En octubre de 2022, a pedido del Congreso de Intendentes, el Gobierno resolvió extender por dos meses el programa Oportunidad Laboral, conocido como Jornales Solidarios, que brindó trabajo a unas 15 mil personas, que, de manera alternada, recibieron un pago de $ 12.500 —$ 10.600 en mano—. El 31 de diciembre del mismo año el programa terminó, y, según los trabajadores, el Gobierno indicó que volvería a llevarse a cabo en mayo del 2023.
Sin embargo, quienes formaron parte del programa social cuestionaron la cantidad de meses sin recibir ingresos —de enero a mayo— y pidieron al Gobierno “trabajo”. Ante la falta de respuesta —tanto a nivel nacional como departamental—, cinco trabajadores se concentraron en la Plaza Independencia de Montevideo para realizar una huelga de hambre. Según una de las voceras de los manifestantes, Elena Battle, el tiempo sin trabajar son “vacaciones obligadas” y “forzadas”. Además, manifestó: “Somos gente que quiere trabajar, no somos zánganos”.
“Lo que le pedimos al Gobierno es nuestro trabajo”, dijo Battle a En perspectiva. En tanto, expresó que no “quiere” que “den un subsidio” o que los “están bancando”, sino “la posibilidad de tener un trabajo digno en caja”. La vocera explicó que este programa les dio a los trabajadores “una gran mano”, y, por eso, están “agradecidos con el Gobierno”. Lo que piden es que les dé “una respuesta de seguir ya”.
“No queremos discutir”, dijo Battle, quien explicó que la manifestación será “pacífica”. “Queremos seguir trabajando y luchar por nuestro país. Porque si una plaza está linda, es gracias a Jornales Solidarios; si la calle está limpia, también”, señaló.
La vocera contó al programa radial que desde diciembre los trabajadores han mandado cartas al Gobierno y que aún no recibieron respuesta. Por eso, mediante esta huelga, apuntan “al diálogo”: “Pretendemos que alguien del Gobierno o los intendentes baje y tenga un diálogo con nosotros”, indicó.
“No queremos más delincuentes en la calle y esto ha ayudado a quienes están en [el programa de] Jornales Solidarios”, expresó Battle. La vocera dijo que, “además de trabajar”, los grupos de trabajo (que integraban 18 personas) dialogaban entre sí y que el referente les “enseñó cómo aceptar a todo el mundo sin tener nada en contra”. “Cuando veíamos que una persona iba a caer: ahí estaba el grupo de 18”, expresó.
Según Batlle, algunas de las personas que integraban el programa eran “privadas de libertad” y “drogadictas” que, gracias al trabajo, “se estaban recuperando”.
“Lo mejor que hizo el Gobierno fue este plan, que es solidario”, dijo la vocera. “Estamos agradecidos, pero pedimos trabajo”, complementó.