El arquitecto Juan Pablo Delgado, presidente de Mevir (Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural), declaró que “el porcentaje esperado de viviendas nuevas de Mevir construidas con madera es un 10%”. “El ladrillo sigue siendo el material predominante, pero vamos hacia la vivienda sostenible en madera”, dijo en entrevista con En perspectiva.
Delgado aclaró que el diseño de las casas en ladrillo es idéntico al de las viviendas en madera. “La madera no queda vista, por fuera queda un revoque, una placa de hormigón, y por dentro una placa de yeso. La estructura queda protegida”, aseguró.
En cuanto a la adopción de madera como material para las viviendas nuevas, indicó que “significa reducir el tiempo de obra y que la gente acceda más rápido a la vivienda”, además de sus ventajas “ambientales, acústicas y térmicas, tanto para frío como calor”. “Ambientalmente, la forestación ya está y son árboles cuya madera se usa para este destino”, expresó.
“Nuestro objetivo era bajar el costo del metro cuadrado y tener una alta calidad de construcción en madera”, afirmó el arquitecto.
A su vez, explicó que Mevir “empezó erradicando asentamientos rurales”, pero “hoy el gran problema son los urbanos”. Mevir trabaja donde haya insalubridad, sin importar “en qué lugar del territorio esté”.
“Mevir, más que una política de Estado, es una política país, porque la gente la siente propia”, dijo Delgado.
El director técnico de Mevir, el arquitecto Ariel Amen, explicó que las personas que participan en la construcción de sus viviendas “deben hacer 96 horas por mes, más de cuatro por día, por lo tanto da un trabajo importante”.
“En términos de mantenimiento, el único secreto que tiene una vivienda de madera es que se ventile”, señaló Amen, y agregó que la madera usada “está estacionada, con temperatura y humedad controlada”.
“Hicimos un plan piloto, en el que la Intendencia de Rivera nos donó la ladera de un cerro virgen, y, en cuatro meses, las familias estaban viviendo en sus casas hechas de madera”, contó.
También se refirió al riesgo de incendio en las viviendas, y sostuvo que “la madera no arde, se va carbonizando de a poquito. […] Lo primero que se prende fuego es la alfombra, no es la estructura de madera, que colapsa”.
La asistente social de Mevir, Amparo Souza, aseguró que el movimiento “tiene 20 años para hacerse cargo de la casa, los seguros y la garantía; y después se le da la escritura a la familia”. También expresó que parte del objetivo de reducir el tiempo de obra tiene como base permitir que “las familias puedan cuidar a sus hijos, y tratar de que los horarios coincidan con los de escuela”.
“Comunicarle a los beneficiarios y participantes de Mevir que su vivienda sería de madera fue bastante fácil en el norte, porque estamos cerca de la forestación”, aseguró Souza.
Hace casi dos años que el Gobierno viene apostando a la edificación de viviendas en madera, un material de construcción alternativo, que permite, entre otras cosas, disminuir el costo del metro cuadrado en Uruguay.
Mevir tiene construidas viviendas de madera en Artigas, Rivera, Tacuarembó y Rocha. Para los próximos meses están previstas más intervenciones de este tipo y un aumento de los recursos destinados a este rubro.
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