Una de las nuevas postales que ha dejado la pandemia es la fila de vehículos en el Parque Tecnológico del LATU esperando para realizarse el autotest de diagnóstico de covid-19, en menos de cinco minutos.
El servicio, muy similar al de las casas de comida rápida, es gestionado por ATGen, una firma que produce los test y los procesa en ese y otros puntos del país. ATGen existe desde 2001, pero a raíz de la pandemia se reinventó y hoy es una de las protagonistas en la respuesta uruguaya al coronavirus.
¿Cómo fue ese salto? ¿Cuál es su relación con la comunidad científica? ¿Cuán uruguaya es su tecnología? ¿Está ganando mucho dinero? ¿Qué impresión tienen de esta coyuntura crítica que estamos pasando en estos días?
"Nos dedicábamos a lo mismo, pero sin pandemia. ATGen Surgió en la Facultad de Ciencia, como concepto de cuatro investigadores jóvenes con un objetivo: proveer localmente reactivos de diagnóstico con base en la tecnología molecular para diagnóstico de enfermedades de origen genético o infecciosas", contó este viernes en entrevista con En Perspectiva Juan Andres Abin, director científico de ATGen.
En 2017, luego de varios años con respaldo de inversionistas, los directores (Sofía Tedesco, directora técnica; Fabricio Sarlos, director comercial y Andrés Abin, director científico) quedaron a la cabeza del proyecto.
"El cambio que sufrimos al pasar a ser socios es que no teníamos empate económico. Cualquier inversión significaba no tener ningún tipo de respaldo. Una de esas decisiones fue empezar en enero a trabajar el covid. Fue una decisión disputada en la dirección. En ese momento no sabíamos lo que iba a pasar, si bien veíamos como se iba dispersando el virus en el mundo se declaró pandemia recién en marzo", agregó Abin.
Hacer esa apuesta supuso un camino nuevo para ATGen. "Nosotros en los primeros días de marzo no sabíamos que los otros negocios se iban a caer, que la gente se dejara de hacer chequeos y con el tema de ir menos a los hospitales todo el resto se fue cayendo. No previmos el grado de locura de todo lo que pasó desde entonces", resaltó Tedesco. "De hecho, nos preparamos para otras pandemias que nunca llegaron a Uruguay", agregó con humor Abin.
La gran inversión
El primer pedido que hizo ATGen fue de 500 a 1000 análisis, algo que para el volumen que manejaban hasta entonces era "una locura".
"Un laboratorio como nosotros recibía unos 5000 análisis por año. Pedir 1000 era una inversión grande de algo que no sabíamos si iba a ocurrir", especificó el director científico. "Lo que sucedió inmediatamente de Europa no dejaron salir más insumos porque los necesitaban ellos", agregó Tedesco.
El sistema académico jugó un papel importante, tanto la Udelar, como la ORT, el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable y otras instituciones colaboraron de forma activa para que se pudiera seguir adelante con el trabajo de la mejor forma.
Tras una licitación pública, ATGen fue el que hizo una propuesta más económica por ofrecer más servicios. "Los números reales no los sé, porque hay un atraso importante en los pagos, espero que a final de año me dé para pagar a las 80 personas que están trabajando, los insumos, todos los equipos que hemos comprado... No preguntamos nunca si dan los números o no. Nos dicen que vayamos a atender y vamos", aseguró Abin.