En estos días se están cumpliendo 50 años del “febrero amargo” de 1973, una serie de hechos que presagiaron el golpe de Estado en Uruguay del 27 de junio de aquel año.
El 8 de febrero, el entonces presidente Juan María Bordaberry decidió reemplazar al ministro de Defensa, Armando Malet, por el general Antonio Francese. El cambio buscaba controlar la injerencia política creciente de las Fuerzas Armadas, denunciada en ese entonces, entre otros, por el senador colorado Amílcar Vasconcellos.
La resolución fue resistida por el Ejército y la Fuerza Aérea, que ese día de noche tomaron las instalaciones de Canal 5 y, a través de la televisión oficial, anunciaron que desconocerían las órdenes de Francese. Mientras tanto, el comandante en jefe de la Armada, José Zorrilla, marcó la posición contraria cuando ordenó bloquear la Ciudad Vieja en defensa de la legalidad.
Luego de cuatro días de tensiones, Bordaberry cedió a las presiones militares a cambio de continuar en la presidencia. El 12 de febrero, el presidente firmó el llamado “pacto de Boizo Lanza”, que contempló las exigencias de los mandos castrenses y marcó el inicio de un gobierno cívico-militar. Un día antes, Zorrilla renunció a la jefatura de la Armada, luego de que desde la Base Naval del Cerro varios oficiales de esa fuerza desconocieran su autoridad alineándose con el Ejército y la Fuerza Aérea.
A iniciativa del Partido Colorado, este jueves la Asamblea General evocará y discutirá aquellos episodios. En la sesión, los colorados se proponen destacar el papel que algunas figuras de esa colectividad jugaron en la defensa de las instituciones.
Pero el debate está asegurado, porque también estará sobre la mesa el rol que jugó el presidente Bordaberry, electo por aquel lema, y, por otra parte, el posicionamiento que adoptaron varios partidos y dirigentes de izquierda, que simpatizaron con algunos de los planteos militares.
Este miércoles, el conductor de En perspectiva Emiliano Cotelo conversó con el diputado Ope Pasquet, uno de los impulsores de la sesión especial.
Para el actual presidente de la Cámara de Diputados, era “casi que inexcusable” la convocatoria al Parlamento al cumplirse medio siglo de los hechos ocurridos en febrero de 1973.
“La gente
que se jugó en aquel momento por las instituciones merece un homenaje. Me
importa destacar la figura de Amílcar Vasconcellos, su coraje, claridad y coherencia.
Lo mismo digo de Juan José Zorrilla, el comandante de la Armada, que tuvo una
actitud valiente. Zorrilla y la gente que los seguía se estaba jugando la vida
con lo que hicieron”, argumentó Pasquet.
El colorado afirmó que para él fue “en febrero cuando se produjo el golpe de Estado”.
“Es cuando las Fuerzas Armadas desconocen explicita, pública y abiertamente la autoridad del presidente de la República. Si usted nombró de ministro de Defensa al general Franchese, nosotros no acatamos. No reconocemos a ese ministro. Ese desconocimiento por parte de la Fuerzas Armadas de la autoridad el presidente es un golpe de Estado. Lo que pasa que no tuvo la carga simbólica que tuvo la disolución del Parlamento en junio. El Parlamento es el símbolo de la democracia y todos los uruguayos lo vemos así”, afirmó Pasquet.
Entre otras figuras, el diputado también rescató y destacó la figura de Carlos Quijano, quien en ese momento era el director del semanario Marcha.
“Quijano fue clarísimo y lo fue consistentemente durante todo el proceso”, resumió.