Donald Trump asumió este lunes la presidencia de Estados Unidos por segunda vez, y lo hizo bajo la promesa de dar comienzo a una nueva “era dorada” para su país.

Luego de jurar el cargo frente a cientos de partidarios, líderes mundiales y altos funcionarios, reunidos en el interior del edificio del Congreso, Trump recordó las causas penales que se abrieron en su contra en la justicia penal y el intento de asesinato que sufrió el año pasado en un acto en Pennsilvania. Fue allí cuando sostuvo que fue “salvado por Dios” para “poner fin al declive” de su nación y hacer a Estados Unidos grande de nuevo.

En su discurso, Trump anunció una batería de medidas que firmaría de inmediato e implementará en los primeros días de gobierno, con una prioridad puesta en la seguridad interior y la erradicación de la inmigración ilegal.

En el plano económico, el nuevo mandatario aseguró que Estados Unidos va a abandonar por completo el pacto climático de París y, en su lugar, impulsará la extracción de todos los hidrocarburos que sean necesarios para mejorar la competitividad de la producción local, al tiempo que se promoverá a la industria automotriz eliminando las limitaciones a los vehículos de combustión tradicional. Además, reiteró que aumentará los aranceles a productos importados para “enriquecer a los estadounidenses”.

En cuanto a política exterior, dijo que su objetivo es “ser un pacificador y un unificador”. No obstante, reiteró su intención de recuperar el Canal de Panamá, que a su juicio en la actualidad está controlado por China.

Sin embargo, según el politólogo Eduardo Gamarra, este acto contó con una particularidad “verdaderamente inusual”, que fue una “presencia tan extrema, extraordinaria y quizás hasta burda” de empresarios vinculados a un único sector: el de la tecnología.

“El gobierno de Estados Unidos siempre ha tenido la influencia del sector privado y de grandes empresas que financian las campañas y que, por supuesto, esperan políticas públicas favorables”, apuntó Gamarra en entrevista con En Perspectiva, e indicó que en ninguna otra toma de posesión se habían concentrado tantas figuras de un solo sector empresarial.

Los miembros del Big Tech —término que se usa para referirse a las grandes firmas tecnológicas—   estuvieron “liderados por Elon Musk”, pero además estaban Jeff Bezos, Vivek Ramaswamy y Mark Zuckerberg.

Otra de las figuras presentes en el evento fue el presidente de TikTok, Shou Zi Chew. “No debemos olvidarnos que fue Trump el que estuvo peleadísimo con TikTok y que toda la embestida en contra de la red social se inició porque Trump estaba descontento y se generó un movimiento muy fuerte, bipartidario, que culminó con la legislación que prohibió la presencia de TikTok en Estados Unidos”, recordó el politólogo, y vinculó el hecho con la “advertencia” que hizo el ahora expresidente Joe Biden en su último discurso.

Según Gamarra, Biden advirtió “en contra del dominio que tiene este sector tecnológico y el peligro que para él representa”, y señaló que le hizo recordar a un mensaje similar que hizo el presidente Eisenhower “en un mismo discurso sobre el complejo militar que para él representaba un gran peligro en Estados Unidos”. “Ahora, yo no sé si [la presencia de las grandes empresas tecnológicas] es un peligro, pero sí es una realidad”, sostuvo el politólogo.

En cuanto a la industria sobre la que advirtió Biden, Gamarra la describió como “extraordinariamente dominante”. “Elon Musk es una persona que hoy no solo regula muchas industrias a través de esta institución que han creado, sino que también regula la suya propia”, comentó el analista político.

A su vez, Gamarra mencionó que “ya hay indicios” de esa dominancia a través de hechos como la separación con Ramaswamy, que ya no integrará el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en inglés), hecho que atribuyó como algo “característico de los gobiernos de Trump”. Como resultado de lo sucedido, Elon Musk se queda “básicamente como el personaje más importante de esta administración y con un cargo oficial”, opinó Gamarra.

Por último, Gamarra sostuvo que Trump es el presidente con “el mayor poder concentrado en la historia de los Estados Unidos”. “Él dice que tiene un mandato, que eso lo podemos debatir si es o no un mandato, pero tiene control, aunque por pocos escaños, del Senado, de la Cámara baja, y por supuesto tiene una Suprema Corte cuya mayoría es conservadora”, explicó el analista y concluyó que, tanto para Trump como para el sector tecnológico, las “promesas de transformación en la dirección que proponen serán factibles”.

En Perspectiva · Entrevista Eduardo Gamarra - Trump inauguró su segundo mandato con una batería de 100 medidas