La guerra en Ucrania tuvo en los últimos días un giro sorpresivo.
Después de varias semanas de avances rusos dentro de Ucrania, el ejército de ese país lanzó el martes 6 de agosto una ofensiva del otro lado de la frontera, en suelo ruso, donde logró el mayor avance de un ejército extranjero en ese país desde la Segunda Guerra Mundial.
La operación está teniendo lugar en la región de Kursk. Según Ucrania, sus soldados sumaron ya el control de unas treinta localidades, lo que forzó a huir a decenas de miles de civiles rusos.
El presidente ruso, Vladímir Putin, denunció los hechos como una “provocación a gran escala” y acusó a las fuerzas ucranianas de bombardear indiscriminadamente edificios civiles.
En esta línea, Putin aseguró que el ejército ucraniano busca “sembrar la discordia en la sociedad” rusa, y denunció que Kiev está “ejecutando la voluntad” de sus aliados occidentales.
En los primeros días el gobierno de Ucania guardó silencio. Luego, el presidente Volodímir Zelenski dijo que Rusia debía “sentir” las consecuencias de la guerra que ella misma desató. Y, más tarde, admitió que buscaba “trasladar la guerra” a Rusia y apoderarse de las zonas desde las cuales se bombardea la región de Sumy, situada frente a la de Kursk.
Este miércoles, el conductor de En perspectiva Emiliano Cotelo conversó con el capitán de navío retirado y licenciado en Relaciones Internacionales Ricardo Barboza, con el objetivo de profundizar y entender la jugada militar realizada por el gobierno ucraniano.
Barboza señaló que había zonas en las que el ejército ruso venía avanzando lentamente, aproximadamente un kilómetro por semana.
“Lo que puede asumirse es que, al cambiar el comandante en jefe, hubo un cambio de estrategia por parte de Ucrania. Parecería que hay una decisión de ir frenando al Ejército ruso, pero sin sacrificar hasta la muerte a los integrantes del ucraniano”, opinó el experto uruguayo.
De los casi 2.000 kilómetros de frontera entre ambos países, Rusia avanzaba en una zona de 900 kilómetros y controla actualmente el 20% de territorio ucraniano.
“Había otros 1.000 kilómetros que no estaban en competencia de nadie. Cada uno respetaba la frontera del otro. Es una zona simbólica la que incursiona Ucrania, porque fue donde el Ejército Rojo combatió con decisión al Ejército nazi, que después terminó con la caída de Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Es como una mancha de aceite que se va expandiendo según los lugares que no tienen resistencia”, valoró Barboza.
El especialista dijo que las tropas ucranianas que están incursionando sobre territorio ruso son “de primer nivel y están acostumbradas a combatir en terreno enemigo en condiciones difíciles”.
“El problema que tenés es que caminás en el filo de que pueda ser una gran victoria, o una gran derrota. Cuanto más entrás, más corrés el riesgo de que te puedan aislar”, señaló Barboza.
En este orden, el experto informó que son unos 8.000 efectivos ucranianos los que realizan la incursión en territorio ruso.
“En la guerra, normalmente, o tenés tabla, es decir, que los dos quedan quietos y no hay casi avances. O alguien tiene la iniciativa. Una parte fundamental para el Estado ucraniano es la moral de su población: lo que se llama guerra psicológica. Esto es como estar corriendo y tropezar con una piedra. Te pueden pasar dos cosas: te recuperás o te caés. Es cambiar la iniciativa, el relato de la guerra y demostrar que todavía el ejército ucraniano, con todas las dificultades, tiene capacidades profesionales y técnicas. Este avance sirve para contrarrestar la propaganda y comprometer la opinión política del Estado ruso”, detalló Barboza.