En las últimas horas se anunció la largamente esperada y postergada reapertura de las salas teatrales, cines, museos y otras actividades del mundo de la cultura.
Este retorno se produce luego de más de cuatro meses de paralización total, y bajo unos protocolos sanitaros que no han estado exentos de polémica, como tampoco lo estuvo la ayuda -poca o no tan poca, según desde dónde se mire- brindada desde el gobierno al sector cultural.
Uno de los aspectos que generó rispideces entre actores culturales y autoridades fue la demora en permitir el reinicio de actividades, convirtiéndose en uno de los sectores más rezagados en cuanto a su reanudación tras la cuarentena.
Mariana Wainstein, directora nacional de Cultura del MEC, respondió al respecto al periodista Emiliano Cotelo en el programa En Perspectiva, emitido por Radiomundo.
"En un momento empecé a pensar a partir de que momento considero que se demoró, porque en estas circunstancias es un poco injusto hablar de demoras", dijo, recordando que el tema del retorno a la actividad de los sectores es evaluado "por un grupo de científicos y determinadas autoridades de la salud pública, y hay muchos sectores que están esperando retomar. No debe ser sencillo determinar quién recomienza primero, o cuál es más importante. No creo que pase por un desprecio a una actividad u otra", consideró.
Wainstein narró que sólo partir de junio empezó a considerar viable una reapertura a corto plazo. "Cuando empezó la cuarentena nadie sabía cuánto iba a durar. En un momento bajaron los casos y se empezaron a abrir determinadas actividades. Yo entendí la explicación por el lado de las perillas sanitarias, sociales y económicas", dijo la jerarca, haciendo referencia a una metáfora usada por el presidente Lacalle Pou.
"Entiendo que hay miles de trabajadores en determinadas actividades que ya pudieron volver a sus trabajos y me alegra mucho. En el caso de los espectáculos públicos, es un momento de alegría por saber que están los protocolos y que vamos a reabrir las actividades", dijo.
Durante la entrevista, Wainstein explicó que la reapertura podría haberse producido antes, de nos ser por un cambio en el curso de la pandemia.
"Las escuelas de arte, que son algo muy importante para nosotros, iban a abrir en dos etapas. El 15 de junio las del interior y el 26 las de Montevideo. Entonces surgió el brote en Treinta y Tres y se abrió el 8 de julio, hubo que retroceder casilleros y luego avanzar. Con los espectáculos estábamos seguros de que se iba a reabrir el 24 de julio, pero surgieron los brotes en las mutualistas y se paró", relató.
"Esos fueron los días de mayor tensión, porque estábamos seguros de que se podría abrir y paso esto, y ahora se va a reabrir el 3 de agosto. Cada día de este 2020 parece un año, pero si uno lo ve objetivamente, no pasó tanto tiempo, pero es un tiempo que pesa mucho con un sector parado totalmente", manifestó.
"Estamos preocupados y ocupados en el tema, tratando e armar un rompecabezas de medidas paliativas para aliviar la situación del sector", sostuvo.
Posteriormente, Cotelo interrogó a la entrevistada sobre las reacciones que en el ambiente teatral generó el protocolo establecido, que no permite el contacto físico ni la proximidad de los actores, más allá del contenido de los libretos.
"Dejemos que fluya la reactivación de la actividad teatral y de espectáculos, cine y museos. Comencemos, hagámoslo e iremos viendo", pidió la directora.
"Cuando comenzó la construcción y volvieron a la actividad los obreros había una gran tensión. Quince días después se hicieron los chequeos, se vio que no había casos y siguieron adelante. Creo que con la actividad teatral hay que dejar que fluya, ayudarla comenzar. No es fácil, si uno está enyesado varios meses, volver a caminar. Los protocolos son iguales a los de otros países, incluso fueron escritos copiando los de otras partes del mundo", aseguró.
