Las inundaciones del pasado lunes en Montevideo, a causa del temporal de lluvia y viento de esa madrugada, afectaron de forma imprevista a miles de personas que perdieron sus pertenencias, vieron arrasadas sus casas o hasta tuvieron que ser realojadas. Los inconvenientes más grandes ocurrieron en los barrios Malvín, zonas de Centro, barrios humildes y asentamientos.
Sobre la responsabilidad que tiene la Intendencia de Montevideo (IM) ante estas situaciones, hablaron en el programa En Perspectiva (Radiomundo) Verónica Piñeiro, licenciada en ciencias biológicas y directora interina del departamento de Desarrollo Ambiental de la IM, y Jorge Alsina, ingeniero civil y coordinador técnico del departamento de Desarrollo Ambiental de la comuna.
Alsina sostuvo que “el sistema de saneamiento y drenaje de Montevideo tiene aproximadamente el 50% de su extensión es de tipo unitario”. “Hay una única red de colectores a través de la que se canaliza tanto las aguas servidas, que se reciben de las propiedades, como las aguas pluviales. Ese es el sistema que adaptó Montevideo desde el origen del sistema de alcantarillado, allá por 1856. Luego cuando la intendencia lo asume, inicialmente en una concesión, una de las primeras cosas que realiza es un plan de obras en 1922”, comentó.
Ese plan adoptó el sistema unitario para el saneamiento de Montevideo, y se desarrolló así por 50 años, hasta que “Montevideo fue avanzando hacia el sistema separativo, que adopta definitivamente a principio de la década del 90 con el plan director de saneamiento”.
“Hay colectores separados, es una red independiente, para las aguas servidas y para las aguas pluviales. Son colectores de pequeño diámetro”, agregó. El ingeniero civil señaló que “todo el saneamiento que se desarrolla a partir de los 90” cuenta con ese sistema y eso está en la zona de Chacarita, Colón, Nuevo París, Cerro, Casabó, Peñarol, entre otros barrios.
Alsina explicó que “los colectores para la red principal se diseñan para 10 años generalmente” y “se verifican” para un “período de retorno mayor”. “En algunos casos especiales, por ejemplo, el canal del Arroyo Miguelete, fue diseñado para 28 años de período de retorno. Actualmente, para definir el nivel de las ramblas y de la urbanización, inclusive se verifica para 100 años de período de retorno que el agua no alcance las construcciones”, añadió.
Además, el ingeniero civil comentó que la del pasado lunes, “fue una lluvia tan extraordinaria que dudo haya registros de otra similar desde que Montevideo tiene información”. Alsina explicó que “llovió mucho menos en la zona oeste, centro y este en Montevideo”. “Estos datos los sabemos porque en uno de los planes de saneamiento la IM instaló una red hidrometeorológica, que actualmente tiene 18 estaciones, distribuidas en todo el departamento. Lo que nos permite tener información de esos eventos pluviométricos”, aseguró.
En ese sentido, Alsina expresó que llovieron entre 70 y 151 milímetros en total, que “cayeron en un corto intervalo de tiempo”. “Aproximadamente el 80% de la precipitación cayó en una hora”, aseveró. En Casavalle, y Curva de Maroñas cayeron 70 milímetros en una hora, en Villa García 80 milímetros, en Prado, Instrucciones, 90 milímetros, Flor de Maroñas 110 milímetros, y en Malvín se dañó el instrumento y no se pudo recuperar toda la información, pero pareciera que la precipitación pudo haber alcanzado los 120 milímetros en una hora”, sostuvo.
Alsina dijo que “en una hora se precipitó lo que llueve en un mes” y dijo que las lluvias fueron excepcionales.
Por su parte, Verónica Piñeiro aseveró que “es importante tener en cuenta que este tipo de eventos tiene probabilidades muy bajas de suceder, pero eso no quiere decir que no vuelva a suceder”. “La ciudad está diseñada y dimensionada para eventos mucho más bajos, de tiempo de retorno”, acotó.
“En los lugares en los que están entubados los arroyos o el sistema de drenaje tiene un dimensionamiento, eventos extremos o quizás un poco menos extremos que este, pueden generar desbordes y hay que estar preparados”, agregó.
Piñeiro hizo referencia al “marco de la variabilidad climática en el que se encuentra el mundo” y el “cambio climático que trae incertidumbre ante la generación de este tipo de eventos”. “Este tipo de eventos llevan a darnos cuenta de que la información que se puede generar a la población es importante para tomar medidas. Tenemos que ser capaces de diferenciar lo que sucede en áreas consolidadas y otras que no lo son. Hay una política de relocalización y trabajo frente a esas cuestiones. Tenemos que trabajar en generar determinados tipos de alerta y que las personas conozcan las características de los lugares donde viven”, acotó.
Por otro lado, Alsina sostuvo que el evento del pasado lunes, “escapa completamente a cualquier criterio de racionalidad económica con el que se diseñan las estructuras de la ciudad”.