Lejos de la pelea por el título hace rato y jugando únicamente por el honor, Peñarol volvió a sumar de a tres ante Racing y se preparó de buena manera pensando en el clásico del 27 de noviembre, al menos en la faceta ofensiva. Atrás dejó más dudas que certezas.

El primer tiempo dio aspecto de partidazo pese a no mostrar grandes cosas desde el juego. El 3-2 que se llevó el equipo aurinegro al descanso obedeció a la pésima tarea de las dos defensas, que transformaron en situaciones de gol todas las pelotas que cayeron sobre las áreas.

La primera fue a los 10; envío largo por arriba, dos peinadas de Racing, grueso error de Bressan al cerrar y penal claro de Guruceaga sobre Jonathan Pérez que sancionó Falce y capitalizó Líber Quiñones con potente remate.

Los aurinegros generaban peligro cuando Rossi y Dibble buscaban por derecha, pero atrás daban ventajas y estaban al borde del nocaut. Quiñones malogró un mano a mano claro y Tancredi acarició el 2-0 con un tiro libre apenas desviado a los 24’, dos minutos después del ingreso del juvenil Quintana por el lesionado Valdez en Peñarol.

Sin merecerlo logró el 1-1 el equipo de Curutchet; Dibble quedó solo frente al arquero Melián, quien tapó su remate, y Albarracín empujó a la red a los 29’. Un minuto después Guruceaga salvó la segunda caída de su valla con un manotazo ante un disparo de Fernández que reventó el horizontal.

Ithurralde en contra puso el 2-1 para Peñarol a los 33’, cuando intentó despejar de cabeza un centro de Alex Silva, y cinco minutos más tarde amplió Junior Arias con una notable unipersonal filtrándose en la defensa racinguista y tocando al arco vacío tras eludir al arquero.

Racing achicó la desventaja sellando el 2-3 de cara al descanso a los 39’ con un extraño remate de Gabriel Fernández, que tras un tiro libre ejecutado en forma de centro terminó impulsado el esférico con la espalda a la red.

Para el complemento, Curutchet mandó a la cancha a Ángel Rodríguez en lugar de Rossi para fortalecer el mediocampo. No obstante, el recién ingresado se hizo expulsar a los 56’ por arrojarle la pelota a los testículos a Ernesto Goñi con el juego detenido, luego de que el defensor de Racing le reclamara el balón para reponer rápido.

Peñarol pasó a jugar cada vez más cerca de su arco y apostó al contragolpe. El conjunto de Ney Morales avisó con un zurdazo a distancia apenas desviado de Jonathan Pérez y malogró dos cabezazos claros por parte de Gabriel Fernández, sin dudas su jugador más peligroso.

El partido se hacía cuesta arriba para Peñarol, hasta que lo liquidó de contragolpe. Ithurralde cortó con el brazo en su área un centro de Albarracín y el ex Wanderers puso el 4-2 de penal a los 77’, y cuatro minutos después Arias metió el quinto tras picar en posición dudosa después de un pase de Dibble.

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