La guerra en Gaza y los reclamos contra Israel se metieron en las universidades del primer mundo con manifestaciones, campamentos de protesta, ocupaciones de edificios, acusaciones de antisemitismo y desalojos a la fuerza con la Policía. La semana pasada, ese fenómeno tuvo una primera expresión en Uruguay.
Dos facultades de la Universidad de la República (Udelar), la de Humanidades y Ciencias de la Educación y la de Ciencias Sociales, suspendieron actividades en las que iba a participar un mismo docente invitado: el politólogo uruguayo-israelí Alberto Spektorowski.
En el caso de Humanidades, caso que se conoció el jueves, se pospuso el curso “La laicidad como problema: su historia y sus fundamentos”, de la Maestría en Ciencias Humanas, luego de que una agrupación estudiantil, la 21 de Junio, iniciara una campaña de rechazo a la participación de Spektorowski, que es profesor emérito de Ciencias Políticas en la Universidad de Tel Aviv y quien en el año 2000 asesoró en las negociaciones de Camp David entre Israel y Palestina.
“Alberto Spektorowski no sos bienvenido en la Udelar”, decía, por ejemplo, una de las publicaciones de la agrupación 21 de Junio en la que cuestionaban al docente, señalándolo como “sionista” y “apologista” de las acciones del gobierno israelí en la guerra en Gaza.
En el caso de Ciencias Sociales, la medida, que se divulgó el viernes, afectó a una mesa de debate sobre el conflicto en Gaza prevista para el viernes próximo. La postergación no surgió desde la facultad, sino de los propios disertantes. De común acuerdo, prefirieron esperar un mes, con la esperanza de que en ese ínterin comience un proceso de paz y así se pueda “dialogar en otro clima social”, según dijo una de las organizadoras a Montevideo Portal.
Rafael Porzecanski, sociólogo y exintegrante de La Tertulia, dijo a En perspectiva que el conflicto en Israel, “a pesar de estar lejos, está generando mucha emoción en públicos no directamente afectados”.
“Eso abre una serie de preguntas que entiendo que merecen un abordaje analítico y sereno del asunto”, comenzó.
Antes de comenzar su análisis aludió a su “condición de judío”, y dijo que esta “naturalmente” le genera una “sensibilización especial sobre la temática”.
Sin embargo, afirmó que su intención es “analítica” y de “echar luz sobre estos asuntos”.
Además, Porzecanski es exalumno de la Udelar, y particularmente de la Facultad de Ciencias Sociales, por lo que se ve interpelado por la institución implicada en el conflicto.
El especialista marcó tres elementos que explican el surgimiento de las movilizaciones propalestinas en Estados Unidos: el antecedente del movimiento Black Live Matter, originado en 2013; la creciente presencia de estudiantes árabes o islámicos en las universidades norteamericanas; y la relación entre la izquierda y la causa palestina.
Sobre este último punto, destacó que esta es la única característica que se comparte con lo que está sucediendo en Uruguay.
“Naturalmente, los movimientos estudiantiles en nuestro país tienen un claro sesgo hacia la izquierda. Tienen, no una visión homogénea, pero sí un conjunto de visiones que generalmente ha estado más cercana desde determinado momento a esta parte a la causa palestina”, planteó.
También recordó el momento histórico determinado que hizo cambiar la postura de “la izquierda” en el mundo con respecto a Israel: el retiro del apoyo de la Unión Soviética luego de la Guerra de los Seis Días, de 1967, que enfrentó a Israel con Egipto.
“Ahí Israel pasa a ser visto como un socio de los Estados Unidos. Es decir, para una parte de la izquierda, fundamentalmente asociada al comunismo, Israel pasó a ser visto como un aliado del imperialismo o un representante del imperialismo”, dijo.
Yendo al Uruguay de 2024, consideró que hay, por un lado, “una defensa muy firme del grueso del bloque de la coalición hacia el derecho de Israel de existir como Estado judío, y generalmente una condena muy frontal al terrorismo como arma de lucha en el caso palestino”. Y agregó que en el gobierno hay una defensa de “la propuesta de dos Estados para dos pueblos, no hay una negación del derecho del Estado palestino”.
Por otro lado, para quien está especializado en “identidades étnico-raciales”, “al interior de la izquierda hay una división muy clara sobre este tema”.
“Luego del 7 de octubre, las reacciones al interior de la izquierda fueron muy dispares. No es lo mismo el comunicado del Partido Comunista con respecto al comunicado que dieron otros sectores”, ejemplificó.
“En el ámbito universitario, en particular, esta solidaridad o abrazo de la causa palestina no empieza con la ofensiva de Israel en Gaza”, mencionó.
Así, Porzecanski citó un comunicado de la Federación de Estudiantes Universitarios Uruguay (FEUU) emitido el 9 de octubre, luego de la matanza en el sur de Israel y antes del contraataque.
“El comunicado cierra: ‘¡Viva Palestina libre, el pueblo palestino resiste!’”, destacó.