"No hay nada más alejado de distanciamiento social que el teatro, porque el teatro implica quebrar ese distanciamiento. También es cierto que los artistas reflexionan sobre el mundo que los circunda y lo ponen en escena. Se habló mucho en todo el mundo del beso de Romeo y Julieta e escena (ahora imposible por la pandemia). Ese es el desafío, este es un año de desafíos, de tener paciencia, dejar que fluya y hacer lo que cada uno tiene que hacer de la mejor manera posible".
En ese sentido, entiende que la creatividad de los artistas y productores será clave para que la obras puedan desarrollarse a pesar de las restricciones.
"Uno ve muchas veces cómo se hace contemporánea la puesta en escena de un clásico, de muchas maneras. Lo contemporáneo en este momento es la pandemia, el distanciamiento social. En el Teatro Real de Madrid se puso en escena La Traviata, con movimiento, pero manteniendo el distanciamiento. Dos metros no es tanto para hacer un diálogo, pero es un desafío técnico No es lo mismo hacer teatro en un espacio que en otro. Tenemos esta circunstancia, podemos a salir y abrir los teatros, es un desafío", insistió.
Luego se le preguntó sobre el hecho de que no se tomara en cuenta uno de los puntos contenidos en la propuesta de protocolo presentada en su momento por el Teatro El Galpón, que planteaba la posibilidad de hisopar semanalmente a los actores y sí permitir el contacto en escena.
"El hisopado semanal no garantiza que no estén contagiados, sería continuo el riesgo. Defendí ese protocolo como todos los que se acercaron, que más o menos contienen lo mismo. Hay una visión científica de que el hisopad semanal no garantiza el no contagio. Hay que proteger a los actores, los trabajadores, sí pienso que habrías que tener una medida como establece el protocolo, de evaluación después de catorce días y ver si hubo contagios, como se hizo en los shoppings y en la construcción".
Otros puntos del protocolo tienen que ver con la capacidad del aforo, limitado en primera instancia a un 30% de la capacidad de las salas, y a la recomendación de que no concurran personas de más de 65 años o con patologías que puedan ponerlas en riesgo.
"En el primer protocolo, cuando éramos más inexpertos en este tema, escribimos el no ingreso de personas mayores de 65 y de toda la población en riesgo. Ellos (el grupo asesor científico) fueron más suaves: sólo lo recomiendan. Lo del 30% de la capacidad es para empezar, a medida que se vaya evaluando se irá cambiando. La situación es difícil desde el punto de vista de la rentabilidad, que tampoco antes era maravillosa. De todas maneras, hay que ayudar un poco en ese sentido de equilibrar los números".
La funcionaria recordó que "muy probablemente las salas privadas, y ni que hablar las públicas, van a tener una actitud solidaria para con los grupos independientes que no tengan sala, y van a habilitar las suyas sin cobrar un mínimo y sin la rentabilidad que habitualmente tiene una sala. El Sodre tiene una resolución desde hace un tiempo de no cobrar un mínimo al teatro independiente, son varias medidas que se van juntando para que todo pueda avanzar", dijo.
Pese a ello, reconoció que el recomienzo en complejo luego de más de cuatro meses de parálisis.
"En el tema de la pandemia no estamos mal, avanzamos por un camino que parece bastante seguro, esperemos que la situación siga mejorando, ya que eso hará que más gente vaya a los espectáculos. Estamos todavía en invierno, cuando lleguen la primavera y el verano se podrán hacer espectáculos al aire libre", añadió.
En cuanto a la capacidad de las salas, explicó que en un primer momento se presentó una propuesta de protocolo que establecía tres categorías de acuerdo a ello "pero se unificó para todas las salas y todas pueden aplicarlo. Por supuesto, si tenés cien butacas y van a venir 30 personas habría que hace más funciones y eso tampoco es sencillo dentro del protocolo. Es muy difícil, por eso pensamos que habría que empezar por las salas grandes. Si todo funciona bien, se va a pasar al 50% de la capacidad y luego más".
