Las Fuerzas Armadas asumieron este año una misión completamente nueva. Desde el 16 de marzo está vigente la operación Frontera Segura, en la que efectivos militares realizan tareas de patrullaje, vigilancia, disuasión y represión del delito en una franja de territorio a 20 kilómetros de la línea divisoria con los países vecinos.

Estas nuevas funciones fueron aprobadas por ley en el periodo pasado con el voto de todos los partidos políticos. Sin embargo, el despliegue se inició en esta administración, luego de demoras, discusiones políticas y cambios en la reglamentación de la ley.

En casi ocho meses, las FF.AA. han intervenido en casos de abigeato, contrabando, incautación de armas de fuego ilegales, detección de embarcaciones irregulares, fiscalización a personas extranjeras indocumentadas y también en el control sanitario en las fronteras, para impedir la propagación del Covid-19.

Para conocer de cerca como se realiza este trabajo, el periodista Emiliano Cotelo, conductor de En Perspectiva en Radiomundo, se trasladó hasta Isidoro Noblía, localidad de Cerro Largo próxima a la frontera con Brasil, donde funciona uno de los puestos del Ejército con más actividad de esta operación.

Allí entrevistó al comandante de la División de Ejército 4, general Luis González, a la teniente coronel Lorena Cardozo, jefe del regimiento Patria de caballería blindada con asiento en Melo y al coronel Fernando Cabeza, comandante de la brigada de Caballería número 2 con asiento en Melo.

Cabeza contó que hace 33 semanas que están trabajando en el lugar y que cuando llegaron la población los recibió de una forma "muy positiva".

"Se trató de llegar a la mayor cantidad de productores para explicar porque iban a ver la presencia permanente del Ejército en la zona con los controles de puestos fijos y móviles. Todo el mundo estaba contento de contar con un organismo del Estado en su zona. Hubo muchas muestras de agradecimiento que se fue acentuando a medida que comenzaron las operaciones", contó.

Con respecto al contrabando, históricamente presente en la zona, los jerarcas explicaron que la ley que regula la actuación de los militares en la frontera hace referencia "al contrabando mayor".
"Hay mucha gente que hace el surtido del lado brasileño. El Ejército no está orientado a combatir el surtido. Sí a las situaciones donde se determina que es contrabando mayor. De todas formas, el Ejército actúa con otros organismos, en este caso con Aduanas, y se da intervención inmediatamente en todos los casos", explicó Cabeza.

González explicó que también se trabaja en coordinación directa con el Sistema Nacional de Emergencias, con Policía de Tránsito y con Fiscalía.

La operación lleva 219 días de operación en Isidoro Noblía, y cuenta cada semana con una renovación de personal. En esa zona fronteriza se instalan 40 efectivos entre oficiales y soldados.

Consultado sobre el tipo de trabajo que realizan, Cabeza explicó que lo catalogan como "incidentes" y que desde en las 33 semanas que lleva el operativo se han generado 89 de estos.

"74 de ellos han sido extranjeros que han tratado de ingresar al territorio nacional sin acreditar una residencia, que en el marco de la emergencia sanitaria es lo que te permite ingresar. Se han enviado a Brasil 136 personas", indicó.

Los otros 15 incidentes fueron incautaciones de armamento sin la documentación debida, algunos casos de incautación de estupefacientes y 5 casos de contrabando mayor.

Sobre las armas, explicaron que en dos casos se trató de "chumberas de aire comprimido que son adaptadas para transformarse en rifles 22, que por supuesto es ilegal". En esos casos se incauta el arma y se notifica a Fiscalía para que cite a la persona.

Con respecto al trabajo en la aduana, la teniente coronel Cardozo contó que diariamente pasan unos 150 vehículos por el "punto de bloqueo". Allí los efectivos realizan el control de temperatura y fiscalizan la documentación de la persona y del vehículo y los documentos de migraciones.

Cotelo también consultó sobre el trabajo de los puestos móviles. Al respecto, las autoridades contaron que se organizan para que las patrullas recorran la zona "en forma aleatoria y variable".

"Se les marca un itinerario para recorrer y puntos improvisados donde establecerse durante un tiempo. Siempre es diferente lugar y a diferente hora pero abarcando toda nuestra zona de acción y cubriendo las avenidas penetrantes que tenemos hacia nuestra frontera", contó Cardozo.

González complementó que si bien no se logra cubrir todo el tiempo toda la frontera, funciona la "disuasión por presencia", al no determinar en que lugar se va a estar.

"Se administran los recursos humanos. Sería imposible en situación de paz cubrir la totalidad de la frontera de forma permanente", explicó.

Por último, consultados sobre la evaluación de las actuaciones en base al gasto asignado para la operación, las autoridades remarcaron que "no hubo un presupuesto extra para la misión. Se hace con los recursos y los vehículos que hay".

Señalaron que, además de los trabajos puntuales, también hay "indicadores de gestión que son subjetivos": "La disuasión, lo que no se permite. La cantidad de personas que no entraron, cuanto evitamos el riesgo de que ingresen".

Además, dijo que hay productores de la zona que destacan que ya no hay robo de ganado y comerciantes que aumentaron sus ventas al disminuir el contrabando.