Pasó otro fin de semana con lluvias escasas, aisladas y puntuales en diferentes zonas del territorio uruguayo. Según los expertos, aún es necesario que llueva más para resolver el déficit hídrico que sufren los suelos, sin embargo, surge un nuevo problema que es la especulación de los productores sobre los pronósticos meteorológicos, que no siempre se cumplen.
Para conocer qué dicen al respecto las personas que trabajan con esos pronósticos y las necesidades del campo, el programa En perspectiva que se emite por Radiomundo dialogó con Adrián Cal, ingeniero agrónomo e investigador en el sector de Agroclima y Sistema de la Información en el Instituto de Investigación Agropecuaria (INIA).
Cal aseguró que este fin de semana hubo precipitaciones, pero aclaró que fueron “desparejas”. En este sentido, de las lecturas que realizaron en los datos las mejores lluvias fueron en el suroeste (Colonia y Soriano), donde cayeron algo más de 25 mm, y en el este, precisamente en Cerro Largo.
“La verdad que son desparejas y hace falta que llueva más. Ha habido eventos de lluvias otros días, como han sido el 21 y 22 de enero, pero bueno, de a poco se va sumando y es necesario que llueva más”, aseguró el experto.
Con respecto a las precipitaciones, Cal aseguró que el problema de los pronósticos es que hay “muchos modelos” que pueden ser parecidos, “pero no todos coinciden”. Todo eso, dijo, depende del modelo que estés mirando.
“Por ejemplo, los principales son el modelo europeo, el americano, el alemán, y cada pronóstico da diferente. Hay uno que es del Instituto Meteorológico de Brasil, y estoy mirando lo que pronostica del 28 y 29 y, en general, acertó lo que fue la lluvia del suroeste y del este, pero son modelos globales”, señaló.
“Algunos pueden acertar, otros no. Uruguay está en una zona de transición de clima tropical al norte y más templado al sur, eso genera que sea muy difícil de predecir el clima acá. Estamos en una zona de presión que hace que sea complicado la predictibilidad de las lluvias”, añadió.
El ingeniero afirmó que en el INIA trabajan con información agroclimática, pero no generan pronósticos porque “no son una fuerte oficial” y, además, no tienen capacidad técnica para realizarlos porque son modelos numéricos que se generan en “supercomputadoras”, cuyos elementos no están en el organismo. “Un pronóstico no se genera con una notebook, son supercomputadoras”, señaló.
“Por un lado, está el tema de la lluvia y, por otro, está el tema del suelo. El suelo retiene el agua y, dependiendo de la zona del país donde se esté, hay suelos con mayor o menos capacidad de almacenaje. Los suelos agrícolas de Soriano tienen mucha capacidad de retener agua en comparación con suelos del departamento de Artigas o Salto. Un suelo de Soriano puede acumular más de 100 mm de agua, en cambio el otro puede acumular 30 o 40 mm porque no tiene más capacidad. Con estas lluvias que mencionaron no sirve para reparar los suelos, tiene que llover mucho más”, agregó, y explicó que eso vale para los distintos de suelos.
“Si usted va a la zona de Artigas, donde son suelos poco profundos porque abajo lo que hay es piedra y son suelos que tienen 30-40 mm y esa son las zonas que se resienten primero cuando falta agua, porque tienen menos capacidad de resiliencia, porque como tienen menos capacidad de retener agua más rápido se quedan sin agua. En cambio, los suelos agrícolas tienen mayor capacidad de retener agua”, explicó.
Finalmente, sobre la mirada a futuro y cuáles son los posibles escenarios, Cal señaló que los pronósticos van de cinco a 10 días y que “más allá no se pueden extender” porque los márgenes de error se incrementan. Sin embargo, comunicó que usan información de las perspectivas a tres meses que se dan por parte de la Universidad de Columbia y del Instituto Uruguayo de Meteorología que brinda junto con la Universidad de la República.
“Analizamos esas perspectivas que tienen que ver con el fenómeno de La Niña, que estamos experimentando. Esas perspectivas trimestrales, lo que indicarían, es que el trimestre de febrero, marzo y abril empezaría a terminar la fase de La Niña y se pasaría a una fase neutral, y se espera que las precipitaciones se normalicen, pero no se puede decir que a partir de tal día va a empezar a llover normal”, aclaró.
Finalmente, otro de los modelos que manejan es que se pase de la fase neutra a la fase de El Niño, que es exactamente lo contrario a lo que está sucediendo actualmente: las precipitaciones pasarían a valores excesivos, por lo que también habría que trabajar en acciones que puedan paliar esa situación.