El año que viene empezará a funcionar en Argentina una megaobra de saneamiento que ha generado acá en Uruguay unas cuantas preguntas. Se trata del "Sistema Riachuelo", que incluye un colector, una planta de tratamiento y un emisario subacuático de 12 km que verterá al Río de la Plata, desechos industriales y aguas cloacales de más de 4.500.000 personas que habitan en la provincia de Buenos Aires.
Además, a principios de este mes se firmaron los contratos para la construcción de un emisario subfluvial de 7 kilómetros y medio que volcará desechos cloacales al Río de la Plata a la altura de la ciudad de Berazategui, al sudeste de la Capital Federal argentina.
Pese a que el avance de estas obras no ha causado grandes rispideces entre Uruguay y Argentina, científicos, un jurista y un diplomático llevan años reclamando que se tomen las medidas necesarias para evitar episodios de contaminación en el Río de la Plata. Uno de ellos es el doctor Edison González Lapeire, especialista en derecho internacional y marítimo, exrepresentante uruguayo en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), entre otros cargos y el otro el ex embajador Carlos Orlando quien cumplió misión diplomática en Argentina pero también en Estados Unidos, Paraguay e India.
Ambos sostienen que debe realizarse un estudio independiente que determine el impacto de estas dos obras sobre las aguas del Río de la Plata e incluso últimamente advierten que estos sistemas pueden incidir negativamente en el proyecto Neptuno, esa iniciativa privada que OSE está por aprobar y que implica la construcción de una toma de agua y una planta potabilizadora en la costa del departamento de San José, en la zona de Arazatí.
Para retomar el caso del emisario subacuático, En Perspectiva habló con el embajador Orlando.
Orlando comenzó explicando que se llama "Sistema Riachuelo" porque se ocupa de la cuenca de esa vertiente y del río Matanza, "contrariamente a lo que la gente piensa que es para desagotar ese arroyito que hay frente a La Boca", pero que "no es así".
"Acá hay un toda una cuenca afectada que se llama Matanza-Riachuelo que ha determinado acciones judiciales. Que incluso gente ha tenido problemas en sus cargos, han ido procesados, porque no se ha cumplido con las órdenes de la Suprema Corte de Justicia de Argentina de eliminar la polución en todo el trayecto, que son decenas de kilómetros del río Matanza-Riachuelo", comentó.
"Me parece que hay gente que no lo entiende. Esos ríos van avanzando llenos de sedimentos de desechos cloacales y de desechos químicos —que es lo más fuerte—, de industrias que están en el área y que están contaminando de manera tal esa agua, que a veces esa agua ni siquiera flota y si se mueve como en bloques de tan pesado que es su contenido. Y derrama a las aceras o a las riberas del río, creando fuentes de contaminación a los habitantes de Buenos Aires", dijo.
Remarcó que la "faraónica" obra cuesta unos 1.200 millones de dólares. "La clave de todo esto no es la megaobra, los túneles de 4 metros y medio o los 12 kilómetros que se adentra (el emisario) en aguas uruguayas. El gran problema es lo que sale", indicó.
"Acuérdense que nosotros estamos enfrente. Que vivimos del turismo. Que tenemos playas, que nos gusta bañarnos en nuestras playas y que nos gusta tener seguridad de que no vamos a tener problemas, ni siquiera en las tomas de agua que hacemos en la zona cercana", manifestó Orlando.
"Cuando uno averigua en el Banco Mundial por qué se eligió ese tipo de tratamiento simple le contestan que saben que ese tratamiento va a traer un crecimiento de algas. Ojo que muy delicado eso y que va a traer un va a traer elementos químicos, por ejemplo de esos que pueden formar en el futuro el fósforo o la cianobacteria. Yo no digo que vaya a suceder, digo que existe la posibilidad de que suceda que que se formen cianobacterias en algunos lugares que la calidad del agua va a ser afectada, va a ser afectada, son muchos millones de litros por día y por mes y no para, es incesante", expresó el diplomático.
"Eso no va a parar. Entonces, yo realmente me sonrío cuando escucho que hay gente que hace dos años todavía no han hecho los monitoreos del río. Pero les pregunto. ¿Qué van a hacer cuando esa máquina infernal, se ponga a funcionar y los millones de litros entren al caudal del Río de la Plata? Que no es tan profundo. Si tenemos un problema para llevarlo (el dragado) a 14 metros, es quiere decir que normalmente tendrá 11, 10 o 9. No es un río tan profundo", sentenció.