Luego de mantener una reunión con la bancada del sector Ciudadanos del Partido Colorado, Adrián Peña anunció en conferencia de prensa que renunció a su cargo como ministro de Ambiente por haber “mentido”. El exjerarca anunció la decisión luego de la polémica suscitada en los últimos días después de que se conoció la información de que no tiene título universitario, cuando afirmó que sí lo tenía y, además, detentó desde al menos 2015 en algunas ocasiones que era licenciado en Administración de Empresas.
Para el politólogo Adolfo Fito Garcé, es “un error difícil de entender” y destacó la “correctísima” reacción de Peña. Sin embargo, resaltó a En perspectiva que este tipo de eventos, que fueron varios en los últimos años, generan “preocupación”, porque a las personas “no le importa si tienen títulos, sí la honestidad”. “Que un dirigente de primera línea diga ‘mentí’, le pega a la ciudadanía donde más le duele”, argumentó.
Por otro lado, el politólogo Antonio Cardarello señaló: “Da pena que suceda esto de atribuirse grados universitarios que no se poseen cuando, si miramos en la historia política del país, tenemos sobrados políticos relevantes que no hacían ostentación de ningún título universitario”. En esta línea, destacó a Wilson Ferreira Aldunate y a José Batlle y Ordóñez. “Nadie dudaba de su formación y capacidad”, formuló.
Los académicos coinciden en que cuando suceden este tipo de eventos, “el que termina más lastimado es el sistema político”.
Por su parte, Garcé indicó: “Es posible que algo esté pasando en la política uruguaya, quizás bueno, y es que los dirigentes políticos parecen valorar cada vez más la necesidad de incrementar su formación académica”. De esta manera, agregó que el sistema universitario “se ha desarrollado mucho en estos últimos años” y que, en consecuencia, las profesiones “se fortalecen” y “las carreras académicas se amplían”. Por eso, es posible que el “prestigio” de tener una formación universitaria “haya crecido”. Aunque destacó que en algunas facciones de los partidos políticos en Uruguay “son importantes”.
Garcé, además, recordó que el fundador de Ciudadanos, Ernesto Talvi, durante muchos años se manejó en el mundo académico y que “fue debido a su prestigio que se construyó” en el sector político. “Si hay un grupo del sistema político uruguayo en el que las credenciales académicas son muy importantes, o desde el principio han sido importantes, es el grupo que creó Talvi”, concluyó.
“Puedo entender un poco algo que el propio Peña dijo que no podía explicar, entiendo un poquito la obsesión por llamarse licenciado cuando no lo era, en el contexto del grupo Ciudadanos, que tiene esta impronta desde el principio”, señaló.
Así, concluyó que “queda claro otro problema de fondo del sistema político: es demasiado difícil compatibilizar carreras políticas con carreras académicas exigentes”.
Según Cardarello: “Para tener una buena gestión, no es necesario un conocimiento especializado en esa materia”.