La Comisión de Defensa de la Competencia, que funciona en la órbita del Ministerio de Economía y Finanzas, concluyó oficialmente que la compra de tres frigoríficos del grupo Marfrig por el grupo Minerva daría lugar a “la creación de una posición dominante y a la consolidación de un mercado altamente concentrado”. Por esa razón, resolvió rechazar la autorización de concentración económica que había sido presentada el año pasado por las dos compañías.

La operación consistía en que Minerva compraba el 100% de las acciones de los frigoríficos Colonia, Inaler y La Caballada. Las tres plantas se hubieran sumado a las cuatro que Minerva ya tiene en el país (PUL, Frigorífico Carrasco, Frigorífico Canelones y BPU).

En su pedido, las empresas alegaron que se trataba de una concentración horizontal, con dos mercados relevantes identificados: el de la compraventa de ganado en pie incluyendo la exportación, y el de venta de carne vacuna en Uruguay. Por lo tanto, señalaban, las ventas realizadas en el mercado nacional competían con las importaciones de carne y, en el caso de las exportaciones lo hacían con otros países productores de carne vacuna.

Afirmaban por lo tanto que la operación no generaría una posición dominante en ninguno de esos mercados, sino que iría a producir efectos coordinados. En cambio, resaltaron que la operación produciría eficiencia, como el ahorro en packaging y mantenimiento, además de la mejora de la capacidad instalada.

Sin embargo, en la resolución se advirtió que la compraventa generaría un escenario en el que “solo una empresa dispondría de poder de mercado y de la aptitud para limitar, distorsionar o reducir sustancialmente la competencia, existiendo, además, barreras a la entrada de nuevos competidores”.

En Perspectiva · Entrevista Conrado Ferber - Defensa de la Competencia negó a Minerva comprar frigoríficos de Marfrig

Este miércoles los conductores de En Perspectiva Emiliano Cotelo y Romina Andrioli conversaron con el presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Conrado Ferber, para profundizar sobre la decisión del organismo del gobierno.

El jerarca reafirmó la posición política previa que tenía el organismo que se había manifestado en contra de la adquisición.

“Como bien dice el fallo generaba problemas sin dudas sobre el equilibrio del negocio para los próximos años. [La producción de carne] es el negocio del país hace 400 años y ahí tenemos puesto siempre nuestros porotos. Es el sector que no falla y aporta a las exportaciones, al trabajo, a la mano de obra. Por lo tanto, mantener equilibrios en este sector es fundamental”, consideró Ferber.

En esa línea, valoró que más de “40.000 productores tengan a la hora de comercializar su hacienda diferentes opciones y la posibilidad de que haya competencia por ese ganado”.

“Da lugar a la transparencia del negocio en la compra de la carne y también al permitirse el ingreso de carne importada para el beneficio del consumidor. El negocio de la carne es de los más transparentes y equilibrados que tiene el país”, añadió.

Con respecto a los mercados en juego, Ferber señaló que esta decisión afectaba a dos en particular: el de la venta del ganado del productor a la industria y el de la industria al carnicero.

“Estamos hablando de la base de la economía, pero también de la base del plato de todos los días. Era un tema muy sensible, delicado y desde un principio estuvimos convencidos de la interpretación final que hizo la Comisión. Que iba a ser perjudicial para el negocio [en caso de concretarse la operación]. A pesar de que el proceso no ha terminado, estamos conformes con el primer paso y estamos orgullosos de las garantías que se han dado a los participantes, a las empresas. La posibilidad de que todos opinen, pero a la vez un proceso bien claro”, concluyó.

Las empresas Minerva Foods y Marfrig tienen la posibilidad todavía de recurrir el fallo de la Comisión    de Defensa de la Competencia e incluso podría tener que expedirse algún tribunal superior, explicó Ferber.

El presidente del INAC sostuvo que esa posición dominante que se daría permitiría “incidir en el mercado de manera no competitiva”.

“En definitiva, esa posición dominante era peligrosa y no era recomendable. Si vos sos el único que compra el ganado, fijas el precio. Es muy difícil que fluyan los precios y uno pueda estar tranquilo a la hora de comercializar si la mitad del mercado está en manos de uno. Además, cuando se permite eso, estás dando a entender que mañana la otra mitad puede estar en manos de otro. Ahí sería el fin total, porque entre dos manejarían un negocio que es de muchísimos millones de dólares”, finalizó.