Los perros sueltos que atacan al ganado es un flagelo que desde hace años es denunciado por productores agropecuarios y esta semana hubo el tema provocó diferentes repercusiones políticas.
El martes el Poder Ejecutivo aceptó la renuncia del director del Instituto de Bienestar Animal (INBA), Gastón Cossia, que venía siendo cuestionado por la Federación Rural y otras gremiales por la forma elegida para enfrentar este problema, que no ha dado soluciones a corto plazo.
Cossia renunció cuatro días después de que un grupo de productores rurales trajeron ovejas muertas y lastimadas a Montevideo y las exhibieron frente a la Torre Ejecutiva, reclamando acciones del gobierno.
El exjerarca denunció que esa demostración, cuestionada también por la Sociedad Uruguaya de Veterinarios Especialistas en Pequeños Animales (Suvepa) y grupos animalistas, rebasó “un límite”.
“Ellos
ejercieron un lobby de presión que llegó a ese extremo. Hay gente que lo relativiza,
yo no. Nunca en mis 50 años de vida vi que se tiraran cadáveres de animales
agonizantes en la Plaza Independencia, y eso para mí rebasó un límite”, expresó
Cossia.
Con el objetivo de profundizar en este tema, este jueves el conductor de En Perspectiva Emiliano Cotelo conversó con Alejandro Michelena, productor ovino de Tacuarembó, y Pedro Scremini, productor ganadero en Fraile Muerto que además es médico veterinario.
Sobre lo ocurrido en Torre Ejecutiva, Michelena dijo que entre varios productores estaba conversado que al próximo que le pasara tenía que ir a Montevideo, debido a que “hay una distancia enorme entre lo que se habla los organismos encargados de tomar medidas y lo que sufren los productores”.
“Una cosa de repente es una foto que circula en determinado círculo, que la prensa puede llegar a levantar, y otra que se viera la realidad a nivel del Ejecutivo y en un lugar como la Plaza Independencia”, explicó Michelena, que fue uno de los nueve productores que se movilizaron a la capital y las ovejas eran de su propiedad.
Scremini, por su parte, señaló que el “drama de los ataques de perros es que te levantás en la mañana con diez ovejas desechas y no podés ver nada”.
“Estás un lote de días con la incertidumbre y los nervios de no saber qué pasa. No sabes si te van a matar toda la majada. Sientes ladrar un perro y te pones como loco. No puedes dormir de noche”, relató el productor en base a su propia experiencia.