“Sabíamos que nos jugábamos demasiado, pero tal vez ellos se jugaban mucho más. El partido se iba a dar en la parte táctica, buscando los espacios y las debilidades del rival, porque por las ganas los dos íbamos a estar igualados”, dijo Facundo Torres en diálogo con el programa ‘Locos por el Fútbol’ de FM Del Sol, horas después del 1-0 de Peñarol ante Danubio a domicilio.
Sobre las faltas que recibe, le irritan más los cortes constantes que la violencia de las mismas. “A veces se corta el juego bastante y a uno le molesta, pero hay que seguir y no queda otra. A veces lo hablo con los árbitros porque se hace reiterativo. Que vengan y me corten cuando voy a arrancar, que es donde gano mi espacio, me hace poner de malhumor”, reconoció.
Ahora ya piensa en el partido del miércoles ante Nacional, ya sin la tensión de que pueda ser el primero con un ganador en el estadio de Peñarol. “En el clásico anterior la mochila era bastante pesada sabiendo que era el primer clásico que se podía ganar en el Campeón del Siglo y había que ganarlo sí o sí, pero sigue estando la mochila esa de que en casa no podemos perder. La presión siempre va a estar y es lindo asumirla”, sostuvo.
Las prácticas con Saralegui y con los ídolos de la niñez
Mucho tuvo que ver para aquella mochila Mario Saralegui, a quien definió como “un loco lindo”. “Las prácticas se hacían divertidas con algún arranque que tenía. Mario es Peñarol y otra persona no podría explicarlo como lo hacía él. Personalmente me dejó mucho de lo que es Peñarol. Él decía: ‘El que quiera tomar mate, que tome mate. El que quiera entrenar, entrena’. Pero el día del partido había que darlo todo”, contó.
En esas prácticas tira paredes con ídolos a los que supo alentar desde afuera. “ Fue de lo que más me tocó cuando me ascendieron. Yo soy muy hincha de Peñarol y de un día para el otro estaba jugando con gente a la que miraba desde la tribuna. Yo contaba ‘olé, olé, olé, olé, Lolo, Lolo’, y hoy (Fabián) Estoyanoff es mi compañero de habitación. Es como un hermano. Desde que subí a primera me acogió en su habitación y siempre da consejos”, destacó.
La renovación: “No pasé bien, pero tuve la última palabra”
Consultado por la extensión de su vínculo, que expiraba en junio y se prolongó hasta diciembre de 2023, reconoció: “Fueron días en los que no la pasé bien. Mi familia prendía la tele y estaba mi tema ahí. No se sabía si iba a poder arrancar el campeonato”. “Fui el que tuvo la última palabra para poder quedarme en Peñarol”, agregó.
“En las reuniones que se dieron entre mi representante y la directiva no se estaba llegando a ninguna conclusión, pero la gota que derramó el vaso fue un sábado que fui a entrenar al Campeón del Siglo y el técnico me comunicó que por decisión del presidente no iba a hacer fútbol porque no había renovado mi contrato, como si hubiera hecho algo malo”, recordó.
“Yo quería quedarme en Peñarol y salí del entrenamiento destrozado porque corrí alrededor de la cancha mientras mis compañeros hacían fútbol. Llamé a mi empresario y a Nacho (Ignacio Ruglio) y les pedí que arreglaran todo porque me quería quedar y no quería estar más separado de mis compañeros. Iba a entrenar todos los días pero trabajaba diferenciado”, dijo.
“Si era una persona que venía de afuera capaz que hoy no estaba en Peñarol, pero a mí no me gustaba irme de esa manera ni quedar mal con el club que me formó. Mis padres son hinchas de Peñarol y no quiero irme con una mala imagen. Por suerte se pudo arreglar todo de la mejor manera”, ponderó.
El manejo de la ansiedad, el sueño europeo y la selección
Durante la novela de la renovación de su contrato y ahora mismo se habló, y se sigue hablando, de un posible pase al exterior. Pese a la ansiedad que genera en cualquier joven, el zurdo mediapunta pedrense de 20 años mostró que tiene los pies en la tierra.
“Lo vengo manejando bastante bien y es uno de los temas que estoy trabajando bastante con la psicóloga, que es la madre de Diego Rossi. Si no tenés la cabeza bien puesta te puede jugar en contra. En la parte que más nos entiende es en la de los padres”, indicó.
“Me gustaría ir a Europa pero no tengo preferencia por alguna liga si es que me toca”, dijo, y reconoció que el futbolista al que admira en su puesto es Neymar. Además, también sueña con la Celeste pero sabe que falta camino por recorrer. “Para todo jugador, poder llegar a la selección mayor es el máximo sueño. Yo lo veo como algo capaz no tan cercano hoy, pero juego para eso y ojalá algún día se pueda dar”, concluyó.