Por Juan Pablo Taborda
Waldemar Victorino nació en Montevideo el 22 de mayo de 1952 (en realidad nació el día 8, pero fue anotado el 22), fue un delantero que contaba con un gran cabezazo y muy efectivo ante las oportunidades que se le presentaban.
Victorino comenzó su carrera en Cerro cuando tenía 17 años (1969) y permaneció allí un año más para defender a Progreso por cuatro temporadas. Luego jugaría durante tres años en River Plate, para finalmente llegar a Nacional en 1979, donde alcanzaría el punto máximo de su carrera, además de convertirse en ídolo del club.
Victorio gol, como lo llamaban en la época, tuvo la gran particularidad de marcar tres goles que le otorgaron al tricolor tres títulos históricos, con tan solo seis meses en la institución.
El 6 de agosto de 1980, por el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores en el Estadio Centenario, Victorino marcó el único gol del encuentro, de cabeza, tras un centro de José Hermes Moreira. Nacional venció 1-0 a Internacional de Porto Alegre y, tras haber empatado 0-0 en Brasil, consiguió su segundo título del trofeo más importante del continente. Además, obtuvo el título de Campeón Uruguayo en 1980.
Meses después, el 10 de enero de 1981, también en el Estadio Centenario, el delantero volvió a anotar de cabeza tras un centro de Venancio Ramos para poner el 2-1 ante Brasil, con el que Uruguay obtuvo la Copa de Oro.
Casi un mes después, el 10 de febrero en el Estadio Nacional de Tokio (Japón), Victorino convirtió el único gol del encuentro, tras una gran maniobra individual que finalizó con un certero remate ante el golero Peter Shilton, del Nottingham Forest. De esta forma, los tricolores superaron a los ingleses y levantaron la segunda Copa Intercontinental de su historia.
Tras estos logros, los ojos de los equipos internacionales posaron su mirada sobre el delantero albo y en ese mismo año partió al Deportivo Cali de Colombia.
Luego de una temporada en tierras cafeteras, Victorino retornó a Nacional en 1982. En total, marcó 61 goles y ahí logró catapultarse hacia el fútbol del “viejo continente”. Su destino fue el Cagliari de Italia.
Un año después, para la temporada de 1984, Victorino regresó a América para defender los colores de Newell’s Old Boys y luego a Colón de Santa Fe (1985) de Argentina.
Luego iría a Ecuador, donde jugaría en el Audax Octubrino (1986), Liga Portoviejo (1987) y, más tarde, al América de Quito (1988). En ese mismo año viajaría más al norte para vestir la camiseta del Marítimo de Venezuela (1989) y jugaría los últimos meses en Sport Boys de Perú.
Se retiraría en 1989 defendiendo los colores del Defensor Lima, con el que ganó el Torneo Plácido Galindo. Con la camiseta “color cielo” solo obtuvo la Copa de Oro 80-81, pero fue el goleador del certamen al anotar tres goles en la misma cantidad de partidos (Holanda, Italia y Brasil).
*Semblanza publicada en junio del año 2019 en la sección “Una vuelta por el pasado” en Montevideo Portal.