Pablo Cuevas resolvió la semana pasada no participar de los Juegos Olímpicos de Tokio. La información fue adelantada por este medio el lunes y un día después el propio tenista explicó las razones que lo llevaron a bajarse de la competición, en la que había debutado en Río de Janeiro 2016.
Las lesiones que el salteño arrastró en el arranque de la temporada, el hecho de que el certamen se dispute en pistas de cemento y el ajustado calendario de este 2021 lo llevaron a renunciar luego de haber obtenido la clasificación, priorizando los años que le quedan por delante en su carrera.
A través de un comunicado, Cuevas recordó que “la pandemia y la lesión al principio de año alteraron todos los planes previstos” y lo “forzaron a cambiar el calendario de competencia en más de una oportunidad”, lo que generó un desgaste que, a sus 35 años, está pagando.
“La sobre exigencia producto de la fractura parcial que sufrí en Australia, combinado con el desgaste físico acumulado de una carrera extensa como la mía implica tener que analizar con detenimiento hasta dónde se le puede pedir al cuerpo y qué límites no es aconsejable traspasar”, expresó.
“Tengo por delante la expectativa de seguir mejorando en el ranking y llegar en muy buena forma física y tenística para representar a Uruguay en la próxima serie de Copa Davis”, que será frente a Holanda en setiembre en el Carrasco Lawn Tennis buscando un lugar en las qualifiers del Grupo I Mundial.
“Para cumplir con esos objetivos tengo que aprovechar la gira de polvo de ladrillo en los torneos de Bastad, Umag y Kitzbuhel, que se superponen con los Juegos de Japón”, explicó, y aseguró que es “la decisión más acertada” para “poder jugar por algunos años más” y “seguir estando al máximo nivel y en los mejores torneos”.
“Siento que es la mejor forma de seguir representando a Uruguay en cada semana del circuito que juego por el mundo”, agregó, y agradeció el “seguimiento” y “apoyo incondicional en todos estos años”.