El coordinador del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) Rafael Radi, ratificó el jueves la necesidad de aumentar las clases presenciales en las escuelas públicas, algo que viene siendo reclamado por los padres de esos alumnos hace meses.
Radi aseguró que hay evidencia acumulada de que los niños de hasta doce años se enferman menos que los adultos y tienen poca capacidad de transmisión de COVID-19. El experto dijo que reducir la distancia entre los alumnos de un metro y medio a un metro no incrementará significativamente el riesgo de contagios. En otro momento de su intervención en la conferencia de prensa, Radi agregó que en aquellos centros educativos en los que no se pueda cumplir con las medidas mínimas, se deberá reforzar la ventilación, el uso de mascarillas, enfatizar en lo que tiene que ver con la higiene y en las actividades al aire libre "Si estamos esperando que alguien nos diga que el riesgo es cero, entonces nunca vamos a abrir una escuela, nunca va a ir gente a una cancha de basquetbol. Eso no existe. Ese riesgo tiene que ser asumido por toda la sociedad y autogestionado por toda la sociedad", dijo.
La recomendación del GACH va en línea con el planteo que han puesto arriba de la mesa desde el colectivo Familias Organizadas de la Escuela Pública, quienes esta semana solicitaron una reunión al presidente Luis Lacalle Pou, para intercambiar sobre posibles soluciones que permitan el incremento de las clases presenciales que expectativa tienen.
A ese respecto, en el programa En Perspectiva, emitido por Radiomundo, se entrevistó a Natalia Cámara, vocera de Familias Organizadas.
"Hace tiempo que en Familias Organizadas de la Escuela Pública venimos poniendo en los medios de comunicación, en la opinión pública, el tema de la presencialidad plena. Ya desde el mes de agosto e inclusive antes, mayo, ya el GACH había pedido recomendaciones a equipos de pediatras y a la Asociación de Pediatría sobre y la dificultad y el daño que se está ocasionando los niños y las niñas al no ir a la escuela", dijo Cámara.
"Nosotros hemos hecho algunos relevamientos internos, para obtener un cierto panorama sobre todo en las escuelas de Montevideo y Canelones, y hemos llegado a algunos números alarmantes. Los niños han podido ir solamente el 40% de las clases, perdiendo, en el caso de las de las escuelas de tiempo común, de cuatro horas de veinte horas semanales, siendo en un promedio de ocho horas semanales", enumeró, calificando como "significativa" la pérdida de clases.
Pese a que el pasado 13 de octubre se decretó la obligatoriedad, interrumpida el 14 de marzo. Sin embargo, desde Familias se entiende que esto no basta.
"No hay obligatoriedad sin una presencialidad plena, no es suficiente", sostuvo la portavoz. "Las familias lo estamos viviendo este en carne propia, pero también los especialistas han planteado las brechas que se vienen generando entre las escuelas de quintil 5, de contextos socioeconómicos más favorables, respecto a las escuelas de contextos económicos más desfavorables", una desigualdad que se viene generando "porque las escuelas están cerradas. Ir dos veces por semana a la escuela es decir que la escuela está cerrada. Ir obligatoriamente a la escuela dos veces a la semana no implica que la escuela es obligatoria", porque "muchas veces hay situaciones familiares donde llevar a los niños dos veces por semana, con todo lo que implica en la dinámica familiar, muchas veces teniendo hermanos en la Educación Media, que también tienen un sistema de días asignados" y que lleva a las familias "a tomar la decisión de dejarlos en casa".
Asimismo, se debe considerar "el temor que persiste en muchas de las familias" por la pandemia, que hace que no manden a los niños a la escuela. "La obligatoriedad en este contexto no resuelve el garantizar el derecho a la educación. Por eso nosotros decimos que no hay obligatoriedad sin presencialidad plena. Los niños tienen que ir a la escuela todos los días de lunes a viernes. Todos los niños, todos los días".
Cámara recuerda que "los ejemplos internacionales te dan cuenta de ello. En Francia, en Alemania, en España se han interrumpido una cantidad de actividades. Sin embargo, hay una prioridad en que los centros educativos permanezcan abiertos", algo para lo que entiende "falta una definición política" en nuestro país.
