Una mega inversión a implantar sobre una isla artificial frente a la rambla en la zona de Punta Gorda en Montevideo generó discrepancias entre la Intendencia de Montevideo (IM) y el Poder Ejecutivo.
La comuna informó el lunes que rechazaba la viabilidad de la propuesta “MVD 360”, una iniciativa privada que anuncia una inversión de 2.300 millones de dólares en diez años para construir una isla de 36 hectáreas conectada a la rambla por un puente de 450 metros de largo, sobre la que se instalaría un puesto deportivo de 300 amarras, lotes inmobiliarios para comercios, residencias y oficinas, parques recreativos de uso público y estacionamiento subterráneo también de uso público.
El arquitecto y director de Planificación de la IM, Luis Oreggioni, explicó que la decisión se debió a que “el desarrollo planteado concentraría en un único lugar de la capital una enorme cantidad de viviendas, oficinas y comercios; las personas y actividades que ocupan ese espacio saldrían de la ciudad que ya existe. No vamos a fabricar nueva población, nos preocupa el desplazamiento de la vida comercial y el trabajo, esto afectaría procesos que tienen que ver con la vida de centralidad montevideana”.
El ministro de Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero, cuestionó la velocidad con la que la IM procesó la decisión y pidió rediscutir la propuesta con los inversores.
Sobre esto habló Oreggioni en En Perspectiva.
“Este es un proyecto de alto impacto para Montevideo”, comenzó diciendo el jerarca, quien agregó que la discusión que llevó adelante Presidencia sobre esta iniciativa “nunca se hizo en conjunto con la IM”.
Desde Intendencia, se tomó contacto con la propuesta hace “más de un año” porque los inversores “nos la presentaron”, y, en ese proceso de interlocución, “accedimos al paquete completo”.
Oreggioni consideró que no se puede dar curso a esta iniciativa “sin tener una conversación institucional”, y aseguró que no hubo ningún contacto con el Poder Ejecutivo.
Por otro lado, destacó que los aspectos ambientales y paisajísticos “no fueron considerados”. Dijo que la IM analizó las cuestiones “centrales” y lo calificó como “altamente inconveniente” para la capital del país.
Asimismo, apuntó que, esta propuesta de “gran envergadura”, implica un “cambio de desarrollo" a nivel departamental.
“El concepto de isla y el concepto de aislamiento, que van de la mano, con una altísima concentración de inversión de metros cuadrados en un formato que, más allá de sus ofertas públicas, tiende a la homogeneidad en un territorio como lo es el de Montevideo que está caracterizado por ir tendiendo a disgregarse y a fracturarnos en sectores homogéneos y a tratar de relacionarlos entre iguales y protegernos de los diferentes, un impacto de semejante envergadura es como una especie de agujero negro para Montevideo en el sentido de que esto no va a fabricar sino que va a succionar actividades que están dispersas en todo el territorio del departamento”, argumentó.
En tanto, opinó que “sugiere la idea de que este va a ser un lugar reservado a un público de altísimo nivel”. Según el arquitecto, los inversores entienden que es una “oportunidad para darle lugar a los más ricos que empiezan a no tener lugar en Montevideo” y expresó preocupación por “cualquier enclave homogéneo de cualquier tipo”.
“Eso sería una mala señal de Montevideo para el mundo, en términos de lo que es Montevideo diferente a otros lugares. Si uno quiere elegir una vida aislada, seguramente tenga ciudades como San Pablo, Buenos Aires, México, Lima, Santiago…”, determinó.
Para Oreggioni, la lógica urbana tiende a que haya barrios que son caracterizados por su nivel socioeconómico. “Si nosotros fabricamos un sector de ciudad nuevo y ese sector está asignado por una lógica de alta concentración de personas de alto poder adquisitivo, estamos dándole un golpe de gracia a las posibilidades de que Montevideo pueda defender sus mejores valores”, lamentó.
En la capital del país ya existen proyectos de viviendas y de oficinas. En esta línea, el experto explicó que se hacen "sobre la ciudad que ya existe: entran dentro de ciertas reglas que la ciudad puede establecer”. Estos proyectos “conforman esta estructura que ya tenemos, que ya es diversa”, puntualizó.
A raíz de esto, surge la duda de por qué esta propuesta no, pero otras sí. Como, por ejemplo, el emprendimiento inmobiliario en la zona de Capurro “Montevideo Harbour”.
Al respecto, el jerarca dijo que ese proyecto tuvo una autorización pero que “se inscribió en una lógica planificadora de la ciudad” con el objetivo de “recuperar a la bahía como un espacio de disfrute, no solo como un espacio operativo del mundo portuario” y agregó que, además, tiene una rambla púbica.
“Donde necesitamos más rambla es en Capurro, es en el Cerro, para redefinir el perfil y volver a encontrar una nueva vista de Montevideo y de la bahía de Montevideo”, consideró.