La pasada noche del domingo 1º de octubre ocurrió el primer debate presidencial en Argentina. El evento televisivo, que es obligatorio en la vecina orilla, se dio a tres semanas de las elecciones, previstas para el 22 de octubre.
En esa instancia, que había generado mucha expectativa en los días previos, participaron todos los candidatos definidos en las primarias de agosto (PASO): el peronista Sergio Massa, actual ministro de Economía; Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, exministra de Seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri; y el economista libertario Javier Milei, que fue la sorpresa de las elecciones primarias en agosto, cuando se ubicó cómodamente como el más votado. También tuvieron sus lugares en el escenario otros dos nombres: la diputada de izquierda Myriam Bregman y el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti.
Al comienzo hubo tres bloques de discusión: economía, educación y derechos humanos y convivencia democrática, este último surgido de una consulta con el público vía digital. Luego se dio paso a un espacio de preguntas cruzadas y, finalmente, los candidatos brindaron un mensaje de cierre.
El intercambio transcurrió con buen tono, aunque en las preguntas cruzadas los moderadores tuvieron que intervenir más de una vez para calmar los ánimos.
Durante sus intervenciones, Milei repitió sus propuestas de privatizar empresas públicas y cerrar el Banco Central, y defendió la dolarización. Sostuvo que, si él es presidente, en 15 años Argentina puede tener el nivel de vida de Italia o Francia. También rechazó las acusaciones de fascismo contra su sector y negó la cifra de 30.000 desaparecidos durante la dictadura.
“El modelo de la casta parte de una premisa nefasta que dice que con una necesidad nace un derecho. El problema es que las necesidades son infinitas y los derechos alguien los tiene que pagar, y eso implica que hay que tener recursos y los recursos son finitos. Eso genera una inconsistencia que se resuelve vía déficit fiscal.”
Sergio Massa, por su parte, inició su alocución en el plano económico pidiendo disculpas por los errores del gobierno que actualmente integra. “Tengo claro que la inflación es un enorme problema de la Argentina; también tengo claro que los errores de este gobierno lastimaron a la gente y por ellos, aunque no era parte hasta asumir como ministro de Economía, pido disculpas”. Adelantó que propondrá una moneda digital argentina y que, por otro lado, elevará las penas para los evasores impositivos.
En tanto, Patricia Bullrich dijo que su equipo económico estará liderado por Carlos Melconián, quien presidió el Banco Nación durante la primera mitad del gobierno de Mauricio Macri. “Todos pedimos a gritos terminar la angustia en la que estamos viviendo. Nadie en la Argentina aguanta más. Correr detrás de los precios, del dólar, de los sueldos que no alcanzan, del dinero que no te sirve, de los jubilados que están por abajo de la línea de pobreza, conmigo esto se acaba, voy a borrar del mapa la inflación, sin atajos, sin mentiras, sin cuentitos”, dijo.
La exministra de Seguridad criticó lo que llamó “adoctrinamiento en la educación” y defendió su pasado como integrante de la organización Montoneros. Fue allí cuando mencionó a Nelson Mandela y a José Mujica como grandes líderes de la humanidad con pasado guerrillero que llegaron a presidentes de sus países.
Además, el debate contó con la diputada de izquierda Myriam Bregman como fuerte opositora a todos ellos. “Yo creo que es el momento de decir ‘basta’. De dejar de decir todo el tiempo: ‘Tengo que votar a este porque es menos malo que el otro, porque de esta manera…’, y a empezar a tener principios, valores, convicciones, a demostrar que somos muchos y muchas los que queremos un futuro para los pibes y para las pibas, que queremos que haya trabajo genuino, de calidad, con derechos. Las que queremos que se respeten todos nuestros derechos. Entonces, no pueden vivir encerrando a todo el mundo en esa rosca permanente en la que ustedes viven”.
En contraste, el gobernador cordobés Juan Schiaretti siguió un tono más conciliador e hizo muchas referencias a la gestión que está llevando adelante al frente de su provincia, como buena práctica para aplicar al gobierno nacional.