Posteriormente, Cámara se refirió a la estrategia de "gestión de riesgo" propuesta por el MSP, que implica por ejemplo, que si no se puede mantener necesariamente la distancia que se aconseja, promover más las otras medidas, como la ventilación de los salones, la posibilidad de hacer actividades al aire libre. Etcétera. Este tipo de decisiones quedarían en manos de los directores de los centros educativos.
"Eso nosotros lo vemos también como una dificultad. Está claro que, como decía Radi, la sociedad debe gestionar el riesgo, pero me parece que no hay que confundir, porque la última responsabilidad en el ejercicio del derecho a la educación la tiene el Estado, la tiene el Gobierno Nacional", por tanto "no está bien trasladar la responsabilidad última a un director de escuela. Por supuesto que es importante conocer las realidades locales, los territorios, las escuelas", que es precisamente lo que argumenta el gobierno, diciendo apostar por la autonomía de cada institución.
"Eso está muy bien, y me parece que habla de la posibilidad de hacer las cosas a medida. Pero una cosa es hacer las cosas a medida y otra cosa es trasladar la responsabilidad de la vuelta a la escuela y la obligatoriedad de lunes a viernes en presencialidad plena, a un director, porque ¿quién asume los riesgos? Preguntó.
"Es importante que los riesgos los asuma el gobierno de la Educación, la autoridad de la educación (. . . ) es peligroso poner esa definición en un director de un centro educativo, porque hay distintas realidades a nivel del país", expresó.
"Lo vemos con mucha preocupación porque entendemos que la orientación de la política educativa la da el Gobierno Nacional, la da el Estado. Después, todo lo que tenga que ver con el ajuste de esa implementación a cada realidad y cada comunidad educativa, es totalmente compartible. Eso también lo han manejado los docentes", recordó.
"Estamos en una situación que necesitamos adaptar la situación a la comunidad educativa, pero de ninguna manera la responsabilidad en el ejercicio del derecho a la educación puede quedar en un director de escuela", insistió.
Además del reclamo de una decisión política, la carta remitida al presidente expresa que "la pandemia es una situación excepcional en Uruguay y en el mundo y requiere de medidas excepcionales. Vemos con preocupación que si bien se han tomado medidas excepcionales para aportar a sectores productivos, a la salud, al entramado social, no ha habido ni una sola conferencia de prensa donde se exponga un paquete de medidas orientadas a la educación". Por eso, también hay un reclamo de atención desde el punto de vista de los recursos.
"Sabemos que en este momento en el Parlamento se está definiendo el presupuesto nacional y hay un abatimiento en varios sectores" y que en materia de recursos, sabemos lo que pidió la Anep y lo asignado, que es mucho menor". Además, la situación de pandemia "ha generado una situación de retraso en lo educativo, en los niños que están desvinculado del sistema educativo y que se manejan cifras de 4.200 niños que no han ido en todo el año a la escuela", apuntó.
"Evidentemente, esas situaciones requieren de recursos excepcionales, porque esos niños, sobre todo de los de los barrios donde la donde las brechas se han profundizado, requieren que la autoridad educativa de una respuesta clara, eso tiene que ver con horas docentes, con posibilidades de que el sistema responsabilice por la vuelta de esos niños".
Luego se refirió al "tema importantísimo de los aprendizajes. Hay un importante impacto en todos los niveles, y hay que pensar en perspectiva. pensar en perspectiva. Esto no es ahora si no hay que pensar en el XX/XXI", dijo.
"Nosotros, como Familias, hemos estado con el tema siempre sobre la mesa y siempre hay posibilidad de hacer, con voluntad política", afirmó. En cuanto a las perspectivas para "salvar" lo queda del año y mejorar la situación en el próximo, explicó que el Institut Pasteur "puso a disposición el equipo de científicos para estudiar y monitorear escuelas para preparar para el año que viene. Nosotros vemos que se nos está yendo el tiempo, nos estamos durmiendo en los laureles".
