Este sábado entró en funcionamiento el "Plan Nacional de contingencia para personas en situación de calle invierno 2021" dependiente del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).
El objetivo declarado por las autoridades fue no dar "ni una persona por perdida".
Para el comienzo de la campaña, el Mides publicó un video en redes sociales que fue retuiteado por el presidente de la Republica, Luis Lacalle Pou.
Para conversar sobre las novedades y el objetivo del plan este año, la conductora de En Perspectiva Romina Andrioli conversó este lunes con el director de la división de coordinación de programas para personas en situación de calle del Mides, Gabriel Cunha.
Ante la posibilidad de que la población en situación de calle aumenté aún más este año como ya lo hizo en 2020, Cunha dijo que sin embargo se pudo reducir la gente que "pernoctaba en calle".
Aunque hay un aumento en la demanda de los servicios que brinda el Mides por esa situación, el esfuerzo que se está haciendo para "aumentar el alcance es justamente para poder brindar respuestas a esa suba en la demanda", resumió Cunha.
"El año pasado hubo un aumento del 24% en población en situación de calle en general, pero en cambio hubo una reducción de un 9% en la población pernoctando en calle. El esfuerzo que se realizó el año pasado logró, más allá de que hubo un aumento, que se pudiera reducir la gente que efectivamente dormía en calle", explicó.
Para el jerarca, una parte fundamental del "éxito" en brindar respuestas está dada por "el alcance y la focalización para tener un alto nivel de respuesta diversificándola".
"La población en calle es muy diversa y al asumir nosotros había una capacidad de respuesta bastante homogénea. El 95% de la capacidad de respuesta que había para personas solas era en refugios nocturnos. Nosotros entendemos que uno de los centros estratégicos que hay que tener es diversificar la oferta par a llegar al objetivo de tratar distinto al distinto. Que las respuestas se adapten a cada una de las realidades de las personas que pasan por esta situación", argumentó Cunha.
Explicó que uno de los primeros cambios que se instrumentaron con la llegada de la pandemia fue el aumento de plazas en centros 24 horas, que el programa de cuidados para personas en situación de calle aumentó al doble y a partir de marzo de este año se instaló el programa de viviendas con apoyo.
"En esa misma línea, estamos trabajando junto con salud mental de ASSE para en breve inaugurar un programa de rehabilitación para las personas en situación de calle. Estamos trabajando con la Dinali (Dirección Nacional de Apoyo al Liberado) desde el año pasado cuando se instaló la primera oficina del Mides en un complejo penitenciario (Comcar)", complementó, y agregó que para fines de este año se proyecta la apertura de un centro conjunto.
Otro punto destacado por el jerarca fue la de generar soluciones para que las personas con animales puedan ingresar a los programas del Mides, situación que antes no estaba contemplada.
"Una de las líneas programáticas más fuertes es generar herramientas para que los equipos tengan capacidad de dar una respuesta que se amolde a la realidad de cada una de las personas", insistió.
Nuevo modelo
Por otra parte, señaló que el 26 de abril se inició desde el Mides una "transición hacia un nuevo modelo de refugios nocturnos".
"Un refugio es una casa-habitación de las que encontrás en el mercado inmobiliario nacional. No eran lugares especiales. Tenías en ese lugar a 30 personas con distintas realidades. Desde un chiquilín recién desinstitucionalizado de INAU a un veterano de 65 años que como no aportó en su vida no tiene una prestación. O un recién liberado, alguien con adicciones o una persona con problema de salud mental. Esas personas con problemáticas distintas debían convivir en un espacio con un nivel de hacinamiento importante", describió Cunha.
En este sentido, dijo que la idea es dar respuestas a esas situaciones diferentes, separando "las distintas subpoblaciones" que se tienen.
Una de las medidas en esa línea consistirá en reducir los aforos de los refugios de 30 a 20 personas, "con espacios más chicos y gente con realidades más similares entre sí". Otro objetivo de la medida, señaló Cunha, es el de bajar el grado de conflictividad.
"Hicimos un cambio conceptual que nos parece importante que es el de dividir en dos mitades el equipo. Por un lado, el que maneja la cotidianidad del centro con educadores, auxiliar de enfermería y de servicio. Por otro, un equipo técnico robusto que pueda liderar las intervenciones sociales e incentivar intervenciones diurnas (entrevistas, colaborar con las personas en su interacción con la comunidad, talleres sobre inserción laboral y la problemática de consumo, entre otras temáticas). Hay que entender que con un techo y un plato de comida no sacas a nadie de la situación de calle. Lo que se necesita es trabajar en las temáticas de fondo que llevaron a esa persona a esa situación", explicó el jerarca.
Cunha agregó que otro cambio de paradigma que se quiere hacer dentro el Mides "es el de entender que el ministerio tiene que ser un articulador con otros actores del Estado y de la sociedad civil".
"Hay muchas instituciones que durante el invierno hacen un esfuerzo. Salen a dar un plato de comida, un chocolate caliente. Inclusive muchas veces abren las puertas de su institución para darle a la persona en situación de calle del barrio una respuesta durante un par de meses. Nosotros queremos fomentar ese esfuerzo de la sociedad civil, apoyarlo y coordinarlo. En caso de que lo hagan, nosotros nos comprometemos a tener una persona del ministerio en el lugar", apuntó.
Cunha reconoció que la "responsabilidad final es del Mides", pero agregó que hay que "poder articular con otros actores que tengan capacidad de acercamiento a la población".
"Se trata de cambiar la lógica de diálogo entre el Estado y la sociedad civil, que a veces no es tan fluido. Asumir que no siempre sos el que da la respuesta directa. El feedback que hemos tenido es muy bueno", resumió.