La medicina viene avanzando a gran velocidad en los trasplantes de órganos animales a cuerpos humanos, una innovación que permitiría achicar los tiempos de espera de los pacientes que necesitan ese tipo de operaciones.
La semana pasada, un hospital de Boston (Estados Unidos) anunció que culminó con éxito el trasplante de un riñón de un cerdo genéticamente modificado a un humano vivo. Las modificaciones genéticas se llevaron a cabo para reducir el riesgo de rechazo al nuevo órgano.
El director de Nefrología del Hospital de Clínicas, Oscar Noboa, sostuvo que el avance “implica un gran salto”. “Desde el punto de vista personal, implicó ver la noticia y mandársela a todos, porque era importante pensar qué había detrás de eso”, agregó en referencia al ámbito médico local.
Noboa explicó que este tipo de prácticas “están muy lejos” de llegar al uso de las personas, y reparó que generalmente existe una expectativa, pero es difícil que esto llegue a los pacientes.
Sobre el caso de Boston, el experto explicó que el cerdo es el más apropiado por el tamaño del órgano y las características. “Son cerdos enanos, porque uno de los problemas que ha habido es que cuando ponen un órgano crece más de lo que era en el animal”, agregó Noboa.
El médico también fue consultado por los riesgos a los que se expone un paciente cuando se somete a este tipo de procesos. Noboa indicó que el organismo puede rechazar el órgano y esto lleva a que se activen mecanismos que quieren expulsarlo.
“Puedo transmitir una enfermedad que tiene el donante a un receptor. Esa misma situación se potencia con algunos aspectos más”, añadió en entrevista con En perspectiva.
Noboa explicó que para que la cirugía de Boston haya sido exitosa, se necesita un “equipo parecido al de una misión de la NASA”.