La reforma del sistema de jubilaciones y pensiones, uno de los puntos clave del programa de gobierno de esta administración, entró en etapas definitorias.
Luego de meses de discusión, en torno a un borrador primero y a un anteproyecto de ley después, el presidente, Luis Lacalle Pou, anunció la semana pasada que la coalición multicolor había acordado el texto definitivo que se enviaría al Parlamento para su estudio.
El viernes pasado, ese proyecto de ley ingresó al Senado, donde será discutido en una comisión especial. El Poder Ejecutivo aspira a que obtenga media sanción a mediados de diciembre.
De todos modos, en el oficialismo hay socios que insisten con continuar introduciendo cambios a la propuesta, y, del otro lado, el Frente Amplio (FA) prevé fijar posición en las próximas horas.
¿Cómo quedó el proyecto de ley y qué alcance tiene ahora el planteo de reforma? De eso conversó con En Perspectiva su principal redactor y expresidente de la comisión de expertos en Seguridad Social, Rodolfo Saldain.
Según expuso el experto, la reforma es necesaria por un conjunto de circunstancias. Una fundamental, continuó, es la sustentabilidad futura del sistema —la actual y, sobre todo, la futura— debido a dos circunstancias.
“La primera es que Uruguay tiene hoy un nivel de gasto en materia previsional del orden de 11 puntos del producto, un nivel que los países bastante más envejecidos que nosotros, muchos no lo tienen todavía”, señaló.
Por su parte, agregó que el segundo punto es la dinámica demográfica. “Las proyecciones de población del Uruguay, tanto las que se hicieron en el ámbito de la comisión de expertos al comienzo de su trabajo, como la más reciente del programa de población de Naciones Unidas, muestran que, en unos 20 años aproximadamente, la población en edad de trabajar del Uruguay se derrumba. No solo se achica, sino que cae en picada y el único grupo que crece son las personas de 65 y más años”, explicó.
En este sentido, valoró: “Ahora tenemos una ventana de oportunidad de hacer cambios en el sistema que se adecúen a esa dinámica, que corrijan esa tendencia de insustentabilidad, que va a significar si no se hace la medida, que un número cada vez más chico de trabajadores va a tener una carga cada vez más grande”.
Y añadió: “Si no hacemos nada, vamos camino a un déficit del orden de 11 puntos del Producto Interno Bruto, y haciendo la reforma se logra estabilizar ese déficit en un valor mucho más manejable. Es imposible hacer que las cuentas cierren en el contexto en el que estamos y, sobre todo, con lo que es parte de la consciencia colectiva de todos los uruguayos, que es que queremos un Estado que cubra y que atienda adecuadamente a la población mayor”.
No obstante, observó que “con el anteproyecto había efectos más tempranos”, y agregó que “acá [en el proyecto] se dilatan 6 años, aproximadamente”, al tiempo que valoró: “Es una dilación tolerable”.
“Obviamente, si esta reforma la hubiéramos hecho hace cinco años, 10 años, hubiese sido mejor, pero ahora es mejor que dilatarla tres, cuatro, cinco años, es decir, se logran los atributos buscados con una dilación en el tiempo que es manejable”, expresó.
En cuanto a las declaraciones del exministro de Economía Danilo Astori, quien señalaba que la reforma llevada adelante por el Gobierno no es de seguridad social sino una reforma del sistema de pensiones y jubilaciones, Saldain consignó que “esta reforma es una reforma jubilatoria, no aspira a ser otra cosa y no debe ser otra cosa”, al tiempo que estimó que el sistema de jubilaciones “es el elemento central”.
Y siguió: “Porque es imposible discutir la globalidad del sistema, sin entrar en algo que sea totalmente inmanejable”. Asimismo, sostuvo que ni el seguro de desempleo ni las asignaciones familiares ni el seguro de enfermedad tienen financiamiento propio.