En cuanto a la posibilidad de añadir transmisiones vía streaming monetizadas como forma de sumar un ingreso, se manifestó a favor, y recordó que en los últimos días en Paysandú "tuvieron una experiencia muy buena con más de ciento veinte grupos de diferentes ciudades, todo por streaming, y la gente compró entradas. Desde el Fondo Solidario Cultural Ruben Melogno, que se creó durante la pandemia, vamos a hacer un llamado a plataformas de streaming para artistas, tanto en música como teatro. Es una opción más, es válida y está bueno desarrollarlas, porque no van a desaparecer del mundo, son parte de las nuevas tecnologías y de la vida".
Respecto a las ayudas económicas brindadas al sector, manifestó que "estamos acompañando desde el 13 de marzo al sector cultural a través de varias medidas", como el "adelanto de todos los fondos", como los de capacitación artística, los concursables y los regionales, así como el ya mencionado Fondo Ruben Melogno.
"Conseguimos exoneraciones en UTE para todas las instituciones y ahora tuvimos una charla con el presidente de Antel", en procura de lograr algún tipo de beneficio. "Tenemos que seguir armando el puzle de medidas de ayuda", remarcó.
"Estamos para ayudar a salir, es nuestra preocupación principal en lo que hace este tema de la pandemia", insistió.
"Muchas soluciones y ayudas surgen en reuniones con los colectivos, ahí se ven las necesidades e ideas que tienen, no son ideas nuestras en solitario, trabajamos con todos los grupos y artistas. Es muy importante estar unidos y en contacto, en el MEC somos un equipo sensible a las propuestas y a buscar soluciones".
Sobre las controversias suscitadas por el subsidio, cuyo monto total -e individual- se consideró bajo por algunos integrantes del sector de espectáculos, señaló que se trata de "un subsidio que los mismos colectivos consiguieron en la mesa con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), y es paralelo a la ayuda dada a los monotributistas. Supongo que la cantidad tiene que ver con esa equidad. Estamos hablando de monotributistas que aportan y este es un subsidio para un colectivo que no aporta".
Por esa razón, la funcionaria entiende que hay un tema de fondo a tratar más allá de la coyuntura. "Hay que seguir trabajando en el estatuto del artista, y en el artista y la seguridad social, porque evidentemente hay algo que no funciona todavía en ese aspecto. Tenemos que seguir buscando soluciones en eso. Después, si 6.800 pesos es mucho o poco, depende. Yo creo que todo es poco y depende de con qué se compare, con la situación de la persona que lo recibe, y de lo que significa para el Ministerio de Trabajo, porque deben sumar cerca de 40 millones de pesos", dijo, subrayando que en un primer momento "se pensaba en unas 1.500 personas, pero son más de 4.000".
"No somos Alemania, donde Merkel dice ‘será infinita la ayuda del Estado a la cultura', eso es una maravilla, pero sería irreal pensar que en Uruguay se pudiera decir esa frase. Hay gente a la que 6800 pesos le puede significar bastante en estos momentos", opinó.
En cuanto a la relación futura entre el sector cultural y el gobierno, luego de los agrios intercambios ocurridos en los últimos tiempos, la directora consideró que en realidad os momentos tensos fueron en los últimos días, cuando -tal como se relata líneas arriba- hubo que aplazar la ya prevista reanudación de los espectáculos.
"Los días más tensos fueron desde el 24 hasta el 29 (de julio). Tiene lógica. porque la angustia juega en contra. Conociendo a todas las partes e incluyéndome, creo que la relación es y va a se muy buena. Estamos en un año muy especial. Tenemos que unirnos y sensibilizar a un montón de gente sobre la necesidad de que un país tenga políticas culturales e invierta dinero en actividades culturales. Relámete es muy redituable la actividad cultural, ayuda a la población, ayuda su capacidad de emprendedurismo, su felicidad, creatividad, tiene mucho que ver con el desarrollo y la economía", afirmó.
Es momento de ser creativos y estar unidos en donde podamos estarlo, para ver lo mejor del otro, encontrar puntos en común y sacar adelante el desarrollo de las actividades culturales en el país. Si lo hacemos, todo va estar mejor y la discusión no va s ser por temas específicos como el subsidio", indicó.