Apenas unas horas después de la inauguración oficial de la segunda planta de UPM, el Gobierno anunció la posibilidad de otra megainversión a ubicarse en el interior del país.
La noticia llamó la atención porque la iniciativa implica un monto superior al de UPM 2, que es récord en la historia del país, y por las tecnologías disruptivas que están previstas en el emprendimiento.
Concretamente, Ancap informó el jueves pasado que la empresa estadounidense Highly Innovative Fuels Global (HIF Global) fue seleccionada en un llamado para desarrollar en Paysandú un proyecto de producción de combustibles sintéticos y otras energías renovables.
El proyecto requiere una inversión cercana a los US$ 2.000 millones en la captura de CO2, producción de metanol y terminación de gasolina sintética, junto con otros US$ 2.000 millones en la instalación de parques de aerogeneradores, granjas fotovoltaicas y líneas de transmisión en un radio de hasta 180 km de la ciudad de Paysandú.
La iniciativa implicaría todo un sacudón para el litoral del país, últimamente muy afectado por la diferencia cambiaria con Argentina.
¿Qué viabilidad tiene este proyecto? ¿Qué plazos hay para que se concrete? ¿Qué participación tendrá Ancap?
Este miércoles, el conductor de En perspectiva Emiliano Cotelo conversó con el presidente de la empresa estatal, Alejandro Stipanicic, para hablar sobre ese y otros temas.
El jerarca explicó que la forma de producir hidrógeno artificialmente es a través de una electrólisis, que implica pasar corriente eléctrica a través de agua.
“El agua es natural, la electricidad no lo es, tiene que ser generada. Si esa generación de electricidad se realiza con fuentes renovables [sol, viento, hidráulica], ese hidrógeno es amigable con el medio ambiente. Si es generado solo con viento, es que se lo cataloga como hidrógeno verde”, explicó.
En esta línea, añadió que el hidrógeno, además de combustible, es transportador de energía, debido a que la molécula de hidrógeno es altamente concentrada en energía, “por ser molécula puede ser transportada y almacenada, a diferencia de la energía eléctrica, que solo puede ser almacenada salvo en grandes bancos de batería”.
“Esa es la gran virtud del hidrógeno verde. Es una fuente de generación eléctrica renovable y permite que la energía producida a partir del sol y el viento pueda ser almacenada en moléculas”, desarrolló Stipanicic.
En esta línea, el jerarca dijo que Uruguay quiere “pasar de ser importador neto de energía fósil a exportadores de sol y viento”.
“El potencial eólico y solar para producir hidrógeno verde es realmente significativo. En tierra firme se pueden producir hasta 30 gigawats adicionales de energía eléctrica renovable, y en el mar casi 300 gigawats. La energía eléctrica producida así puede ser capaz de producir muchísimo hidrógeno verde, que es altamente demandado en el mundo”, añadió Stipanicic.
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