¿Qué lugar debe tener la bicicleta en el tránsito? ¿Cuánto espacio deben resignar los peatones o los automóviles para promover este medio de transporte?
Estas preguntas estuvieron en debate en estos días a raíz de que la Intendencia de Montevideo (IM) colocó cartelería pidiendo a los ciclistas que circulen a pie por la Rambla Sur y no encima de la vereda, entre los peatones.
La decisión generó molestia en los ciclistas, que no querían bajarse de la bici o ser empujados a andar entre los autos. Finalmente, la comuna dio marcha atrás y anunció la creación de un bicisenda sobre la vereda en la rambla, una medida que tampoco conformó totalmente.
En medio de esta discusión, la IM convocó a una reunión con diferentes organizaciones que promueven el uso de la bicicleta, para pensar medidas a largo plazo que fomenten esta forma de transporte en la ciudad.
Sobre esto hablaron Ana Inés Morató y Agustín Greif, del colectivo Ciudad Abierta, y Arthley Chacón, integrante del colectivo Bicivilizados, en En perspectiva.
En Ciudad Abierta consideran a la bicicleta como una “pieza fundamental” para “hacer las ciudades más amigables para las bicicletas, pero también para los peatones”. Según Morató, el objetivo del colectivo es, desde el principio, tratar de enriquecer la agenda pública.
Por su parte, Bicivilizados es una organización que surge “dada la violencia vial, viendo a la bicicleta como un medio humanizador de la sociedad y que genera ciudades ambientalmente saludables”, indicó Chacón.
“Entendemos la preocupación de que la rambla también sea un lugar amigable para las personas que caminan” y para “las personas que están sentadas, que están haciendo otras actividades. La rambla es el principal espacio público de la ciudad y está bueno que se preste a distintos usos y que sea un lugar en donde la gente se pueda encontrar, pueda hacer distintas actividades”, dijo Greif.
Y continuó: “Sin embargo, nos parece que esta acción en particular —la de colocar esos carteles— no es acertada”.
“Queremos salir a disfrutar recreativamente en bicicleta, que podamos hacerlo de una forma segura y no con vehículos donde la velocidad mínima es de 45 y llega hasta 75 km/h, transformando la rambla en una autopista, en vez de lo que fue creada originalmente, era ser un paseo montevideano”, agregó Chacón.