Este jueves, el presidente Lacalle Pou compartió a través de su cuenta de Twitter información preliminar de un estudio del Ministerio de Salud Pública (MSP) acerca de la efectividad de la vacunación contra el coronavirus en nuestro país.

El trabajo señala que la reducción de internación en CTI por COVID-19, habiendo transcurrido más de 14 días desde la última dosis de vacuna, es de 95% para CoronaVac (Sinovac) y 99% para Pfizer.

Asimismo, la reducción de casos de COVID-19, habiendo transcurrido más de 14 días desde la última dosis de vacuna, es 57% para CoronaVac (Sinovac) y 75% para Pfizer.

María Moreno, inmunóloga, bioquímica e integrante de la comisión asesora en vacunas, fue entrevistada este viernes en el programa radial En Perspectiva, emitido por Radiomundo, acerca de estos resultados preliminares difundidos desde el gobierno.

En Perspectiva · Entrevista María Moreno - Estudio sobre efectividad de vacunas realizado por el MSP

La profesional, que no participó del estudio, remarcó de antemano que "son resultados preliminares y hay que considerarlos como tales".

Hecha esa salvedad, señaló que esos resultados se asemejan mucho a los obtenidos en otros países, como en Chile. "Nos alegra que se pueda replicar acá la efectividad de esas vacunas", dijo.

"Son datos que van surgiendo a medida que aplicamos herramientas de salud pública y es muy importante hacerlo para ver qué impacto tienen en nuestra situación epidemiológica", expresó.

Moreno indicó que la cantidad de personas vacunadas en Uruguay es lo suficientemente alta como para llevara a cabo ese tipo de estudios, y que "las conclusiones más completas, el hilado más fino requiere otro tipo de análisis" y no de los números en bruto. Análisis donde, por ejemplo "se puedan ajustar los grupos por edades".

En ese sentido, recordó que "el mismo informe dice que no se puede comparar una vacuna con otra de manera directa, porque las aplicamos a grupos completamente diferentes, con riesgos diferentes, comorbilidades diferentes y exposición diferente" al virus, elementos todos que "influyen mucho en la incidencia de la enfermedad, o en su gravedad".

En cuanto a las primeras y provisionales conclusiones que se pueden extraer de lo difundido, la experta consideró que "estamos replicando un poco lo que sabíamos respecto a la efectividad de estas vacunas para prevenir a enfermedad severa o grave, y la entrada CTI. Eso es contundente y bien claro: los números de ingreso de estas personas a CTI son muy pequeños y eso habla de una efectividad muy alta".

La segunda conclusión importante señalada por Moreno tiene que ver con la eficacia de las vacunas cuando se trata de evitar la propagación del virus.

"Estas vacunas, si bien pueden prevenir la infección, no son la herramienta para cortar una epidemia, sobre todo en un pico de ola", como el que atraviesa Uruguay.

"Hemos visto que gente vacunada se sigue infectando", dijo, aunque estas personas vacunadas que se infectan "cursan la enfermedad de forma muy leve, y eso es muy alentador", pero aún así, las vacunas disponibles en Uruguay no conforman por sí solas "una estrategia que se pueda aplicar para reducir la incidencia de la enfermedad" en un momento de tan alta circulación del patógeno.

Por ello, remarcó que "hasta que no estemos vacunados en una alta proporción, protegidos a nivel individual, debemos seguir con otras estrategias que eviten el contagio", como el uso de tapabocas, el distanciamiento físico y la reducción de movilidad.

Sobre esa eficacia relativa, recordó que la vacuna CoronaVac de Sinovac tiene una eficacia cercana al 50 % en prevención de contagio. Por ello, si la persona inmunizada por ese producto depone las medidas no farmacológicas "aumentará la incidencia" y el riesgo "no lo verá compensado por la vacunación".

Moreno refirió que la intención siempre fue llegar al inicio del plan de vacunación con una circulación viral baja, situación donde una vacuna como CoronaVac "sí incide en el conjunto", algo que no sucede en el escenario inverso. Asimismo, destacó que el acceso al umbral de inmunidad colectiva al que se aspira depende en buena medida del denominado "número R" que indica a cuántas personas transmite el virus cada infectado. Si ese número es bajo "menor será el porcentaje de vacunados necesario" para alcanzar la inmunidad colectiva.

Así las cosas, una vacuna así "es una herramienta muy útil en un contexto de baja circulación viral, pero no es una herramienta útil cuando hay alta circulación viral". Por ello, insistió en la necesidad de mantener todavía las ya mencionadas medidas no farmacológicas "hasta que se reduzca la circulación, y eso nos va a permitir esa otra libertad que esperamos".

En ese punto de la entrevista, el periodista Emiliano Cotelo preguntó por qué entonces en Uruguay se está inmunizando con una vacuna que no ofrece grandes resultados en lo que refiere a la circulación viral. Y si, en caso de poder elegir, no hubiera sido preferible priorizar alguna otra de las opciones del mercado, como la propia Pfizer, de uso minoritario en nuestro país.

"De haber podido elegir, no cabe duda de que sí", pero que "no es un tema de qué queremos, sino de a qué accedemos y cuándo. Si no hubiéramos tenido CoronaVac, y con la cantidad que tenemos de Pfizer, el problema de los ingresos a CTI hubiera sido todavía más drástico", afirmó, y añadió que el impacto de la vacunación en ese punto "lo vamos a ir viendo más adelante".

"Si la situación ya es catastrófica, de haber llegado más tarde con las vacunas hubiera sido todavía peor. Creo que es una herramienta muy válida para prevenir la enfermedad severa y para aplicársela a un grupo que no sea de mayor riesgo, porque puede haber una proporción que se infecte". Aún así, "tiene que ir acompañada de otras estrategias, como todo plan de vacunación".

Luego, Cotelo le recordó los recientes comentarios del ministro Daniel Salinas, quien consideró que la anhelada inmunidad colectiva podría alcanzarse en la próxima primavera. Y también el escepticismo del asesor Rafael Radi al respecto, quien no ve tan cercano ese horizonte.

"Comparto un poco lo de Radi, es bastante difícil llegar a lo que llamamos el umbral de la inmunidad de rebaño, ese porcentaje que nos permita, solo con la vacunación, reducir la circulación del virus". Para lograr semejante objetivo con una vacuna como la de Sinovac "debemos vacunar a un porcentaje muy alto", aunque "hay que entender que también la vacuna de Pfizer hace su parte".

Por eso, insistió nuevamente en la importancia de "reducir la circulación del virus, que cada vez haya menos (. . . .) y posiblemente tengamos que ir conviviendo con el virus circulando aún pero en menor medida, lo que nos va a permitir ir abriendo".

Mientras tanto, si no se trabaja en esa reducción de transmisión "la velocidad del virus y la velocidad de la vacunación van a ir por caminos diferentes, y obviamente ganará la velocidad del virus".

Pese a coincidir con Rafael Radi en cuanto a que el contexto actual no permite avizorar una inmunidad colectiva a corto plazo, discrepó con su colega sobre la idea de aplicar una dosis de Pfizer como "refuerzo" a quienes ya recibieron dos de Sinovac.

Moreno dijo que en un escenario global donde el acceso a las vacunas todavía es limitado "usaría esas dosis de Pfizer para proteger a más personas de forma individual, y buscaría otras herramientas para bajar la circulación del virus".