Será una final inesperada la que enfrentará el sábado en Roland Garros a Anastasia Pavlyuchenkova (32ª) y a Barbora Krejcikova (33ª) y que permitirá a una de ellas dar lustre a un palmarés discreto en ambas tenistas.
Después de la baja antes del torneo de Simona Halep, el abandono de Naomi Osaka antes de segunda ronda, el de Ashleigh Barty en 2ª ronda y las derrotas de Bianca Andreescu (1ª ronda), Karolina Pliskova y Belinda Bencic (2ª ronda), Elina Svitolina (3ª) y Aryna Sabalenka (3ª), Serena Williams y Sofia Kenin (octavos), Iga Swiatek (cuartos), ya no quedaba ninguna jugadora del Top-10 mundial en el cuadro, y las semifinales estaban compuestas por novatas en esas lides.
La experiencia y la solidez tuvieron mayor peso en lo que concierne a Pavlyuchenkova, que dominó a Tamara Zidansek (85ª) 7-5, 6-3. A sus 29 años, la rusa fue más sólida que su rival, seis años más joven.
Pavlyuchenkova hizo valer asimismo su mayor experiencia. La rusa había disputado en seis ocasiones los cuartos de final de un 'Grande' (Australia 2017, 2019, 2020, Wimbledon 2016, US Open 2011, Roland Garros 2011), aunque en todas ellas se quedó a puertas de semifinales. La eslovena no había superado nunca la segunda ronda de un Grand Slam.
"Es mi primera final, tengo ganas de divertirme, de jugar bien, y poco importa el resultado", aseguró la tenista.
El lunes regresará al top-20 mundial, después de haber sido 13ª en 2011. En caso de victoria será la 14ª del mundo.
"Lo deseaba tanto que ya no sé lo que siente, son muchas emociones, estoy muy contenta pero también muy cansada", declaró la checa, primera tenista en superar las 50 participaciones en Grand Slam antes de alcanzar la final (52).
Desde hace seis años y 24 'Grandes', ninguna rusa había alcanzado la final de un torneo de Grand Slam, siendo la última Maria Sharapova en Australia en 2015, batida por Serena Williams.
La rival
Pero para inscribir su nombre en el palmarés del torneo deberá superar a una rival aún más inesperada, ya que Krejcikova (25 años) sólo cuenta con un título WTA, conquistado este año en Estrasburgo justo antes de Roland Garros.
Y ella no partía como favorita ante la musculosa griega Maria Sakkari (18ª), con muchas horas de gimnasio en sus brazos, y que había eliminado a la finalista del año pasado Sofia Kenin y a la vigente campeona Iga Swiatek en las dos rondas precedentes.
Pero Krejcikova estaba dispuesta a desafiar a la lógica. Durante todo el partido mantuvo a su rival bajo presión y salió victoriosa no sin antes haber salvado una bola de partido en un duelo de 3 horas y 18 minutos (de los que 84 minutos correspondieron al último set) 7-5, 4-6, 9-7.
"Siempre quise jugar un partido como éste, cuando era más joven, jugando en júnior, siempre quería jugar un partido así en el que las dos tuviéramos opciones y jugáramos muy bien", afirmó Krejcikova.
"Aunque hubiese perdido hoy estaría muy orgullosa de mí misma, porque luché. Es lo más importante, tanto aquí como en la vida", añadió emocionada.
Con lágrimas en los ojos, dedicó su victoria a su compatriota Jana Novotna, ganadora en Wimbledon en 1998 y fallecida en 2017 a los 49 años.
Campeona de Roland Garros en 2018 en dobles con su compatriota Katerina Siniakova, Krejcikova tenía como mejor resultado en Grand Slam antes de la quincena parisina unos octavos de final.