La semana pasada se dieron a conocer diferentes situaciones en centros educativos en todo el país. Uno de los más comentados fue el que tuvo lugar en el liceo Zorrilla de Montevideo (Liceo nº 4), donde hubo una batalla campal que derivó en amenazas que implicarían armas de fuego. Hechos similares tuvieron lugar en el Liceo nº 1 de Las Piedras y en el Liceo nº 5 de Montevideo.
Además, una joven de 19 años le provocó un corte a una compañera después de una discusión en la Escuela de Artes y Artesanías Pedro Figari de UTU; en Mercedes, Soriano, un estudiante liceal que era víctima de bullying llevó objetos punzantes en la mochila para defenderse; en Lavalleja, una madre denunció ante la policía que su hijo de 12 años fue amenazado y agredido por dos compañeros en el liceo de Batlle y Ordóñez; en la Escuela Agraria de Fray Bentos padres denunciaron violencia a sus hijos por parte de estudiantes más grandes.
A estas se sumó otra noticia que impactó al liceo Zorrilla: el miércoles de noche se suicidó un alumno, que, se supo después, era objeto de bullying.
Según Jennifer Cherro, directora general de Secundaria, “este contexto lleva mucho tiempo”, por lo que “no puede llamar la atención”. Estas conductas de jóvenes, aseguró a En perspectiva, no son nuevas.
Ines Peralta, madre de una alumna del liceo Zorrilla e integrante del grupo de padres de la institución, expresó al programa radial que “en el mismo momento en el que empezaron las clases, comenzaron estas peleas”. Si bien indicó que en 2022 hubo incidentes, aclaro que no fueron “de esta magnitud”. Además, las involucradas eran otras personas, dijo.
Por su parte, Cherro señaló que a Secundaria “estos hechos la consternan”. “A la Dirección General de Educación Secundaria le compete tomar decisiones con respecto a lo que tiene que ver con actitudes de adolescentes que no sean las correctas”, dijo. La profesora resaltó que, ante este tipo de hechos, “la comunidad educativa actúa”; además, aseguró, “llama” y “conversa” con los alumnos. También sostuvo que frente a estos casos se “activa” el Reglamento del Estudiante y se hace un Consejo Asesor Pedagógico para evaluar por qué llegaron pelear, cuáles son las sanciones, explicó.
Sin embargo, la directora de Secundaria marcó una diferencia entre las medidas que los centros educativos pueden tomar, esto depende según quiénes sean las personas involucradas en las peleas. “El asunto es cuando estamos en la puerta del liceo y vienen alumnos que no son alumnos, pero sí son amigos de los que asisten al centro educativo, que muchas veces son mayores de edad”, dijo. “Digamos que su finalidad no es el estudio y, a veces, provocan situaciones que no son agradables para nadie”, complementó. Entonces, según Cherro, cuando “aparecen esos agentes externos”, Secundaria llama al Ministerio del Interior (Policía o Policía Comunitaria) para que despliegue el protocolo que “tienen que hacer”.
Por otro lado, Peralta explicó al programa radial que, como el liceo Zorrilla es solo de Bachillerato (de 4º año a 6º año), muchos estudiantes del Liceo nº 5, que está ubicado a unos metros, se cambian cuando terminan Ciclo Básico. Así, sucede lo mismo con algunos enfrentamientos: los que empezaron en una institución, terminan en otra.
“Los motivos, a veces, son sutiles. No tiene algo importante, buscan una pelea, no entiendo muy bien la motivación. Ellos pasaron de tercero a cuarto y entraron al Zorrilla, y ahí continúa lo que el año pasado estaba en el liceo nº 5”, dijo la madre.
En esta línea, Cherro explicó que muchas de las peleas se organizan a través de las redes sociales. “Muchas veces los papás de los alumnos no saben con quiénes tienen contacto desde las redes”, apuntó.
“Hay que tener en cuenta que primero educa la familia y después el sistema educativo. Los padres deben tener conocimiento de con quiénes se relacionan sus hijos; qué tipo de amistades tienen. Porque en este problema violento que hubo entre gente del Liceo nº 5 y del Liceo nº 4, la mayoría de las personas involucradas no tenían que ver con los alumnos de ninguno de los dos liceos. Según tengo entendido, son banditas de personas que merodean en el liceo nº 5 y nº 4, los propios estudiantes reconocen que los han visto y saben que van allí”, agregó.
“El sistema educativo no es responsable de todo lo que sucede en la sociedad uruguaya”, concluyó.
Cherro prefirió no mencionar la situación del joven que se suicidó tras sufrir bullying por respeto a él y a su familia. Peralta apuntó contra el centro de estudios: “La institución no quiere hacerse cargo de que el suicidio tenga algo que ver con el liceo”.