El análisis
En la mañana de este lunes 2 de octubre, En perspectiva se puso en contacto con su corresponsal en Buenos Aires, Fernando Gutiérrez. “Se había generado mucha expectativa previa y había una sensación de que se podía generar un debate de tono elevado, hasta quizás violento en algunos momentos, y no ocurrió”, comenzó Gutiérrez, y añadió: “La verdad es que hubo pocas sorpresas y todo transcurrió dentro de carriles más o menos previsibles. La mayoría de los primeros análisis coinciden en que fue algo así como un empate entre los tres candidatos que tienen chance de pasar a la segunda vuelta”.
A continuación, contrastó lo que pasó en el debate de 2019, en el que se enfrentaron de manera muy agresiva quien era presidente argentino e iba por la reelección, Mauricio Macri, y el actual presidente, el kirchnerista Alberto Fernández. “El de ayer casi casi que podríamos calificarlo como un debate amable”, afirmó Gutiérrez.
El formato de esta edición tuvo algunas modificaciones con respecto al de las elecciones anteriores y esto pudo haber influido en este clima de relativa tranquilidad, de acuerdo con el analista argentino: “Fue bastante estricto en los tiempos y eso no permitió que se profundizara en temas complejos. Por eso los temas que preocupan principalmente a los argentinos, como el riesgo de una hiperinflación o cómo se va a resolver el problema de la deuda del Banco Central, prácticamente no estuvieron en la discusión; apenas se dio lugar para que se mencionaran”.
Otra línea de análisis del debate reside en la preparación previa que recibieron los candidatos, el llamado “coaching”. “Se notó mucho en esas frases de efecto, esas que son pensadas para que sean viralizadas en las redes”, expresó Gutiérrez, y a continuación acudió a la metáfora futbolística para señalar que “todos parecían más preocupados en cuidar el cero en el arco propio que en ir a buscar los goles en el de enfrente, pero, como todos sabemos, es una estrategia que no resulta igual de conveniente a todos”.
La estrategia “defensiva”, según el experto, le sirvió más a Milei y a Massa, que son quienes salieron primero y segundo en las PASO. “Sin embargo, Patricia Bullrich era la que estaba obligada a ser más agresiva porque no le alcanzaba con cuidar a sus votantes, sino que tenía que captar votos de sus rivales, sobre todo de Milei”, mencionó. Esta búsqueda no existió o fue débil, sobre todo en temas económicos, en los que mostró una debilidad frente al resto de los candidatos.
El temperamento de Milei fue otro elemento que llamó la atención. El temor desde sus filas y la oportunidad que buscó la oposición de que el candidato por La Libertad Avanza perdiera los estribos se disipó, y se lo vio bastante contenido y mesurado. “Estuvo un poco libretado en algunos momentos y desde lo argumental no aportó novedades a lo que ya venía expresando en la campaña”, mencionó Gutiérrez. Tampoco dio detalles sobre la implementación de su polémica idea de cerrar el Banco Central y dolarizar la economía argentina. Sí abundó en gestualidades ante las respuestas y alocuciones de sus contrincantes.
En el caso del oficialista Sergio Massa, Gutiérrez ponderó que “salió mejor parado de lo que se esperaba”. “Él ya sabía las críticas que le iban a hacer y por eso empezó con un pedido de disculpas por los errores del gobierno, pero también tomó distancia y consideró que empezó a formar parte del gobierno a partir del momento en que asumió como ministro de Economía”, dijo el columnista, que señaló que sus contrincantes le cuestionaron este hecho debido a que como presidente de la Cámara de Diputados tuvo incidencia en conseguir los votos que apoyaran un acuerdo inicial con el FMI. Igualmente, para Gutiérrez, Massa “logró en parte su objetivo”, ya que respondió a muchos de los cuestionamientos a su gestión actual.
Por otra parte, una de las expectativas del debate era el posible anuncio del candidato a ministro de Economía en un eventual gobierno de Massa, algo que finalmente no ocurrió. El candidato de Unión por la Patria sí sorprendió con el anuncio de una moneda digital, que implicaría un blanqueamiento de los dólares que los ahorristas tienen fuera del sistema financiero. “No terminó de desarrollar la idea; algunos en las redes lo empezaron a comparar con proyectos fallidos como lo que quiso hacer Maduro en Venezuela con el Petro, la moneda que iba a estar respaldada por el petróleo”, agregó el columnista. Massa dio a entender que este sistema zanjaría el problema de los argentinos que trabajan para el exterior y dejan sus ganancias en bancos fuera del país.
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