Con pocos días de trabajo y jugadores que entrenaron poco, Diego Alonso logró plasmar su idea en su primer partido al mando de la selección uruguaya.
Su primer equipo en cancha fue un 4-4-2, pero que, por momentos, pasó a un 4-3-3, siendo Valverde y Pellistri quienes subían o bajaban, dependiendo de la jugada. Aunque, en ciertas jugadas, pasó a un 3-5-2, pero no duró mucho tiempo en el transcurso del partido.
Pese a que Sebastián Sosa estuvo entrenando varios días y que Martín Campaña haya sido convocado, el Tornado optó por Sergio Rochet, quien se mostró seguro cuando le llegaron y pudo salir jugando por abajo, faceta que se notó que será importante, y desde el comienzo del partido la implementaron.
En el lateral derecho colocó a Ronald Araújo, quien le otorgó más seguridad en defensa, pese a que perdió en ataque. Por esa banda jugó Facundo Pellistri, quien le dio mucha velocidad y no se vio obligado a bajar demasiado; le salió muy bien la apuesta por el joven del Alavés. Buscó contención y desequilibrio con dos perfiles opuestos, y acertó.
Por el otro costado, la apuesta por Mathías Olivera fue clara: más ataque. El hombre del Getafe demostró ser más incisivo que Matías Viña en ofensiva, además de mantener el nivel en defensa. Federico Valverde fue quien cayó a la izquierda, algo que permitió que Olivera tenga todo ese costado para subir, además de estar bien cubierto cuando dejaba espacios. El tándem funcionó, se complementaron muy bien y fue un sector bien cubierto en ambas facetas del juego.
La defensa, en general, jugó bastante adelantada, algo que le permitió a la celeste no sufrir llegadas, obligar a los guaraníes a pasar en largo y a ganar muchas pelotas por arriba, anticipando en varias ocasiones. Por momentos, Araújo, al no subir demasiado, pasó a una línea de tres, ya que por el otro lado, Olivera si se incorporaba al ataque. Pellistri cubrió bien en ataque al riverense.
Matías Vecino y Rodrigo Bentancur fueron los volantes centrales, acompañados por Federico Valverde, que de a ratos se cerraba. Ambos futbolistas retrocedieron para recibir la pelota y distribuir hacia los costados. Pese a que ninguno de los dos tuvo su mejor partido, fueron importantes en esa salida desde atrás.
En la delantera, donde compartieron Luis Suárez y Darwin Núñez, ambos cayeron a los costados y también jugaron mucho de espaldas. Constantemente se intercambiaban, obligando a Paraguay a mover a sus zagueros, algo que dejaba lugar para que Olivera y Pellistri, que por momentos actuaban como carrileros, llegasen a pisar el área.
La presión fue un factor clave, donde ambos atacantes estuvieron muy arriba y se le sumaron los volantes externos, viéndose el 4-4-2 en ese caso.
Terminó con un 5-3-2 sólido, fresco y rápido. Por los costados, futbolistas acostumbrados a jugar así como Olivera y Damián Suárez. Puso en el momento justo a Agustín Canobbio, quien le dio más velocidad ante una defensa de Paraguay muy cansada. Cambió el mediocampo al final, nuevamente apostando por un perfil más defensivo, pero con mucha energía, como Mauro Arambarri.