El Poder Ejecutivo anunció este martes una serie de medidas para mantener el suministro de agua potable en la zona metropolitana mientras no lleguen las lluvias. El paquete, según se explicó, garantiza el servicio por cañerías con un nivel de salinidad no superior al actual.
Paralelamente, a sectores sensibles de la población se le distribuirá agua embotellada o potabilizada fuera de la planta de la localidad de Aguas Corrientes.
En conferencia de prensa, el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, garantizó el suministro a la población.
“Lo más importante es darle tranquilidad a la población. Se va a mantener el suministro hasta que lleguen las lluvias que cambien la contingencia, aunque las condiciones actuales sensoriales del agua que se está suministrando en la capital y el área metropolitana no son del todo potables, es apta para el consumo humano”.
Entre las medidas que se dieron a conocer, Delgado mencionó que la semana próxima estará operativa la represa provisoria que se construirá a corto plazo aguas abajo de la usina de Aguas Corrientes, que permitirá que el embalse de Paso Severino se estabilice en un nivel de agua que asegure la continuidad de la operativa de bombeo. De ese modo, enfatizó, queda sin efecto el plazo de 18 días de reserva que se había manejado a comienzos de la semana. Por esta vía se dará continuidad al agua en el sistema sin aumentar los niveles de sodio que hoy tiene.
Por otro lado, para sectores sensibles de la población, se comprará una planta desalinizadora elaborada por UTEC [Universidad Tecnológica del Uruguay], que estará operativa la semana que viene para producir 150.000 litros de agua potable por día. También se utilizará la central de ciclo combinado que UTE tiene en Puntas del Tigre, ubicada en San José, que dispone de tecnología para desalinizar agua a través de un proceso de ósmosis inversa.
Esto último quizá fue de lo más sorprendente. Tal vez no se conocía que la propia UTE tenía una herramienta para esto.
Este miércoles, los conductores de En perspectiva Emiliano Cotelo y Romina Andrioli conversaron con Tacuabé Cabrera, gerente del Área de Generación Térmica de UTE.
Cabrera explicó que el proceso de ósmosis es un proceso fisicoquímico en el que se utilizan dos solventes, que pueden ser agua salada de un lado y agua más salada del otro.
“Se dispone una membrana semipermeable que permite que pasen ciertas moléculas y ciertas no. Lo que se da naturalmente es que el agua se va desde el área menos salada a la más salada. Esto ocurre hasta que pasa cierta agua y se iguala la salinidad en ambos lados. Lo que hace la ósmosis inversa es forzar, con una bomba de alta presión, para que el agua vaya en sentido contrario y pase del lado más salado al menos salado. Entonces nos queda de un lado agua con mayor concentración de sal que la que teníamos inicialmente y del otro lado con menos”, detalló el funcionario.
En esta línea, Cabrera informó que, posteriormente, el agua que quedó más salada se devuelve al Río de la Plata, mientras que la que se desalinizó se guarda en tanques y es utilizada como si fuera un combustible.
“En el momento de operar, la central consume esa agua”, afirmó.
El jerarca dijo que, con la logística correspondiente, UTE puede entregar a OSE unos 100 metros cúbicos por hora “para que esa agua sea mezclada, porque tiene cero sal disuelta”.
“Entonces se podría mezclar para bajar la concentración a los valores que OSE entrega normalmente. El tema es que estamos hablando de volúmenes que no llegan ni al 10% de lo que es el consumo de Montevideo. Debe usarse para situaciones puntuales, como en centros de diálisis”, señaló Cabrera, en referencia a que la mejor utilidad para este recurso es que sea usada en casos puntuales porque pesaría poco en fuentes grandes como puede ser Aguas Corrientes.