Este lunes empezó en Milwaukee, en el estado de Wisconsin, la Convención Nacional del Partido Republicano de Estados Unidos, que confirmará la nominación de Donald Trump como candidato a la Presidencia.
El evento ya de por sí iba a atraer atención internacional y, por eso, esa ciudad venía preparándose desde hace un año. Pero en el fin de semana cobró otro giro a raíz del intento de asesinato al exmandatario, y que tuvo lugar este sábado.
“Vivimos en un mundo tan polarizado, en donde los discursos se han radicalizado tanto y, aunque desafortunadamente esta vez le tocó a Donald Trump, no es la primera vez que tenemos actos de violencia y actos de violencia política”, comentó sobre el hecho el politólogo Eduardo Gamarra, doctor en Ciencia Política y profesor en la Universidad Internacional de Florida, a En perspectiva.
Gamarra recordó que en los últimos ocho años hubo incidentes con características similares hacia otros políticos, y ejemplificó con lo ocurrido en 2017, cuando el representante republicano Steve Scalise “casi fue asesinado en un juego de béisbol en las afueras de Washington”.
Sin embargo, el detalle llamativo es que, mientras se consideraba que “la derecha radical era la violenta”, el atentado fue contra uno de sus máximos representantes: “Eso es, politológicamente hablando, lo más interesante”.
“Uno esperaba que, por cómo particularmente el expresidente Trump motiva a su base, que se dieran esos actos de violencia de grupos xenofóbicos, racistas, etcétera”, analizó el politólogo.
“Sin ir más lejos, el expresidente Trump, cuando estaba iniciando su discurso, antes del disparo, ya estaba entrando al debate xenofóbico, a los mensajes antiinmigrante que lo han caracterizado”, agregó.
Según Gamarra, un elemento a poner en foco para entender el atentado del sábado es que “Trump logra generar pasiones profundas de aquellos que lo adoran y de aquellos que lo odian”.
“Entonces, no es tan extraño suponer que, desde aquellos que lo odian profundamente, surjan incidentes de violencia”, concluyó en su razonamiento.
Asimismo, Gamarra planteó la tenencia de armas en Estados Unidos como otro elemento a tener en cuenta. “Tenemos una realidad que es triste, que es el acceso ilimitado a armas de altísimo calibre”, comentó, y agregó que eso fue lo que permitió a Thomas Matthew Crooks, de 20 años, dispararle a Trump, ya que contaba con un rifle AR registrado legalmente a nombre de su padre.
Rescató que “lo más positivo de lo que pasó el sábado es que tanto Biden como Trump han salido con mensajes conciliadores”. “Ojalá eso prevalezca, pero desafortunadamente tengo poca esperanza de que así sea”, matizó.
El día del ataque, antes de dejar el estrado, Trump, con el rostro ensangrentado, alzó un puño al aire en gesto desafiante. Ese momento fue capturado por varios fotógrafos, en una imagen que ya está siendo estampada en remeras. “Esa fotografía es la fotografía de la campaña”, puntualizó Gamarra, y sumó: “Eso va a ser utilizado para movilizar más a esta masa”.
“En un electorado tan polarizado y enojado, no va a ser suficiente el discurso conciliador de Trump ni de Biden”, planteó.
“Ojalá esté equivocado, pero creo que no es el último acto de violencia que vamos a ver”, sentenció.
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