El Gobierno gestiona varias medidas a efectos de garantizar el suministro de agua potable en la zona metropolitana del país, que abarca Montevideo, Canelones y San José. En esta área, dice OSE, quedan reservas para 18 días. Pero, además, en Lavalleja, sobre todo en Minas y alrededores, también hay inconvenientes.
El Poder Ejecutivo convocó a los ministros de Ambiente y de Salud Pública, el presidente de OSE y los intendentes de Montevideo, Canelones y Lavalleja a una reunión que tuvo lugar este lunes. En diálogo con En perspectiva, el gerente regional de OSE en la zona sureste, Eduardo Liard, contó cómo es la situación en Lavalleja.
“En Minas estamos padeciendo la sequía desde enero”, contó el ingeniero. En esta línea, Liard señaló que la fuente de abastecimiento principal, el embalse de San Francisco, “dejó de pasar agua desde diciembre”. A partir de ese momento comenzaron a tomar medidas para administrar el recurso natural.
La última sequía que el departamento atravesó fue en 2015, mientras que la “más grande” fue en 1999. Sin embargo, Liard expresó: “Esta sequía ha superado en el tiempo todas las previsiones”.
Según el gerente regional de OSE, en marzo se vivió un “momento crítico” porque —además del abastecimiento principal— el sistema de respaldo (Paso Campero) también se vio afectado.
En aquel entonces, las medidas que el ente público tomó fueron graduales. Primero, se habilitó el respaldo, después se redujo la extracción de agua en San Francisco. También se le dio información a la sociedad, porque el abastecimiento principal está ubicado en un parque público de Minas, por lo que la gente, de alguna manera, estaba al tanto de la situación. Después vendrían comunicados y exhortaciones a nivel nacional.
Ahora, en mayo, la situación es diferente. “Hubo lluvias, que nos dieron cierto alivio, pero hoy estamos en una situación similar, quizá menos compleja, porque Campanero está fuerte y se tomaron medidas en el San Francisco”, explicó.
“Hoy el sistema de respaldo está funcionando a pleno, y desde las lluvias de marzo —que fueron unas pocas, pero nos ayudaron a salir de esa situación compleja— hemos trabajado nuestro sistema de distribución para permitir que ese sistema de respaldo amplíe su cobertura de servicio a la ciudad de Minas. Estamos trabajando con San Francisco al mínimo para mantener las reservas todo lo que se pueda hasta que llegue la lluvia”, dijo.
En esta línea, explicó que, si bien el abastecimiento es normal, se trabaja en una “zona de riesgo”, porque se utiliza “el mínimo de reservas” y “puede haber afectación del servicio”. “Hace dos semanas reducimos drásticamente la extracción del San Francisco, lo compensamos (parcialmente) de lo que es Campanero y de otras obras que hemos habilitado estos meses”, agregó.
Las alteraciones en el agua de Minas implican afectación parcial en horas de la mañana —si hay algún corte de energía o rotura de tubería grande en zonas altas de la ciudad— y la posibilidad de agua con aire —“agua blancuzca”—. Además, en el fondo del embalse principal hay manganeso, que durante el proceso de potabilización y en el contacto con el cloro, puede afectar el color del agua, se vuelve “amarillenta”.
“El agua es la de siempre, con la dificultad que estamos con la presencia de manganeso. La tratamos, salimos dentro de lo establecido por la norma, pero el manganeso, en sistemas grandes para el interior como es Minas y con un tiempo de contacto en la distribución, puede generar un color amarillento en algunas zonas y hemos tenido episodios aislados, pero lo hemos controlado”, explicó Liard.