La situación de los comerciantes de frontera, complicada por la diferencia de precio que hay con los países vecinos, sigue sin resolverse.

Mientras tanto, ¿qué está ocurriendo en la frontera con Brasil? Una frontera seca donde los límites son más difusos.

Los representantes de Cámaras Empresariales de Frontera (Cefro), mantuvieron una reunión con la Comisión Especial de Frontera con Brasil de la Cámara de Diputados, una instancia que consideraron “histórica”.

Para ellos, la dificultad no está solo en que las personas crucen a hacer compras del otro lado, sino que también hay servicios de delivery que hacen el pase. 

Marcela Moura, presidenta del Centro Comercial de Cerro Largo e integrante de Cefro, conversó con Emiliano Cotelo y Romina Andrioli, conductores de En Perspectiva, sobre esta situación y el planteo de una posible solución.

En Perspectiva · Entrevista Mariela Moura - Diferencia de precios en la región afecta a comerciantes de frontera

Moura comenta que desde Cefro trabajan hace tres años para tratar de revertir la situación del comercio en la frontera.

“Nosotros en Cerro Largo tenemos una situación que es histórica. Nosotros, desde que tengo uso de la razón, compramos nuestros productos en el Brasil y estamos a 60 kilómetros”, relata y señala que la situación se “agravó” porque el poder adquisitivo de la gente “disminuyó”.

“Antes había una aduana, había algo que los detenía y ahora ya no hay nada que los detenga: la aduana no hace nada, nadie hace nada”, lamenta y asegura que como centro comercial “nosotros no queremos cerrar las fronteras, no queremos el cero kilo porque nuestras cabezas ruedan siempre que decimos ‘queremos que pare el contrabando’”.

“Nosotros lo que queremos es ser competitivos, entonces no vamos a pelear contra el contrabando, vamos a hacer cosas para ver si podemos ser competitivos y es lo que estamos trabajando en todo lo que es el límite con Brasil”, asevera. 

Durante la emergencia sanitaria por covid-19, cuando la frontera estaba cerrada, Moura fue con un comerciante que tiene una línea de ómnibus hasta la ruta. “Me llevó y me dice ‘mirá, no me dejan trabajar a mí y en una hora pasaron diez autos’”, relata y añade: “Nosotros teníamos un parate en la ciudad que no nos podíamos movilizar y la frontera siguió trabajando, la gente siguió yendo a la frontera”.

Consultada por las diferencias de precios, comenta que “siempre” utilizan el ejemplo de Colgate, que sale “tres veces menos en el Brasil que en el Uruguay”.

“También tenemos otros productos, productos de ferretería. El portland, por ejemplo, es de 50 kilos que nosotros se los vendemos a Brasil, de Brasil lo traen al Uruguay; es el mismo portland Ancap y sale 200 pesos la bolsa y nosotros vendemos 138 pesos una bolsa de 25 kilos”, ejemplifica.

Además, sostiene que, tras el cierre de fronteras como parte de una de las restricciones, tuvieron “15 o 20 días” de crecimiento del comercio local. “Todos trabajamos mejor”, dice. Sin embargo, fue un periodo muy corto.

“Históricamente la familia siempre fue a comprar sus productos allá. Ahora hay más servicios, la frontera ha crecido bastante y la gente lo toma como un paseo y van a almorzar, van al free shop y ya compran su surtido y se vuelven. Es un paseo los sábados y los domingos. En el comercio ya directamente lo pide y se lo traen, hay un servicio que lo hace”, explica en referencia a un nuevo servicio de delivery.

“Vos no vas a viajar 60 kilómetros para comprar una bolsita, me imagino que juntarán varios pedidos y traerán. Un surtido no te sale menos de 3 mil, 4 mil pesos por familia, pidiendo lo básico”, señala y agrega: “Yo tengo una ferretería y dejé de traer cerámica porque no compito con el precio y la gente lo pide allá”.

“Nosotros hacemos un pedido a Montevideo y demora cuatro o cinco días en venir. Vos hacés un pedido en Mercado Libre, ¿en cuántos minutos te llega? En Montevideo a las horas, en el interior a las 24”, ejemplificó.