Wanderers logró un gran triunfo sobre Nacional como local y hasta mereció sufrir menos. El 2-1 final es muy corto para lo que fue la superioridad del elenco del Prado, que tuvo oportunidades para convertir el triunfo en goleada ante un rival inexpresivo y que por momentos pareció acusar el cansancio por el desgaste realizado entre semana.
Los dirigidos por Gastón Machado jugaron un notable primer tiempo y sorprendieron desde el inicio con su agresividad para presionar arriba y robar balones en campo rival. Primero malograron un contragolpe claro que definió mal Colombino a los 2’ y después avisaron con remates desviados de Kevin Ramírez y Javier Cabrera.
Nacional hacía agua y no llamó la atención que a los 11’ se abriera el score. Maxi Olivera buscó a Cabrera por izquierda, el Cangrejo tocó al medio y al no poder controlar Ramírez el balón siguió hacia atrás para la entrada de Colombino, quien marcó con un derechazo bajo y potente.
Los tricolores intentaron responder con Ignacio González como eje, pero demostraron poco. El Nacho intentó con un par de remates a distancia y buscó a Barbaro, que fue el hombre más peligroso por la derecha en la primera hora complicando a Maxi Olivera. Luego se afirmó el capitán bohemio y el argentino se pasó a la izquierda.
Wanderers controlaba y era más, y a los 32’ plasmó la diferencia que ya existía en el trámite. Un tiro libre cruzado y en forma de centro de Gastón Rodríguez encontró suelto por izquierda a Maxi Olivera, quien de primera mandó un centro para el solitario Ramírez, que esta vez de cabeza no perdonó. A la defensa de Nacional le faltó aplaudir.
Munúa apostó a lo grande para el segundo tiempo y tomó riesgos mandando a la cancha a Rodrigo Amaral y sacando a Damián Eroza, por lo que el Colo Romero pasó al lateral derecho. El equipo visitante tomó la iniciativa, tuvo la pelota y se plantó en campo adversario, pero su rival siempre lo tuvo controlado.
Wanderers se mostró sólido atrás, con Bueno y Díaz cerrando el callejón central, Silva y Olivera clausurando los laterales y Colombino y Scotti comiéndose el medio, bien auxiliados por Santos. Arriba, casi en solitario para contragolpear, quedó Ramírez, que se convirtió en figura y se divirtió a costa de Malvino, de flojísimo partido. El 7 bohemio acarició el 3-0 en un mano a mano que definió desviado.
Nacional reclamó con razón a los 54’ una mano de Olivera que debió ser marcada como penal por detener un disparo de Amaral. Luego Munúa puso a Sebastián Fernández por Barbaro, pero sus dirigidos recién pudieron anotar a los 85’, cuando Malvino buscó en profundidad a Alonso y el ariete definió de derecha en una de las pocas ocasiones que tuvo.
Poco después volvió a equivocarse Fedorczuk en contra de Nacional, cuando no expulsó a Alex Silva por un golpe sin pelota sobre Alfonso Espino. Más allá de esos errores arbitrales y de los pelotazos sobre el área bohemia que mandaron los albos en el tramo final, fue justificada la victoria de Wanderers, que alcanzó a Fénix en el primer lugar de la tabla.
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