El partido comenzó con los darseneros mejor parados, tratando de combinarse en zona media para pensar en habilitar en ofensiva a Saavedra y Porta.
En Peñarol prevalecieron las individualidades, siendo Dibble y Albarracín, mientras que Junior Arias estático en el área no lograba acceder al balón.
La primera gran sorpresa del juego llegó a los 7', cuando de un tiro de esquina que cayó en forma de centro sin pretensiones al área chica, Guruceaga no pudo retener la pelota que cayó como un regalo anticipado de navidad en los pies de Ricardo Silva, que tocó a la red para poner el 1-0 parcial.
De allí en más Peñarol creció, fue más adelantó sus líneas y buscó generar desequilibrio sobretodo por izquierda.
Dibble primero y Rodríguez después, intentaron con sendos remates que no dieron en el blanco, pero anunciaban la búsqueda del arco rival.
Pero ya sobre los 30' los de Curutchet carecían de ideas, se repetían en algunos centros al área que fueron fácilmente repelidos por la defensa, que a esa altura no pasaba mayores sobresaltos.
River tampoco lograba ofender, tuvo la del gol, que más que generarla el equipo fue un error del arquero aurinegro y luego casi no pisaron el área, limitándose únicamente a marcar.
De allí al cierre fue una sinfonía de intensiones de los carboneros que no lograban hilvanar juego asociado alguno, pero que con ganas buscaban, ante un darsenero que cuido la ventaja que obtuvo sin merecerla.
Otro golpe
El segundo tiempo comenzó con otro golpe duro para Peñarol, que una vez más volvió a fallar en defensa para recibir el segundo tanto en contra.
La jugada se inicio a los 47' con un balón al área desde la izquierda sin mayor potencia, que Maximiliano Perg, que calculo mal, no pudo despejar y apareció Mathías Saavedra para con mucha precisión poner el 2-0 parcial.
Pero si esto fuero poco, Alex Silva minutos más tarde se iría expulsado de la cancha, tras ver la roja por una plancha clara que le aplicó a Jones.
Eso terminó de descontrolar a Peñarol, que mostró en cancha casi el mismo nivel de todo el torneo y con una fragilidad defensiva que invitó a River a terminar de matarlo de contragolpe.
Y así lo hizo por intermedio del ingresado Alexander Rosso, que aprovechó para poner el 3-0 en el juego, luego de que los darseneros marrarán varias chances claras.
Un resultado justificado, ya que en el complemento River fue mucho más y dominaba a placer ante un rival noqueado en cancha y sin respuesta alguna.
A los 82' un penal inexistente tras una caída de Rossi en el área fue pitado por Bentancor y Hernán Novick que estaba en cancha, definió con calidad para descontar y maquillar el resultado.
El partido se cerró con el 3-1 final que volvió a mostrar una vez más la peor cara de Peñarol, que tuvo un semestre para el olvido y el juego del Saroldi no fue la excepción