En su biografía, 'The Man in the Middle', que el diario británico The Times está publicando por entregas, el juez reconoce que se sintió “abatido hasta no poder más” después de ver repetida la acción por televisión y por no haber expulsado a De Jong.

Mediado el primer tiempo de la final de 2010, el centrocampista holandés, entonces en las filas del Manchester City, realizó una durísima entrada sobre Alonso, al que clavó los tapones de su botín en el pecho sin el balón de por medio, pero sólo vio la tarjeta amarilla.

“Xabi Alonso cabeceó el balón hacia David Villa y en ese momento Nigel De Jong chocó contra él”, escribió Webb en su autobiografía, sin advertir que el pase iba dirigido a Xavi Hernández. “Justo en ese momento yo estaba detrás de Alonso, a unas 10 yardas (nueve metros), por lo que no pude ver el impacto y cómo había entrado De Jong", agregó.

“Sin embargo, sabía que había sido una entrada a destiempo y muy fuerte, por lo que merecía sanción. Ninguno de mis ayudantes me dijo nada por la radio y por eso mostré una amarilla, por lo que había visto: una entrada fuerte y a destiempo del centrocampista holandés”, reconoció.

“Con la mano en el corazón, nunca se me pasó por la cabeza que fuera tarjeta roja. En ese momento, sobre el campo, estaba convencido de que era amarilla”, confesó el inglés, cuya decisión fue muy protestada por los futbolistas españoles.

“No me sentí intimidado por el momento ni el escenario, ni tuve presiones de la FIFA para no expulsar a jugadores. Simplemente castigué lo que había visto y esa es la verdad”, señaló el árbitro en sus memorias.

“En cuanto saqué la tarjeta vi la reacción de los españoles, tanto dentro como fuera del terreno de juego. Honestamente, pensé que estaban enfadados por el juego físico de los holandeses, no por esa falta en particular. Pensé, incluso, que era porque no apliqué la ley de la ventaja cuando el balón le había quedado a Villa (NdeR: insiste con Villa pero era Xavi) tras el cabezazo de Alonso”, explicó.

Webb, quien a sus 45 años trabaja para la cadena de televisión británica BT Sport, reconoció que recién en el entretiempo de la final empezó a pensar que la entrada de De Jong era merecedora de la tarjeta roja.

“No fue hasta el entretiempo que me di cuenta de que la entrada podría haber sido de expulsión... Me sentí abatido hasta no poder más. Sentí que había fallado en la final de un Mundial. Qué jodida pesadilla. Volví al campo con el corazón palpitando a mil por hora”, confesó el árbitro inglés.

EFE l Montevideo Portal