Más allá de las formas, los sistemas, lo vistoso o no del equipo, al igual que en el resto del campeonato, Nacional terminó imponiéndose ante Boston River por mínima y alzó la copa de campeón.

Lo interesante que tuvo el partido y las buenas intenciones de ambos no alcanzaron para que llegaran los goles en la primera parte.

Parejo en el comienzo el trámite se hizo atractivo, con buen trato de balón para generar fútbol, subida permanente de los laterales y movilidad de los hombres de ataque.

Primero fue Nacional el que tuvo su momento en el partido, destacándose el muy buen trabajo de Tabaré Viudez. Sin embargo el 20 fue quien se perdió una chance inmejorable a los 6', llegando con el arco de frente tras un pase de Fucile desde línea de fondo, aunque algo exigido por el defensa rival.

Después del primer cuarto de hora la posesión de pelota pasó a ser de Boston River, que mostró un correctísimo funcionamiento y de a poco comenzó a herir por el costado zurdo de la defensa tricolor.

Pese a la temprana lesión de su goleador Federico Rodríguez, a los 9 minutos, con el trabajo de Duoglas y Pablo Álvarez los dirigidos por Apud llevaron el juego sobre el área de Conde. De todos modos no dispuso la visita de una chance nítida que exigiera al arquero hasta los 44', cuando Cepellini remató de lejos y el meta mandó al córner.

Nacional, más vertical cuando se lo proponía, generó una acción también en los últimos minutos, con un disparo frontal de Viudez que obligó a una gran tapada de Berbia volando contra el palo.

En la segunda parte sí, el tricolor tomó el control del partido. Sin brillar ni mucho menos, pero con ajustes tácticos que lo solidificaron ante un Boston que ya no fue el mismo.

Clave la temprana aparición de Sebastián Fernández, de muy buen partido, a los 2 minutos para decretar el 1-0. El delantero llegó a un rebote corte que dio Berbia, quien no pudo contener un remate desde afuera de Kevin Ramírez.

El puntero izquierdo había llegado a rematar después de recorrer sesenta metros con pelota, tomando mal parada a la defensa rojiverde. Esa fue una constante en el segundo tiempo, la explotación de los espacios por parte de Nacional, frente a un rival que iba sin ideas y volvía con problemas.

Así se repitieron las llegadas de peligro. Romero y Fucile tuvieron las más claras sin definir bien. El 1-0 fue un resultado justo respecto a lo que fue el encuentro y Nacional celebró su título de campeón uruguayo número 46, cerrando una campaña de números perfectos como local, ganando los siete partidos.