Uruguay volvió la semana pasada al mapa petrolero mundial: Ancap anunció el jueves 23 la adjudicación de tres bloques en la plataforma marítima uruguaya para la exploración de petróleo y gas.
Dos bloques fueron adjudicados a la compañía Shell y el restante a Apache Corporation. En el caso de Shell, el compromiso es efectuar un programa exploratorio en los dos bloques, además de invertir en modelado 3D. Apache, da un paso adicional y se compromete a la perforación de un pozo exploratorio en un periodo inicial de 4 años.
Pese a que el gobierno celebró el retorno de empresas de primer nivel mundial al mar uruguayo a explorar petróleo y gas, desde la Academia y organizaciones ecologistas se señala que el anuncio implica un retroceso en materia ambiental cuando el mundo y el gobierno de nuestro país están apostando por el desarrollo de energías verdes.
Omar Defeo, ecólogo integrante del Laboratorio de Ciencias del Mar, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, conversó con Emiliano Cotelo, conductor de En Perspectiva.
Este laboratorio es una dependencia en la Facultad de Ciencias que se dedica desde hace varias décadas al estudio de manejo y evaluación de recursos pesqueros, evaluación y cuantificación de impactos ambientales, ecología marina y conservación de la biodiversidad.
En este sentido, el ecólogo plantea que la exploración y prospección petrolera tiene accidentes “inevitables” que generan “cementerios de vida” e impactos ambientales “muy fuertes”. Y agrega que el país ha apostado a energías renovables y amigables con el ambiente.
“El país apostó, a través del acuerdo de París que es signatario, a no acelerar procesos de cambio climático. Las emisiones de los gases de efecto invernadero por parte de este tipo de prospecciones es muy nociva e incrementa las posibilidades de acelerar el cambio climático”, constató.
Sobre la compatibilidad del desarrollo de energías verdes con la búsqueda de petróleo, Defeo consideró que “podría ser compatible” pero que no está de acuerdo con esa visión. “Y tampoco soy de conservación vs. manejo”, acotó y dijo que cree que hay que “armonizar” manejo y conservación y desarrollo y conservación.
“Como país habíamos apostado a diversificar la matriz energética; fuimos excelentes en ese aspecto”, reconoció al tiempo que precisó que este tipo de exploración y prospección petrolera “no condice ni con las políticas ambientales que supuestamente está desarrollando el país, ni condice con las propuestas a nivel mundial al respecto donde se ha sugerido fuertemente por parte del panel de cambio climático, por parte de Naciones Unidas, desestimar o desacelerar estas propuestas de generación de petróleo a través de este tipo de metodologías sísmicas”, valoró y concluyó: “Está demostrado a nivel mundial que este tipo de prospección genera impactos multidimensionales negativos”.
Asimismo, indicó que la “aproximación sísmica”, genera “muchos problemas” a nivel de la fauna, a nivel del fondo marino y desde el punto de vista ecosistémico “conformando problemas graves en lo que es también el comportamiento de cardúmenes, de peces que son de importancia a nivel comercial como recursos pesqueros”, manifestó.
El método sísmico, es una tecnología usada por compañías petroleras para conseguir información sobre eventuales yacimientos de petróleo y gas en el suelo marino. De acuerdo con lo señalado por Defeo, son efectos producidos por una técnica de prospección “ecoacústica”
que genera sonidos “en la medida que se va prospectando en la búsqueda de petróleo”.
Estos sonidos generan “afectaciones” a mamíferos como ballenas y delfines, como cetáceos que tienen desarrollada capacidad auditiva de ecolocalización y comunicación por sonido.
“Entonces existe evidencia sólida inclusive que afecta tremendamente a mamíferos marinos y que genera también impactos en el fondo por la repercusión que tiene esa técnica de prospección en peces, en invertebrados y posiblemente en aves marinas, comprometiendo la capacidad auditiva e induciendo a cambio fisiológicos y de comportamiento en los animales”, detalló.
Estas técnicas sísmicas, generan también un comportamiento de alejamiento y “desagregación de cardúmenes de peces de importancia comercial”, dijo y explicó que esto repercute en el ámbito económico y social “también para el punto de vista pesquero”.
Según Defeo, a este efecto se llama “efecto en cascada”. “Hay un efecto de desagregación de cardúmenes, muchos de ellos de especies de importancia comercial, lo cual puede generar cambios drásticos en los rendimientos pesquero. No es casualidad, esto se ha demostrado a nivel mundial en el sentido que muchas empresas pesqueras han hasta generado demandas por este tipo de actividades, porque lo que es un patrimonio, un recurso natural de la sociedad y lo que genera en cuanto a beneficios socioeconómicos puede verse agravado por este tipo de actividades”, advirtió.
Para el ecólogo, los delfines y las ballenas, son “valores sin precio en el mercado, son patrimonio de la sociedad y una diversidad sana, un ecosistema sano”. Estas especies son “claves” para una mayor productividad.
“Hoy, mañana y siempre, el gran secreto de los países va a ser la disponibilidad de este tipo de bienes. Entonces para comer, para alimentarse, va a haber una crisis, hay una crisis inminente. No en vano muchos grupos financieros están invirtiendo en tierras, en comida”, comentó y añadió que ballenas y delfines forman parte de “una cadena trófica saludable”.
“El hecho de desmerecer muchas veces las ‘ballenitas’ y los ‘delfinitos’ -lo digo en términos peyorativos-, genera un efecto de rebote; alterando esas especies se alteran también aspectos socioeconómicos", insistió.