"Si hay voluntad política, podríamos generar un testeo en alguna escuela del país, haciendo experiencias piloto, porque tenemos que prepararnos, sobre todo para dibujar escenarios XX/XXI", adelantó. "Nuestra inquietud, nuestro grito desesperado es como familias que estamos viendo que nuestros hijos están pasando mal, que los niños, sobre todo de los contextos más desfavorecidos, están pasando mal", urgió.
"Realmente Es escalofriante las cosas que están pasando y lo que están pasando los niños. Entonces necesitamos a como dé lugar el año que viene abrir la escuela, y para eso necesitamos una planificación que no estamos pudiendo conocer, no estamos teniendo un plan de trabajo, una planificación y siempre nosotros decimos: ocho de cada diez niños uruguayos van a la escuela pública.
No es un tema solamente de las familias que tienen sus hijos en la escuela pública, sino que es un tema de toda la sociedad. Por lo tramitó Es imperioso que se genere un acuerdo nacional con distintos actores, el Gobierno y los sindicatos, la comunidad científica, los referentes en la educación", manifestó.
"Lo que queremos es un plan de trabajo, un cronograma de trabajo, que el Gobierno Nacional quizá lo tiene, pero en cualquier caso no lo ha planteado públicamente. Nosotros queremos que el año que viene, el 1º de marzo, los niños vayan todos los días: todos los niños, todos los días". Y para ello "evidentemente hay que preparar un plan para recuperar aprendizaje -que puede ser en el verano, no lo sabemos- para recuperar los aprendizajes de los niños en este tiempo y el año que viene. Lo concreto es: "necesitamos testear las escuelas, necesitamos abrirlas, porque no hay evidencia científica, ni epidemiológica ni sanitaria que justifique el cierre de los centros educativos. Realmente no estamos entendiendo por donde pasa la dificultad y por qué no hay una decisión política de de que las clases empiecen. Tenemos todas las condiciones para eso".
En cuanto al destino de la carta y lo ocurrido luego, Cámara dijo: "le entregamos la nota, fuimos recibió por secretaría de Presidencia, nos plantearon que iban a hacer gestiones para que el hoy viernes nos recibiera el ministro Salinas. Nosotros hace unos días enviamos al ministro Salinas un correo electrónico solicitando una entrevista, y nos responden diciendo que entre jueves y viernes nos iban a estar recibiendo integrantes del programa, y no se pudo concretar esa reunión. Nosotros estamos a la expectativa y por supuesto la semana que intentaremos concretar esa reunión, porque nos parece imprescindible que el Poder Ejecutivo pueda tomar una decisión clara y una orientación clara con relación a la presencialidad plena", contó.
Pese al relativo recrudecimiento de las cifras de la pandemia en los últimos días, Cámara entiende que el retorno la presencialidad plena debe llevarse a cabo igualmente.
"Hay que empezar a pensar en escenarios de contagio. Estamos en una pandemia y, como dijo Radi, el riesgo cero no existe. Los niños contagian, son los últimos en la cadena, pero en algún momento eso puede suceder y tenemos que prepararnos como sociedad, como familias y en el sistema educativo. En todo el mundo, cuando se detectan los contagios se trabaja sobre la cadena, sobre el brote y se aíslan esas situaciones, es la famosa trazabilidad", recordó.
"Eso me parece que es importante que la sociedad también lo empiece a manejar. Hay mucho miedo, y el miedo genera parálisis, y la parálisis nos lleva a la inacción. Y nosotros tenemos que dar información. Por suerte. Nuestro país cuenta con muchos referentes en el ámbito de la salud y de la educación, que lo manejan claramente, y además experiencias internacional. Los cientos y eso es muy importante.
"Nuestros hijos tenían miedo salir a la calle porque se iban a morir. Hay un pánico instalado del mes de marzo a la fecha que debemos como sociedad abordarlo. Hay mucha falta de información y me parece que es impensable la burbuja sanitaria en los niños. Ellos conviven con su familia, que van a trabajar, van en el ómnibus. Es más probable que un niño se contagie con sus padres, sus referentes adultos, que en la escuela. Hay que difundir la información de que la escuela protege, la escuela cuida, la escuela no es un factor de riesgo", concluyó.