El sociólogo se refirió, a continuación, a los judíos sionistas de izquierda: “Al interior del sionismo predominante son considerados traidores muchas veces, esto en Israel es muy habitual. Pero, al mismo tiempo, se sienten muy abandonados por la izquierda y por la falta de empatía y solidaridad ante, por ejemplo, los ataques de Hamás”.
En esa categoría de sionistas de izquierda se podría ubicar al docente cuestionado Alberto Spektorowski.
Para Porzecanski, la cancelación de las actividades que realizaría Spektorowski en la Udelar trae sobre la mesa los límites de la libertad de expresión.
“Cuando entramos a establecer barreras al discurso, la caja de Pandora se abre, pero no se sabe cuándo se cierra”, apuntó.
A continuación, señaló que, a su entender, la sociedad actual tiene “un problema” y “un debate que dar sobre este tema”: “Esto no tiene que ver con el contenido de lo que dice Spektorowski, sino con el derecho de expresarse”.
“Alberto Spektorowski fue negociador con el campo laborista de paz. Él ha dado su opinión, y es que la ofensiva israelí tuvo efectos colaterales, pero no la búsqueda de atacar directamente a civiles. Esa puede ser una afirmación discutible, pero hacer una apología al genocidio yo lo entiendo como decir: ‘Hay que matarlos’, y yo no escuché al doctor Spektorowski hacer una afirmación de ese estilo”, esgrimió el analista.
También, en esta línea, apuntó al “uso de etiquetas con mucha facilidad con las personas que se expresan de determinada manera”.
“Este problema es doble. Hay, por un lado, un abuso del término ‘sionista’ en forma de insulto, como apologeta de genocidio. Y después también hay un abuso del término ‘antisemitismo’”, puso sobre la mesa.
“Una de las novedades de los últimos 20 años” es, a su entender, la “implosión” del laborismo en Israel.
“La gran mayoría de los líderes hasta el siglo XXI eran laboristas”, planteó, y nombró a Ben Gurion, Shimon Peres y Isaac Rabin, entre otros.
“Ahí hay una notoria derechización de la sociedad israelí. Israel tiene hoy en día la coalición más conservadora de su historia”, complementó.
Las nuevas derechas, a diferencia de sus equivalentes de hace 100 años, hoy son pro sionistas y “defienden cerradamente a Israel y al actual gobierno de Israel”. En esta categoría entran Jair Bolsonaro, Javier Milei, Donald Trump y varios líderes de Europa.
“El problema hoy en Europa ya no es el judío, el problema es el musulmán”, detalló sobre estos últimos.
Porzecanski cuestionó la comparación entre sionismo y nazismo: “El sionismo se entiende como alineado a la defensa del genocidio palestino, cuando no es así. El sionismo político estrictamente es la defensa del pueblo judío a tener el Estado de Israel. Puede ser criticable esa defensa, puede ser interpelada, pero eso no dice nada sobre el tratamiento de la población palestina”.
“Hay un sionismo que cree firmemente en el derecho del pueblo palestino de tener su propio Estado”, dijo. Un representante de este sionismo es el escritor Amos Oz y el exprimer ministro israelí Ehud Ólmert (2006-2009).
“El sionismo fundador del Estado de Israel era fundamentalmente un sionismo socialista”, recordó, y agregó que “en Israel hoy hay grupos sionistas manifestándose en las calles, principalmente en Tel Aviv, pidiendo el cese al fuego, el regreso de los rehenes y la firma de una tregua entre Hamás y el Estado de Israel para que los palestinos no sufran más bajas civiles”.
Consideró también que un problema de la sociología es trabajar con conceptos “que son utilizados como armas políticas”, y dio el ejemplo del “populismo” y el “totalitarismo”, entre otros.
“Cuando se dice: ‘Palestina libre desde el río hasta el mar’, es la negación del Estado de Israel, eso es el antisionismo”, manifestó, y apuntó a que la expresión más extrema de este antisionismo es la aniquilación de Israel que propone Hamás.
El postsionismo, por su parte, dice que “el sionismo, de algún modo, ya fue” y que “la solución de dos Estados no es viable”. “Lo que hay que crear es un único Estado laico, donde convivan palestinos y judíos”.
Por último, el “asionismo” refiere al pensamiento que plantea que no comulga con el sionismo, pero tampoco aboga por la aniquilación.
Hay una institución judía en Uruguay que se define como “asionista”, que es la Asociación Cultural Jaime Zhitlovsky. “Previamente se identificaba como antisionista, pero ahora se define como no sionista”, contó el politólogo.
También Porzecanski recordó que hay, y ha habido históricamente, judíos antisionistas. “Por ejemplo, la orotodoxia judía se opuso en su momento a la creación de Estado de Israel porque decía que tenía que venir el mesías, que no hay que fundar un Estado laico judío”, relató.
Igualmente, el antisionismo para el analista no es lo mismo que el antisemitismo.
“Una cosa es el antisemitismo, que es el odio y el deprecio de los judíos como pueblo y del judío, y otra cosa es la crítica al modelo de Estado para el pueblo judío”, relativizó.
Igualmente, dijo que “muchas veces hay antisionismo empapado de antisemitismo”.
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