El funcionamiento de los clubes de cultivo de cannabis está bajo la lupa del gobierno ante la posibilidad de que parte de su producción esté siendo volcada al mercado ilegal de drogas, como advirtió este lunes el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, en el programa En Perspectiva.
En dicha entrevista, Larrañaga sostuvo que parte de la droga de estos clubes de membresía se comercializa, por ejemplo, en Brasil.
¿Cuál es la situación de los clubes cannábicos hoy en día? ¿Qué controles realiza el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca) para evitar prácticas no previstas? Sobre esos y otros temas relacionados, el periodista Emiliano Cotelo conversó este viernes con el doctor Daniel Radío, secretario general de la Junta Nacional de Drogas (JND) y presidente del Ircca, en una nueva edición de En perspectiva, por Radiomundo.
El comienzo del reportaje gro sobre la reciente llegada (en julio) de Radío a la JND, a la que llegó luego de un breve pasaje al frente del Sistema de Cuidados del Mides.
Sobre ese cambio, el funcionario recordó que su actual puesto le había sido ofrecido "a principios de mayo por el presidente" Lacalle Pou. "Yo estaba entusiasmado con la política de cuidados y preferí insistir. Finalmente fue evidente que yo tenía unos puntos de vista diversos a los del ministerio., y al final opté por venir a la JND". En ese sentido, señaló que su salida del Mides "generó hasta cambios estructurales en la parte del Cuidado del ministerio, cambios que se hicieron en la misma tarde en que anuncié que me iba".
Más allá de eso, Radío no es un neófito en el asunto. "Durante todos estos años yo trabajé mucho el tema droga, integré la Comisión de Adicciones del Parlamento durante diez años y tuve intervención en toda la discusión respecto a las políticas de regulación del mercado de cannabis, etc". Por otra parte, si en el área de Cuidados del Mides "había puntos de vista distintos, no tenían por qué prevalecer los míos".
En cuanto al rumbo futuro del cannabis en nuestro país. Radío señaló que "Uruguay tiene una política pública acerca de este tema y los mensajes han sido claros en el sentido de que muchas cosas se ratifican y otras hay que dinamizarlas aún más, por ejemplo en el cannabis para uso medicinal y eventualmente el cáñamo para uso industrial".
"El hecho que el señor presidente me haya ofrecido esta responsabilidad dice algo en relación a mi intervención. Yo había participado fuertemente en el debate en torno a la regulación del mercado de cannabis, el presidente conocía muy bien mis puntos de vista, y sabía que yo sintonizaba con su postura sobre el tema", explicó.
Posteriormente, se refirió a los cambios globales ocurridos desde aquel diciembre de 2013, cuan do se aprobó la normativa.
"Luego de una primera reacción enérgica de entidades internacionales, que hasta nos tacharon de piratas, por la vía de los hechos eso se ha ido modificando. Cuando tomamos este debate en el parlamento, sólo dos estados de EEUU , Colorado y Washington, tenían normativas similares, y hoy ya son ocho los que tienen regulado el mercado del cannabis", situación que también existe en Canadá, país donde "cualquiera puede comprar cannabis por correo".
"La condena internacional ya no es tan severa. Por el contrario, se tiende a flexibilizar", con la excepción de Rusia y China, quienes lideran una suerte de bloque opositor al respecto, al que se unen algunos países asiáticos.
Sobre la elaboración de la normativa actual, recordó que la ley presentada por el Ejecutivo durante la presidencia de José Mujica "era de artículo único, algo vergonzoso, y nada que ver con lo que terminó saliendo, que fue una ley hecha por el Parlamento. Una cosa es lo que se vendió al exterior, como que Mujica fue el gran artificie de esto, y no lo fue para nada".
Asimismo, recordó que aquel proyecto de ley primaba "siempre una mirada represiva, Mujica diciendo ‘yo te voy a tener registrado para saber cuanto consumís, y si consumís mucho, vas para dentro'. Esto fue un trabajo muy serio en el parlamento, donde fue protagónica la bancada del Frente Amplio, pero participamos todos".
Acerca de la postura de la actual administración, indicó un camino de continuidad y profundización.
"Tenemos una política pública. Uruguay se definió como un país que regula el mercado de cannabis, y por lo tanto hay que sostener esa política pública, esa es mi postura".
