Un foco de importancia de Covid-19 surgió durante el fin de semana en Cerro Largo. El viernes pasado había solamente dos casos y en el último informe del Sinae (lunes) se llegó a 42 personas cursando la enfermedad.
Las autoridades departamentales resolvieron la suspensión durante toda la semana de aquellas actividades públicas que generen movilidad y aglomeración de personas. En la mañana de este martes, los periodistas Romina Andrioli y Emiliano Cotelo, conductores de En Perspectiva en Radiomundo, conversaron sobre la situación actual del departamento con la intendente Carmen Tort.
Tort aseguró que la población de Cerro Largo "fue respetuosa durante mucho tiempo", y recordó que hasta el actual brote había habido nueve casos en el departamento durante todos los meses de pandemia.
"Se menospreció la enfermedad o realmente nos creímos inmunes", se lamentó, y señaló que la población "bajó la guardia" y dejó de respetar las medidas de prevención: "Se había vuelto al beso y al abrazo", se compartía el mate y no se cumplía estrictamente con el uso del tapaboca en lugares cerrados como comercios.
"Era una constante que pedíamos que hicieran caso a las medidas. 'No pasa nada', '¿para qué?', 'esto no es nada', nos decían", relató la jerarca.
De todas formas, señaló que con este brote, la gente volvió a tomar conciencia: "Hay una reacción. Ya es notorio. Las escuelas funcionan porque no hay niños afectados pero el movimiento es realmente mínimo. Se nota en la actividad del centro. El 98% usa tapaboca. En los negocios ahora si llega alguien sin tapaboca no te atienden, eso no se veía".
Las fiestas, el gran problema en Cerro Largo
"(Decíamos) no a las reuniones, no a las juntadas. Mantengan la distancia. Hablamos de las juntadas de los gurises, pero las juntadas eran en todos los ámbitos. Hay adolescentes de 50 años... Tuvo que pasar esto", se lamentó la intendente.
La jerarca aseguró que las autoridades sanitarias del departamento "estaban muy preocupadas": "Ya se veía que esto en algún momento iba a pasar".
Tort contó que 15 días atrás hubo dos grandes fiestas, una frente al frigorífico Pul, en Melo, y otra en la plaza principal de la ciudad de Río Branco. La entrevistada aseguró que las autoridades se hicieron presente en el lugar y que los jóvenes los "desafiaban", y les decían que si no los dejaban reunirse en ese lugar se moverían unas cuadras.
El fin de semana pasado también hubo una fiesta con mucha gente en una chacra cerca de Melo: "Los dueños no son los gurises, hay una cuota de responsabilidad de los adultos".
Consultada sobre las potestades que tiene la comuna para disolver las aglomeraciones, Tort contó que hay una "policía municipal" que trabaja junto a la policía y que recibe las denuncias y exhorta a terminar con los eventos.
"Pero estas fiestas se hicieron fuera, están en un espacio público libre y no tenemos ninguna acción (para hacer). Tiene que haber la característica del daño y eso no ha habido", contó, sobre la imposibilidad de dispersar a la población.
Además, contó que la comuna aún no tiene la potestad para clausurar los espacios o multar a los realizadores de los eventos. La Junta Departamental aprobó por unanimidad una disposición tendiente a esto, pero aún no se ha podido reglamentar, puesto que tiene que pasar primero por el Tribunal de Cuentas.