“No me voy del todo contenta pero igual siempre estoy feliz y orgullosa de poder representar a Uruguay. Ya estoy pensando en todo lo que se viene y en todo lo que tenemos para mejorar”, dijo Dolores Moreira tras su participación en Tokio 2020.

En sus últimas horas en la villa olímpica, la velerista sanducera que compitió en la clase láser radial dialogó con FútbolUy y confesó que la pasó “bastante mal” por culpa del calor y de los estrictos controles sanitarios que la afectaban hasta segundos antes de empezar a competir.

“Tenía que tirar el barco al agua con el tapaboca puesto y después guardarlo en el chaleco. En el agua era el único momento del día en el que podía sacarme el tapaboca”, recordó, y habló de los cambios de peso que se están dando en las competidoras de la clase láser radial.

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“De a poco todas las competidoras están subiendo un poquito más de peso. Llegamos con un objetivo de un peso y no pudimos cumplirlo. Hubo mucho viento la mayor parte de los días y eso nos jugó una mala pasada. El viento no lo puedo cambiar. Lo que puedo cambiar es mi peso, subir y prepararme de la mejor forma”, reconoció.

“Se mejoraron algunas cosas pero siempre hay algo para corregir”, dijo, y ya piensa en París 2024. De hecho, este lunes competirá en un Sudamericano y “no se puede parar”. “Quedan tres años para París y la idea es llegar bien de bien”, indicó.

Agradeció el apoyo de los uruguayos y notó que “la gente se re copó para intentar entender las regatas por Internet” y seguirlas pese a que “es muy difícil entender las regatas por GPS”, y se mostró “contenta porque de a poco se va conociendo un poco más la vela”.

Si bien quedó “súper contenta por cómo le fue a la delegación” y consideró que todos los integrantes se van de Tokio “con ganas de más y de mejorar”, dijo que “estaría bueno que la gente de Uruguay realmente entienda que no todo es fútbol en Uruguay”.

“Estamos luchando día a día para dejar a Uruguay bien arriba en nuestros deportes con las dificultades que tenemos. Lo hacemos por amor al deporte”, dijo, y cree que si bien “falta un largo camino” para la profesionalización, espera que sea esta generación de deportistas la que pueda “cambiar esa mirada”.