Posteriormente, y de forma central, la entrevista gravitó sobre los ya citados dichos del ministro del Interior, Jorge Larrañaga, quien sostuvo que marihuana procedente del mercado legal uruguayo estaba filtrándose al mercado ilegal y cruzando fronteras. El secretario de Estado dijo que las autoridades brasileñas le habían transmitido preocupación por este tráfico, y agregó que en el ambiente del narcotráfico brasileño, esta marihuana uruguaya tenía ya una denominación propia y cotizaba muy bien.
Respecto a esos asuntos, Radío dijo haber tenido ya reuniones con autoridades del Ministerio del Interior, en concreto con el viceministro Guillermo Maciel, y con el jefe de la Dirección General De Represión del Tráfico Ilícito De Drogas.
"Sobre el tema de la marihuana uruguaya en Brasil, los brasileños no tienen manera de saber si esa marihuana proviene o no del mercado legal, a menos que tengan alguna forma de trazabilidad ¿Es posible que haya marihuana uruguaya en Brasil? Probablemente sí, y probablemente el Ministerio del Interior tenga pruebas de ello y por eso lo afirma ¿Es posible que sea marihuana de origen legal? Sí, pero no es obligatorio", puntualizó.
"Nosotros controlamos los clubes cannábicos. Se dice que ahora están ‘bajo la lupa'. Yo no digo que estén bajo la lupa, pero están siendo inspeccionados permanentemente", aseguró el funcionario.
En cuanto el control al que se someten tales clubes "tiene básicamente dos componentes. Uno es que los clubes tienen que brindar información al portal, al que nadie más tiene acceso", información que incluye "cantidad de plantas en general, cantidad de plantas florando, volumen de producción y cantidad entregada a sus socios. Todo eso está registrado en el portal".
El segundo componente de estos contralores "es la fiscalización presencial, que a veces se ha dicho que es escasa porque sólo hay cinco fiscalizadores para 150 y pico de clubes. Lo de escaso siempre es relativo, capaz que habría que poner alguno más, pero tampoco todos los uruguayos podemos trabajar de fiscalizadores. Pensemos que el Mides tiene solamente siete fiscales para 1.200 hogares ¿cuántos queremos tener para 150 clubes?"
"Hay que fiscalizar, y fruto de la fiscalización del Ircca, en cooperación incluso con fiscalía. Hubo allanamientos que fueron pedidos directamente por el Ircca, y fruto de esa cooperación se produjeron sanciones a clubes. Una de las primeras determinaciones que tomamos en la nueva junta directiva del Ircca fue sancionar a clubes cannábicos" que incumplieran las normas.
Según Radío, estas sanciones se dan "en general por faltas menores, del tipo ir al club y que esté cerrado en un horario en que se supone que debe estar abierto. Esto que parece menor pero no lo es tanto, porque podría sugerir que hay una actividad irregular y por eso está cerrado. También sancionamos porque lo que se declara en el portal no coincide con lo que se encuentra en el club. Hay sanciones, multas, apercibimientos", enumeró.
En referencia al modo en que la marihuana de origen legal podría estar llegando al mercado negro, Emiliano Cotelo planteó tres posibilidades. Primero, mediante robos a los clubes cannábicos o los autocutivadores. En segundo lugar, que los clubes generen un excedente de producción que salga de las manos de los socios. Y finalmente, la existencia de clubes cannábicos irregulares, siendo esta última las más resistida por Radío, por razones que hacen a la propia definición de los clubes.
"Lo de los robos no es una posibilidad sino un dato, de hecho se han denunciado robos. Ahí tenemos una dificultad porque los clubes de membresía deben tener seguridad y su dirección no debe ser conocida, para no aumentar su vulnerabilidad". Asimismo, recordó que es "cada predio puede corresponder a un club, que puede ser urbano o rural, pero no puede haber más de un club por predio. Si modificáramos eso, que es una posibilidad que estudiamos, y habilitar hasta cuatro clubes por predio, se podría facilitar la seguridad, haciéndola más barata, y también nos permitiría fiscalizar mejor".
Respecto a que haya filtraciones desde los clubes por exceso de producción, indicó que "está controlado cuánto se produce y cuánto se entrega a cada socio, y las entregas son bajo recibo, hay documentación". Si uno de los miembros luego comparte su marihuana "ya no es problema del club".
"El socio está habilitado a tener hasta 40 gramos de marihuana. Si esos 40 gramos los fuma o los vende, es un problema distinto, ya no es del club", enfatizó.
Sobre la posible existencia de clubes de membresía al margen de la ley, Radío se limitó a señalar que, por definición, no puede existir tal cosa.
"Eso no es un club de membresía, sino una plantación ilegal. Si no están habilitados por la ley son cultivos ilegales y sobre ellos el Ircca no tiene nada para decir", explicó.
