridad que me vigilan, pero la atmósfera tiene un color mucho más esperanzador", indicó.
Con respecto a la situación en Cuba, García dijo que la situación se viene agravando por el tiempo y que tiene múltiples causas. Reconoció que existe un embargo "criminal" de EE.UU. hacia Cuba, asunto en el que él también está en contra, pero admitió que ese embargo lleva más de medio siglo y las causas por las que se agudizó la crisis fueron "internas".
"En Cuba se aplicó un paquete de reformas económicas que ha traído muchas más injusticias, inflación, los precios se multiplican todos los días, los productos básicos se venden en tiendas especiales en moneda extranjera a la que la mitad de la población no tiene acceso porque no recibe remesas del exterior y muchas dificultades con los medicamentos", aseguró.
"Cuba, como cualquier gobierno autoritario que necesita reafirmarse, apostó todo a las vacunas y eso es un logro de nuestros médicos, pero al mismo tiempo trajo un déficit de los medicamentos que no se siguieron fabricando. Entonces ibas a un hospital y no podían atenderte porque no había nada", agregó.
Consultado por el periodista Emiliano Cotelo sobre la apertura de la isla para espacios de protesta, el director de teatro señaló que se ha ido ganando espacios de libertad de expresión, pero afirmó que no fue una "concesión del gobierno ni de las autoridades", sino que fue una "lucha de la sociedad civil".
"Nosotros hemos ido conquistando a la fuerza cada vez más espacios de libre expresión. El 27 N era un movimiento legítimo que no podían ocultar porque era la primera manifestación masiva, se hizo con un carácter totalmente pacífico. Las protestas y armadas que estábamos usando ahí eran canciones y poemas, ni siquiera estábamos usando las consignas que se han repetido durante años y no tuvieron otro remedio de intentar negociar un diálogo con nosotros. Un diálogo que ellos no estaban dispuestos a llevar adelante y que ellos mismos se encargaron de romper en enero cuando el propio ministro salió de la institución, le arrebató un teléfono a un periodista, varios trabajadores golpearon a los que estaban allí frente al ministerio y fueron llevados a una cárcel ese día", contó.
"Sí se han ganado espacios de libertad de expresión, pero eso no significa que participemos realmente en la vida social y política del país. Eso no significa que tengamos esa libertad total, plena y con respeto. En realidad, somos bastantes perseguidos", aclaró.
Las protestas que surgieron de forma simultánea en varias ciudades era algo esperable para García. Según dijo, se esperaba que en algún momento la gente saliera y ocurra un estallido social.
"Ellos lo temían. De hecho, estaban evitando que ocurriesen apagones porque los apagones fueron como el colmo, el detonante, porque le recordó a la gente uno de los peores momentos de la crisis que hemos pasado en Cuba. Cuba ha vivido en crisis durante prácticamente toda la revolución y cuando llegaran los apagones la gente no iba a aguantar más", declaró.
Además, narró que la vida del cubano se resume en "hacer largas filas bajo el sol durante todo el día" para comprar cosas básicas como una botella de aceita para cocinar, una pasta de dientes. "Cuando esa irritación de haber estado todo el día en la calle para conseguir lo básico, a veces sin lograrlo, y que te corten el fluido eléctrico cuando llegas a tu casa es algo que desespera. Entonces se sabía que en cualquier momento la gente iba a salir a la calle y ese estallido social lo esperaba todo el mundo, incluido el gobierno", explicó.
Sobre las manifestaciones del domingo, el dramaturgo, si bien reconoció que hay una actitud agresiva de Estados Unidos contra el gobierno cubano, dijo que las protestas se generaron de forma espontánea, legítima y de forma auténtica, no como dijo el canciller que fue producto de una campaña de desestabilización de la CIA.
"Ese día yo amanecí con trabajos voluntarios en mi edificio. Después me fui a casa de unos amigos porque teníamos una reunión de trabajo con las actrices del último espectáculo de mi grupo de teatro, porque los teatros siguen cerrados sin esperanzas de que abran y quisimos reunirnos para planificar a ver cómo íbamos a seguir trabajando en pandemia".
"Estando allí nos enteramos por el internet de las protestas. No teníamos ni idea de que iba a comenzar por San Antonio porque ahí está la Escuela Nacional de Cine y Televisión y todos hemos tenido vínculo (con esa escuela). Estaba en casa de una amigo que se graduó de fotografía en esa escuela y sentimos que no podíamos quedarnos tranquilamente en la casa viendo en un sofá lo que estaba ocurriendo en San Antonio. Cuando cortan el internet teníamos la certeza de que iba a haber represión porque esa es la repuesta que esperamos todos los cubanos del gobierno. Decidimos comunicarnos con otros amigos y decidimos vernos frente al Instituto Cubano de Radio y Televisión donde se encuentra la televisión y en ese lugar de modo pacífico lo que solicitamos fueron 15 minutos de derecho a réplica. Que la televisión sacara sus cámaras hasta donde estábamos nosotros y nos permitieran hablar dando nuestra opinión de lo que estaba ocurriendo y que por favor no se recurra a la violencia", contó.
No obstante, la respuesta que recibieron es que varios trabajadores de la radio y la televisión salgan hacia donde estaban ellos gritando consignas a favor del gobierno como "afuera el bloque de Estados Unidos" o "fuera la injerencia de los yankees", algo que calificó como simpático porque, en su consideración, ellos también están de acuerdo con esas posturas. A pesar de eso contó que lo que buscan es dialogar sobre los puntos en que se diferencian.
"Así todo eso no bastó y varios agentes de la Policía que se visten de civil nos agarraron con mucha fuerza, nos arrastraron y nos lanzaron a un camión que se usa para trasladar basura o escombros mientras la multitud gritaba 'este pueblo no te quiere' o 'gusanos', frases que se utilizaron durante años para los que piensan diferente en Cuba. Nos maltrataron, nos obligaron a mantenernos en el piso y nos llevaron a una prisión que era famosa en los tiempos de (Fulgencio) Batista por la tortura y represión y hacía allí llevaron a un montón de jóvenes después de nosotros", acotó.
Una vez en la cárcel, García reconoció que no hubo violencia hacia ellos dentro del establecimiento porque los conocen ya que en su mayoría de las personas que fueron detenidas eran artistas de cine.
"Muchos conocían y le decían 'oye, te vi en tal película'. Por lo tanto, tengo que admitir que el trato fue diferente con otros cubanos. Sin embargo, hay experiencias de jóvenes socialistas que no solo fueron golpeados en la calle, sino que al ser llevados a la unidad ahí dentro fueron golpeados", narró.
Por último, el periodista le preguntó por las cifras de personas desaparecidas de forma oficial que ellos tienen. El artista le explicó que intentó hacer una lista lo más fidedigna posible con números de identidad y datos de las personas y ya superó las 500 personas. A pesar de eso, agregó que saben que hay muchas familias que prefieren no dar los datos de sus hijos para protegerlos y no sufran un "estigma social en las zonas en las que viven, represalias o diversas razones, pero estoy convencido de que ese día fueron llevados a prisión alrededor de 1.000 jóvenes cubanos".
Finalmente, el director de teatro aseguró que durante el proceso que le hicieron en la cárcel también dieron cuenta de las carencias que tiene la cárcel en cuba, donde ni siquiera había tinta para tomar las huellas digitales. "Ni siquiera nos dieron ni agua ni comida. Una enfermera nos atendió, nos preguntó de qué padecíamos, pero después aclaró que en la cárcel no había medicamentos de ningún tipo", indicó.