El reporte del Sistema Nacional de Emergencias del 24 de abril arrojó una noticia preocupante: el coronavirus había llegado a los residenciales de ancianos y ya había seis personas infectadas. En los días siguientes se confirmaron más de 40 casos y fallecieron dos personas.

Este foco de contagios se fue apagando a los pocos días, pero de todas formas generó incertidumbre por la cantidad de hogares que funcionan sin habilitación y algunos en condiciones precarias.

En la mañana de este jueves Emiliano Cotelo, conductor de En Perspectiva en Radiomundo, dialogó con Gerardo Notte, secretario de la Asociación de Residenciales para el Adulto Mayor (Aderama), sobre la situación de estos centros en el marco de la emergencia sanitaria.

Notte explicó que una de las medidas que tomó el Ministerio de Salud Pública que resultaron "una buena solución" para "bajar el riesgo de contagio" fue la de asignar a cada residencial un prestador de salud.

Con esto se restringe la cantidad de personas que entran a la institución y se agrupa la información de todos los residentes en un solo prestador.

Los médicos y enfermeros de esa institución una vez a la semana entran al residencial, toman la presión y la temperatura de los pacientes y hacen un chequeo respiratorio. Además, si un residente tiene una patología cualquiera, personal de ese prestador de salud se dirigen al residencial, tenga o no el paciente contratado a esa institución.

Sin embargo, Notte dijo que este sistema se puede aplicar a los residenciales que están registrados (no necesariamente habilitados). "Es muy difícil que se puedan visitar las casas que no tienen cartel, que no se sabe dónde están", señaló.

Por otra parte, el secretario de Aderama aseguró que se sigue aplicando de forma estricta el protocolo sanitario que, entre otras cosas, prohíbe las visitas. "Trae muchísimos problemas" a nivel anímico, expresó, pero dijo que los empleados "ahora cumplen esas funciones". Según dijo, aún no hay fecha estipulada para la vuelta de las visitas.

Residenciales irregulares, un "tsunami" que se encontró el gobierno

Consultado sobre la realidad de los centros que funcionan de forma irregular y en condiciones inhumanas, Notte dijo que siguen siendo un problema y ejemplificó con el caso del residencial Dolce Vita, uno de los centros que tuvo casos de coronavirus.

"Ayer los empleados de este residencial denunciaron en televisión que había más de 60 residentes y solo dos empleados por turno. Es imposible que una persona atienda a 20 o 25 residentes. Ya arranca mal desde el principio. Ese tipo de casos no cumplen con nada. El decreto que nos regula dice que hay que tener un empleado por turno por cada 10 residentes autoválidos y uno por cada 5 no autoválidos. La relación de este residencial es tremenda, un disparate", manifestó Notte.

El entrevistado explicó que este tipo de problemas "viene de mucho tiempo atrás": "El MSP y el Mides se encontraron con este tsunami y están haciendo un esfuerzo tremendo. Estoy viendo por primera vez como están tratando de tener información fidedigna de cada centro. Están llegando a casi todos los residenciales un inventario que semanalmente los residenciales tienen que llenar con los datos de los residentes. Es la primera vez que cuentan con información de primera mano, el primer censo bueno que tienen".

Consultado sobre la posibilidad de que se cierre algún centro que se encuentra en condiciones críticas, el entrevistado dijo que una vez que se empiecen a cerrar residenciales y se vea que "la cosa va en serio", "muchos van a empezar a cambiar".