"Un club cannábico es una figura creada por la ley y cumplen determinados requisitos. Si hay gente que se asocia para delinquir, eso no es un club cannábico. Si hay gente que se asocia para producir marihuana por fuera de la ley, eso tampoco es un club cannábico", remarcó.
En ese punto, el periodista dijo que miembros de clubes cannábicos habían sugerido que esos mal llamados "clubes ilegales" podrían triplicar los autorizados, y que su origen radicaría en evitar los costos de uno en regla.
"Esos son cultivos ilegales. Nosotros no tenemos que fiscalízalos ni tenemos nada que decir sobre ello , porque nuestro control administrativo es de los cubes que están registrados. Sobre gente que hace cosas al margen de la ley, es la policía la que tiene que actuar y de hecho creo que actúa", insistió una vez más.
"Yo estuve en la Fuerza Aérea viendo fotos de cultivos ilegales. Si son de una persona o de varias, es lo mismo, no es un club cannábico. Me preguntaban cómo se fiscalizan los cultivos ilegales, pero eso no se fiscaliza, hay que erradicarlos"., expresó.
Radío añadió que de efectuarse algunos cambios que se evalúan, como el ya mencionado de permitir más clubes por predio, "se abaratan los costos de seguridad y se favorece la fiscalización, porque no es lo mismo ir a un departamento fronterizo a fiscalizar un club cannábico, que fiscalizar cuatro con el mismo viaje. Es una posibilidad que está presente en Ircca desde el período anterior", dijo.
En cuanto a la posibilidad de que algunos socios de estos clubes tengan antecedentes penales por narcotráfico, Radío reconoció que "en una de las reuniones con el subsecretario (Maciel) se nos manifestó que algunos socios de clubes tenían antecedentes por narcotráfico. Si se quiere evitar eso hay que establecer normas al respecto, una ley. Porque por ahora no hay ninguna norma que diga que por tener uno antecedente penales por lo que sea, está inhibido de pertenecer a un club. Yo tomé nota de esa situación, pero no hay nada que inhiba, y yo tengo que cumplir la ley. En general los antecedes penales no son impedimento para formar parte de asociaciones en la sociedad civil. Capaz que en este caso alguien piensa distinto y habría que redactar normas".
Interrogado acerca de cómo sabe el Ministerio del Interior que hay socios de clubes cannábicos con antecedentes (la identidad de los socios es confidencial), el funcionario consideró que "probablemente sea de algunas de estas intervenciones en situaciones ilegales. La información que maneja el Ircca es reservada. Igualmente el Ministerio del Interior nos ha solicitado información, nosotros tenemos toda la disposición a colaborar con el señor ministro, pero nos adherimos a normas. Lo que hicimos fue pedir a la Unidad Reguladora y de Control de Datos Personales de Presidencia, dependiente de Agesic a que nos autorice a dar la información necesaria , salvo aquella que sea considerada reservada por la norma".
También nos ha sido solicitada información por la justicia algunas veces, y se da por descontado que cuando es por orden de la Justicia se accede, , y de hecho hemos participado en allanamientos hechos por Fiscalía".
Entrevista adelante, Radío relativizo el hecho de que muchos consideren que la regulación del cannabis tuviera como objetivo primordial quitarle mercado al narcotráfico, algo deseable y positivo pero no el meollo del asunto.
"En general cuando uno habla de drogas dice que es "el problema" y parece que se supiera de qué se está hablando. Pero hablar de drogas no necesariamente implica que haya un problema, y cuando es así, hay más de uno: problemas de seguridad pública , problemas de Derechos Humanos. La decisión sobre consumir o no hacerlo debe ser informada y libérrima y esa es la cuestión que me parece central. De hecho, Uruguay, aun durante la dictadura, nunca prohibió el consumo de sustancias, pero había una incongruencia: no se podía comercializar ni plantar, entonces hacer algo lícito se tenía que cometer antes un ilícito".
Radío entiende que sí se logró quitarle algo de mercado al narcotráfico "pero sucede que es insuficiente la producción", legal como para abastecer a toda la demanda.
"La primera cosa que tiene que saber todo el mundo, aunque sea una obviedad, es que nadie se pone a consumir porque haya marihuana legal. La gente en este país consumió toda la vida, aunque el acceso fuera ilegalizado. En el último siglo el acceso a muchas drogas fue ilegalizado y la gente siguió consumiendo y el aumento fue permanente. Y donde la marihuana no se legalizó el aumento fue tan importante como donde se reguló el mercado", afirmó.