El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y el senador y líder de Cabildo Abierto Guido Manini Ríos acordaron el pasado fin de semana los puntos de desencuentro que mantenían alejada a la fuerza política liderada por el excomandante en jefe del Ejército, particularmente los ítems que hacían referencia a los años trabajados para hacer el cálculo de la jubilación y las inversiones en el exterior de las AFAP.
Para explicar estos cambios y sobre todo para analizar si estos cambios modifican la estructura y sustentabilidad de la reforma, el programa En perspectiva de Radiomundo dialogó con el principal redactor del proyecto de ley que luego el Poder Ejecutivo modificó y envió al parlamento para su votación, Rodolfo Saldain.
La primera consulta tiene que ver con las declaraciones previas de Saldain con respecto a los cambios que luego se acordaron entre las partes porque se desprendía de sus dichos que había poco margen para negociar, principalmente sobre el artículo vinculado al cálculo de la jubilación.
Inicialmente, Saldain habló sobre las inversiones de las AFAP y dijo que se acordó desglosar el aspecto relativo al cambio de las inversiones con el objetivo de negociarlo luego en una ley posterior en la Rendición de Cuentas. El experto compartió que es “necesario” abrir una instancia de mejor calidad a la que existe hoy con respecto a las inversiones en el exterior porque las AFAP lo hacen actualmente con instrumentos que fueron autorizados hace 10 años.
“No son instrumentos de muy buena calidad, en tanto, no tienen un mercado secundario, no tienen una cotización diaria y la propuesta que está en el proyecto está bastante mejor en ese sentido y pensamos que se puede seguir discutiendo y puede ir en una ley particular”, dijo.
Agregó que “eso no hace a la estructura del proyecto en sí”, que lo “mejoraba”, pero que “puede no estar en esta ley” y puede estar en una ley posterior. “La idea es discutirlo en la próxima Rendición de Cuentas”, señaló.
Sin embargo, el acuerdo para contar los 20 mejores años de trabajo del uruguayo sí es un tema “estructural” de la reforma, según señaló.
“Cuando se plantearon los 15 mejores o los 15 finales claramente no era aceptable, se dijo de manera clara en su momento. En la actualidad, cuando Cabildo propone los 20 mejores años es una flexibilización en su posición inicial y allí la pregunta a hacer es: ¿esta flexibilización, que no es lo ideal porque se querían los 25 mejores, mejora la situación que tenemos hoy? ¿Vamos a tener con este cambio un sistema más sustentable, comparando con no hacer nada? Y la respuesta claramente es que sí, que la mejora”, explicó.
“Y la mejora en lo siguiente: en BPS hoy se calcula una jubilación sobre el promedio de sus últimos 10 años, que no puede superar los mejores 20 más un cinco. Eso desaparece y se va necesariamente a los mejores 20. Ese sistema aplica también en bancaria y en caso de militar y policial el promedio es de los últimos cinco años”, dijo.
“Por lo tanto, también implica una mejora de sustentabilidad en relación con el régimen actual. Claramente no es la misma que con 25 mejores e implica también para los sectores que hoy no tienen los 20 mejores en su fórmula de cálculo (policial y militar) una convergencia o una aproximación hacia la fórmula de cálculo que aplica al resto de la población y pensamos que hace a un valor de los principios de la reforma, que es tender a un régimen con menores diferencias que la actual”, añadió.
Saldain sostuvo que este cambio en particular hace a la situación de sustentabilidad y que eso se logra tomando tanto los 25 mejores años como también con los mejores 20 años. Esto, para Saldain, sí tiene un impacto a largo plazo con relación al proyecto inicial de un 0,3 del Producto Interno Bruto (PIB).
“Nosotros tenemos tres escenarios: el actual, sin reforma; la situación con el proyecto inicial y la situación que se generaría aceptando este cambio. Esta tercera situación respecto del proyecto va a implicar un mayor desembolso, del orden del 0,3 del producto en el largo plazo, que en relación con el primero de los elementos de la comparación, es decir, no hacer nada es igual a una situación bastante mejor”, indicó.
“Como coordinador del equipo técnico, que ha venido trabajando en el tema, nosotros hemos venido trabajando para tener estimaciones para todos los diferentes escenarios que sean probables de que se planteen, este entre ellos, y eso nos ha permitido emitir una opinión muy sobre la marcha en estos días donde se fue dando esta negociación”, contó.
Consultado sobre si al final había un poco más de margen, Saldain respondió que, por lo pronto, esta diferencia entre el proyecto inicial y el cambio hacía que “todavía valiera la pena hacer la reforma”, y opinó que trae otros impactos importantes positivos en el haber mensual de la jubilación de las personas.
“Este es un elemento que mejora ese haber mensual, sobre todo en aquellos sectores de ingresos medios y medios superiores, que eran aquellos que estaban más equiparados en las estimaciones presentadas en su momento porque ese gasto va a un lugar y va fundamentalmente a aquellos sectores que tienen una cierta movilidad salarial”, afirmó.
El periodista le recordó algunas críticas que surgieron a la idea inicial de Manini sobre el cálculo que apuntaban que había una intención de beneficiar las jubilaciones de oficiales militares. Saldain contestó que impacta en “todo”, pero que el más grande lo hace en BPS. “De ese 0,3 que yo decía de mayor impacto, algo así como el 0,28 es en BPS. Obviamente impacta en policial y militar también, pero no es el foco del mayor impacto”, aclaró.
Finalmente, el experto en seguridad social reconoció que el proyecto con las modificaciones acordadas tal cual está no es el que se había imaginado cuando lo creó, pero aclaró que tampoco era el que mandó el Poder Ejecutivo al Parlamento.
“El que yo imaginé está en el libro que comentamos en más de una oportunidad La era de los nuevos viejos, ahí está mi visión. Producto de la negociación política se fueron aceptando, por ejemplo, un planteo central del Partido Colorado, que se apartaba de esa visión, que incrementa los fondos destinados al pilar de solidaridad intergeneracional. Hoy tenemos una distribución en general de 7,5% para ahorro, 7,5% para reparto para BPS, y vamos a pasar a una que es de 10% para BPS y 5% para ahorro. ¿Ese es el escenario que nosotros considerábamos ideal? No, no lo es, pero bueno, fue un planteo que tenía su fundamento y se aceptó”, planteó.
“La pregunta que debemos hacer es: aceptando esto, ¿vamos a un sistema mejor que el actual? La respuesta sin duda es que sí, que vamos a uno mejor, porque es más sustentable, es más justo y tiene elementos de equidad que son mucho mejores que el sistema actual, por lo que vale la pena la reforma, aún con este cambio”, concluyó.