El narcotraficante Juan Antonio González Bica se fugó de su casa cuando tenía una tobillera electrónica, luego de que el Poder Judicial le concediera prisión domiciliaria tras haber presentado una serie de documentos que acusaban una afectación renal que no podía atenderse en el centro penitenciario donde estaba recluido.
Uno de esos informes, presentados por su abogada, supuestamente había sido elaborado por el comisionado parlamentario para las cárceles, Juan Miguel Petit. Sin embargo, él nunca realizó ese documento y se ratificó que eran falsos. En el texto apócrifo se justificaba la internación domiciliaria de González Bica.
Al tomar conocimiento de esta situación, Petit presentó una denuncia penal ante la Fiscalía y el fin de semana se logró dar con la detención de la abogada del narcotraficante y de un presunto estafador, que elaboraba informes falsos para intentar modificar la situación de personas privadas de libertad. Podían ser de clínicas particulares, pero también del Instituto Técnico Forense (ITF), como en el caso de González Bica, a quien le habrían cobrado 100 mil dólares.
Para profundizar sobre el hecho y conocer de primera mano cómo vivió el comisionado parlamentario toda la situación, el programa En perspectiva de Radiomundo dialogó con el protagonista.