Este miércoles se comunicó que el colegio Pocitos Day School cerraba sus puertas tras 30 años. El impacto de la pandemia del coronavirus hizo que los ingresos de la institución no sean suficientes para mantenerse abierta. Son 245 los alumnos de inicial, primaria y secundaria que deberán buscar una nueva institución y 106 los empleados que quedaron sin trabajo.
¿Es un caso aislado en la educación privada o se pueden esperar más noticias de este tipo? Para conocer la situación de este sector, en la mañana de este jueves Emiliano Cotelo, conductor de En Perspectiva en Radiomundo, entrevistó al profesor Pablo Cayota, director del colegio Santa Elena.
Cayota dijo sentirse de una forma "ambivalente": Por un lado señaló que después de tres meses el lunes habrá "una verdadera fiesta de la educación", con la vuelta a las aulas en Montevideo y área metropolitana de los niños y adolescentes que aún no lo han hecho. Pero por otro lado, con "dolor y preocupación por los niños y los trabajadores" del colegio cerrado.
El director del Santa Elena señaló que lo primordial en este momento es "buscar soluciones para los trabajadores y para que ningún niño o adolescente se quede sin clase".
"Tenemos que asumir el impacto que le va a significar a los niños. Después de tres meses de no estar en su colegio tener que ir a un nuevo centro educativo es un proceso bastante dramático. No es imposible de resolver, pero hay que acompañar", aseguró.
Una crisis del sector sin precedentes
Consultado sobre el efecto que generó en la educación privada la pandemia, Cayota señaló que si bien la realidad del sector "no es homogénea", el golpe fue "alto para todos".
"El impacto en el enseñanza privada es mayor que en la crisis de 2002. Abarcó a mayor cantidad de familias. El 13 de marzo nos fuimos a casa después de una jornada en el colegio y el 16 de marzo hubo que reinventar todo: La dimensión pedagógica, la organizativa y la económica. La mayoría de los colegios han podido afrontarlo con mucho esfuerzo", indicó Cayota.
Además, señaló que "hubo solidaridad" de todas las partes, que implicó un mayor número de becas y de descuentos en las cuotas y por otro lado de recorte de gastos y de envíos a seguro de paro.
Con respecto a si la situación del Pocitos Day School se puede replicar en otros centros, el exdirectivo del Ineed dijo que si bien "cualquier persona que trabaje en la educación privada tiene que estar preocupada y ocupada", tampoco se debe pensar que "todas las instituciones están al borde de la quiebra, porque no es así".
También explicó que la recuperación dependerá de la evolución económica del país. "La educación privada es muy sensible a la economía nacional".
Por último, Cayota señaló que "hay que redimensionar lo que es la enseñanza privada en el país".
"Este caso es una demostración de que la enseñanza privada ocupa un lugar en el servicio educativo del país. Cuando un centro cierra es un problema público, porque esos niños tienen que tener una continuidad educativa. La educación privada pinta un color en la diversidad de colores que tiene la educación uruguaya. Es un actor que existe hace más de 200 años", culminó.